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Miguel Cotto le echa el ojo a Margarito

Hace tres años, Miguel Cotto se arrodilló dos veces ante el púgil mexicano Antonio Margarito en el 11° asalto. Cotto apenas ganaba la pelea por puntos técnicos. Margarito acababa la pelea por puños sólidos.

Cotto bajó los guantes. La inesperada derrota, su primera en una carrera de boxeo que avanzaba en la retaguardia del ídolo puertorriqueño Félix Tito Trinidad, fue una gran desilusión profesional.

Para Margarito, la victoria sobre el campeón significó un inmenso paso adelante que sacudió un escándalo seis meses después, cuando cayó derrotado ante Shane Mosley por nocaut técnico en el 9° asalto.

CAMBIOS 54/10

Cotto tiene un nuevo tatuaje en su espalda. Es el rostro de Miguel Cotto, padre. Nacido en 1954, murió de complicaciones del asma en enero de 2010.

"Él vigila mi espalda todas las noches", dice Cotto al mostrar su tatuaje ante las cámaras de HBO en las entrevistas previas al segundo combate contra Margarito.

"¿Mi padre? Él era todo", agrega sentimentalmente. "Él era la persona que me despertaba todas las mañanas, sin importar si yo quería levantarme o no. Yo tengo que hacerlo porque tengo un compromiso conmigo mismo".

Además de perder a su padre y de haber cortado relaciones con su tío y ex entrenador Evangelista Cotto, el boricua cuenta ahora en su esquina con el técnico Pedro Díaz, un exitoso entrenador cubano que estuvo a cargo del programa amateur de Cuba durante casi dos décadas.

"Me fui de Cuba porque quería crecer más como profesional del deporte, hablar con otros entrenadores que han hecho grandes estrellas y ver cómo ellos se comportan y ver qué ellos aportan y de ellos aprender", dice Díaz.

Díaz es el tercer entrenador de Cotto en las últimas cuatro peleas. Después de Evangelista eligió a Joe Santiago, una persona sin experiencia al frente de una esquina; luego contrató a Emmanuel Steward, uno de los entrenadores más experimentados y exitosos de Estados Unidos

Cotto y Díaz llevaron a cabo su campo de entrenamiento en Orlando, donde el púgil puertorriqueño se enfocó la preparación necesaria para medirse ante Margarito en las 154 libras, a diferencia de las 147 libras de la primera pelea.

"Soy un mejor peleador hoy. Soy un mejor peleador que antes de pelear con Margarito (la primera vez)", asegura Cotto. "Porque la pasión por este deporte regresó a mí".

COTTO-MARGARITO I

Margarito era un peleador temido en las 147 libras, y antes de la pelea se mostró muy agradecido de la oportunidad que le daba Cotto, una oportunidad que otros campeones no le habían dado.

"No te confíes", decía Javier Capetillo en la esquina de Margarito. "No te confíes".

"No. No me confío", le contestaba Margarito mientras su equipo lo preparaba para el próximo asalto.

El mexicano, de mayor estatura, parecía pegar más fuerte o demasiado fuerte para Cotto, y ya al final del segundo asalto Cotto sangraba por la nariz. Del sexto asalto en adelante Margarito atrapaba a Cotto en las esquinas y entre las sogas y lo castigaba con dura insistencia.

Soy un mejor peleador hoy. Soy un mejor peleador que antes de pelear con Margarito (la primera vez). Porque la pasión por este deporte regresó a mí.

-- Miguel Cotto

"Ha sido una pelea que realmente nos ha marcado", dice la esposa de Cotto, Melissa Guzmán en su entrevista con HBO. "Yo he pasado muchas en mi vida, muchos sufrimientos. Pero jamás se pueden comparar con ver a Miguel destrozado de la manera en que estaba sangrando, como nunca".

Seis meses después comenzaron a surgir las dudas sobre la honestidad de Margarito. ¿Había intentado usar yeso en sus vendas?

