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Blanco y negro

Argentina mostró algunas cosas interesantes y otras para mejorar EFE

CARTAGENA (Enviado especial) -- No es difícil hablar de lo positivo y negativo que mostró esta Selección Argentina en el Mundial sub 20 de Colombia. Los números, que tan poco tienen que ver con el fútbol, esta vez lo explican con nitidez: sólo recibió un gol en contra, aunque convirtió sólo seis, tres de los cuales fueron ante uno de los peores equipos del torneo y otros dos de tiro penal.

Empezemos por lo mejor del equipo de Walter Perazzo: su solidez defensiva. La dupla formada por los centrales de River Leandro González Pirez y Germán Pezzella brilló por rapidez y también por inteligencia. Además, toda la línea de fondo dio una muestra de carácter cuando se lesionó Pezzella e ingreso Leonel Galeano. Ese cambio casi no se
notó y la defensa respondió siempre con categoría.

El arquero Esteban Andrada merece un párrafo aparte. En esa defensa de calidad no podía faltar la presencia de un guardavallas de nivel y el hombre de Lanús confirmó todo lo bueno que se dice de él. Se mostró siempre atento, pese a que en algunos partidos los rivales llegaron muy poco a su arco. Sus princpales virtudes son la ubicación y la personalidad. Transmite confianza y fue figura también en la definición por penales ante Portugal, aunque sus atajadas no se lucieron por el resultado final.

En cuanto a las apariciones inesperadas, se destacó el futbolista de Colón de Santa Fe, Martin Luque. El diminuto atacante ingresó en el choque ante Inglaterra y con sus desbordes revolucionó el estático juego del equipo. Es más parecido a los viejos wines que a los nuevos extremos y, aunque todavía debe aprender a serenarse, será sin duda un
jugador para ver con atención.

El gran defecto de la Selección mayor en los últimos años estuvo en la defensa, la gran virtud de esta juvenil está en esa misma zona. Esto representa la esperanza de un futuro mejor y la posibilidad de una solución en una zona en la que Argentina viene sufriendo desde hace tiempo. Ahora será el momento de convertir a estos buenos proyectos en
realidades.

LO QUE NO FUNCIONÓ
Del otro lado de la hoja debemos anotar aquello en lo que el Seleccionado sub 20 dejó dudas. Sus estrellas, Erick Lamela y Juan Iturbe, no estuvieron a la altura pese a algunos destellos de su indiscutible talento. Cuando un equipo se queda sin variantes colectivas, es el momento de los elegidos, de los distinso. Las figuras aparecieron muy poco y Argentina lo sufrió, sobre todo en el partido contra Portugal.

La gran cantidad de cambios, sobre todo en el centro del campo, fue contraproducente. A pesar del interesante tándem formado por Matías Laba y Rodrigo Battaglia en los últimos partidos, la mediacancha fue la zona en la que la Albiceleste sufrió más problemas. Generó poco juego y casi no mostró ataque por las bandas.

En ataque también hubo dificultades. El centrodelantero Facundo Ferreyra jugó muchas veces en una soleda absoluta. La pelota le llegó muy poco en casi todos los encuentros y pasó más tiempo en peleas contra defensores que generando chances de gol. En esto tuvo mucho que ver el bajo nivel de los generadores de juego, algo ya descripto.

A la hora de hacer un balance del paso argentino por este Mundial sub 20 es imposible soslayar los incidentes de Medellín. La capital paisa recibió con mucho amor al plantel, pero el juego mezquino mostrado ante Egipto enfureció a los hinchas, que abuchearon al conjunto que hasta ese día era local en el estadio Atanasio Girardot.

Después del triunfo los muchachos argentinos hicieron gestos a las gradas y se fueron a festejar al vestuario. Allí comenzaron las mentiras. Se dijo que habían destruído las instalaciones cuando sólo celebraron la clasificación. Fue una mancha negra para un grupo de jóvenes que no lo merecía y por eso también sufrió el desprecio de los cartageneros.

El otro ingrediente que provocó la eliminación fue, sin duda, la mala suerte. Tras los primeros tres penales sólo hacía falta un gol para avanzar a semis. O que Andrada atajara un disparo más. Habían cuatro posibilidades de ganar. Pero no se pudo. González estrelló su remate en el travesaño y Tagliafico y Ruiz se lo entregaron al arquero luso. Entonces, once camisetas argentinas volvieron a sufrir en los penales y en cuartos de final.

Walter Perazzo casi con seguridad dejará de ser el técnico de la sub 20. Habrá que replantear qué se quiere para los juveniles, que durante años fueron el orgullo nacional gracias a hombres como José Pekerman y Hugo Tocalli. Será el momento de revalorizar la tarea de los formadores y armar un grupo de trabajo de gente capaz. Argentina tiene el talento de su juventud, sólo faltan formadores.