Si pensabas que el increíble año 2011 de Bernard Hopkins no podía ser mejor, te equivocastes.
A los 46 años, Hopkins ha desafiado a la edad y a la historia con su victoria por decisión unánime sobre Jean Pascal en mayo para reclamar el título linear semipesado, convirtiéndose en el peleador más veterano en ganar una corona mundial. Su próximo combate, una defensa titular ante el ex campeón Chad Dawson (30-1, 17 KOs) el 15 de octubre en Los Angeles, ofrece una nueva oportunidad de hacer historia.
Si Hopkins (52-5-2, 32 KOs) puede vencer a un segundo peleador en su mejor momento en el mismo año, podría ganar muchos votos para convertirse en el Peleador del Año 2011.
Aclaremos algo: una victoria sobre el talentoso, pero a veces no tan espectacular Dawson no será tan fácil para Hopkins. Además, hay otros candidatos que aún no han cerrado sus résumés en el 2011, incluyendo al electrizante peleador gallo Nonito Donaire.
Si no pasa nada extraño en lo que resta del año, una victoria de Hopkins sería más que suficiente para asegurarle el premio.
¿Qué significa eso?
Ring Magazine ha nombrado a su Peleador del Año desde 1928, y durante ese tiempo, sólo cinco peleadores han ganado esa distinción a la edad de 35: Joe Brown (1961), Evander Holyfield (1997), James Toney (2003), Glen Johnson (2004) y Sergio Martínez (2010).
¿Quién fue el más viejo en ganar el premio? Ese honor es para un par de peleadores de 36 años: Muhammad Ali -- que se recuperó para ganar el título pesado contra Leon Spinks en 1978 -- y sí, Bernard Hopkins en el 2001.
Han pasado 10 años desde que Hopkins desafió los pronósticos para detener dramáticamente a Félix Trinidad en una pelea por la unificación del título mediano, la cual muchos pensaban sería la última pelea para el Verdugo. Obviamente que no lo fue, ya que Hopkins logró mejores, históricas e impresionantes victoria luego de cumplir los 40.
Ahora Hopkins tiene la oportunidad de capturar los dos primeros lugares -- 10 años aparte -- en la lista de los peleadores de mayor edad en ganar el equivalente al premio al Jugador Más Valioso.
Eso se llama mejorar con el tiempo.
Con el poco pelo que le queda y una barba gris, Hopkins ha engañado a varios oponentes y apostadores que pensaban que estaba terminado. Pero con una actuación ante Dawson parecida a la que tuvo ante Pascal, no tendrá que convencer a ninguno de los que votan para los premios de fin de año.