El equipo de Mosley se quejó sobre el vendaje de Margarito. El vendaje fue confiscado y analizado, y eventualmente las licencias de Margarito y Capetillo fueron suspendidas en el estado de California al encontrar rastros de calcio y azufre.

"Nosotros no enviamos a nadie a su camerino", dijo Cotto sobre la inspección de las vendas de Margarito en su pelea anterior. "No había nadie allí del equipo de Miguel Cotto. Yo creo que ellos tomaron ventaja de eso".

"Claro que sí que había gente allí", insiste Capetillo, quien aún no recupera su licencia como entrenador de boxeo. (El nuevo entrenador de Margarito para la pelea contra Cotto es Roberto García.)

Con vendaje nuevo, Margarito perdió convincentemente por la vía rápida ante Mosley en el Staples Center de Los Ángeles, lo que provocó más interrogantes entre el equipo de Cotto.

"Nunca he peleado con algo ilegal, y nunca lo haría", asegura Margarito.

EL OJO

A medida que se daba el proceso de otorgamiento de una licencia en Nueva York para permitirle a Margarito enfrentar a Cotto, se perfilaba una gran diferencia filosófica entre el boxeo de ambos.

Cotto pelea para poder vivir, para mantener a su familia y disfrutar la vida. Margarito vive para pelear aunque sea con un ojo.

"¿Por qué voy a exponer mi vida, mi salud? ¿Para qué?", pregunta Cotto frente a Margarito en el Face Off de HBO. "¿Para los fanáticos, para la gente? ¿Y mi salud, mis hijos, mi familia? ¿Quién se va a encargar de ellos?".

Margarito arriesgó su ojo derecho al llegar hasta el 12° asalto contra Manny Pacquiao. Pero luego del drama engendrado por Bob Arum y un examen médico del ojo, la comisión atlética del estado de Nueva York aprobó la licencia.

Cotto ha insistido en que castigará el ojo de Margarito, para tomar ventaja, "como él la tomó conmigo en nuestra primera pelea".

DE REGRESO AL MADISON SQUARE GARDEN

La última vez que Cotto vino a pelear a Nueva York estrenó el boxeo profesional en el nuevo Yankee Stadium, en un combate en el que a Yuri Foreman se le fueron las piernas.

Ahora Cotto regresa a Nueva York para su séptima pelea en Madison Square Garden, donde debe favorecerle el calor del público puertorriqueño.

"Sé que Cotto tendrá todo el respaldo del público, pero sobre el ring sólo estaremos él y yo", señala Margarito. "Es una pelea muy importante para mi carrera y por eso hice una de las mejores preparaciones de mi carrera".

Ninguna pelea ha sido más anticipada en Puerto Rico en la última década como la revancha de Cotto contra Margarito. La intriga y la violencia reventada por la primera batalla dejaron muchos bocados para consumirse en la segunda, probablemente más de lo que hubiese sido una cartelera Trinidad-De la Hoya II.

"No estás listo", dice Cotto que pensaba cuando sintió el impacto de los golpes de Margarito en julio de 2008. "No sentía nada".

"Él le ganó a Miguel Cotto porque tiene el estilo que vence a Cotto. Él va a cansar a Cotto y lo va a detener en todas sus peleas", le indicó Capetillo a Lem Satterfield de Fan House.

Cotto necesita una victoria elocuente y sin dejar dudas el sábado para probarse y para demostrar muchas cosas, sobre todo si debe seguir su carrera y si está listo para cumplir su segunda misión: derrotar a Pacquiao para así vengar sus dos derrotas profesionales sobre el ring.

"Él no tiene el mismo yeso para esta pelea y el resultado será diferente", afirma Cotto sobre el supuesto vendaje ilegal de Margarito.

Eso dependerá de su nueva disciplina y su renovado equipo técnico -- y el convencimiento de que le hicieron trampa -- para demostrar que hoy por hoy es un boxeador superior a Margarito.