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Luis Castillo, por más desafíos

Luis Castillo y el Rugby Championship, un gran paso UAR - ProFocus

BUENOS AIRES -- En una charla relajada, y a pocos meses para las elecciones en la Unión Argentina de Rugby, Luis Castillo, actual presidente de la UAR, paró la pelota en Scrum y contó las sensaciones que le dejaron estos dos años al frente de la institución, con la inclusión de los Pumas al Rugby Championship como punto máximo.

Al titular de la Unión se lo nota empachado de felicidad. Es imposible no darse cuenta de que, aunque lo intente, una pequeña sonrisa se le escapa cada vez que uno le enumera lo logros que se consiguieron bajo su gestión. "La verdad es que, próximo a cumplir mis dos años de mandato como presidente de esta prestigiosa institución, siento que una gran parte de mis objetivos se van concretando. Sin dudas que esto se debe también a quiénes me acompañan, ya que pude lograrlo gracias al permanente apoyo de un equipo de dirigentes como el que hoy represento", remarca Cacho, mientras, claro, varias muecas de placidez acompañan la declaración.

Tal como dice el tucumano, su mandato al frente de la institución se está derritiendo. En marzo habrá elecciones y Castillo, que ya recibió el apoyo de la Unión de su provincia para renovar el cargo, acepta que, ante los desafíos que asoman para el rugby argentino, le gustaría no desviarse del sendero por el que comenzó a caminar en aquel veranito de 2010. "Estoy a disposición del rugby nacional, convencido de que dos años es poco tiempo. Porque siento que es como quedarse en la mitad. De todos modos, los presidentes de la Uniones provinciales deben evaluar la gestión. Si las condiciones son las aconsejables, estoy para los dos años más que permiten los estatutos", explica.

- ¿Qué le produce internamente darse cuenta de lo que se consiguió bajo su gestión? ¿Felicidad?
- No sé si es el termino apropiado es "feliz", pero cómo no expresarlo si durante mi conducción se dieron un sinnúmero de acontecimientos que no hicieron más que posicionar a nuestra institución en lo más alto del rugby nacional e internacional. Además, de alguna manera, logré como objetivo máximo que la UAR sea una Unión sentida por todos, valorada y conductora del rugby nacional.

- Con usted como presidente se jugó el Mundial y, como frutilla del postre, se consiguió el ingreso al Rugby Championship...
- (Interrumpe) Y todo lo que estás nombrando me dejó un crecimiento invalorable como dirigente. Aprendí a ver el futuro desde otra óptica; pude apreciar la importancia que le dan al rugby argentino la dirigencia política y profesional de los demás países. En síntesis, pude palpar, darme cuenta, de la responsabilidad enorme que significa el proceso que recién se inicia.

- La gestión fue positiva desde los resultados, ¿como cierra el 2011?
- No soy yo quién deba hablar de la gestión. Sí te puedo decir que estamos cerrando el año con gran optimismo por el buen posicionamiento institucional en lo deportivo y dirigencial que logramos en la Rugby World Cup 2011, lo que nos permite mantenernos entre los diez mejores países del mundo. Además, no puedo dejar de lado que se dio el ingreso a la Rugby Champioship y que firmamos importantes contratos -ESPN, Personal y Standard Bank, entre otros-. A su vez, el cierre del ejercicio nos da con un equilibrio económico y financiero. Para concluir, y como síntoma de que vamos bien, nos puso muy contento el apoyo gubernamental a las sedes internacionales para las presentaciones de los Pumas en 2012.

- Cuando asumió, ¿se imaginaba poder concretar todo esto?
- La verdad es que nunca me imaginé vivir este proceso de crecimiento en la gestión...

- ¿Qué sueño, a nivel dirigencial, le queda por cumplir?
- Que la Unión Argentina de Rugby sea la institución que todos necesitamos, afrontando los desafíos con la fuerza y unidad que nos caracteriza.

Stop en el grabador. Cacho se despide amablemente y, antes de retirarse, tira un: "felices fiestas". Y seguramente para él lo serán. Porque está claro que, el próximo 31 de diciembre, ya cuenta con motivos más que suficientes como para levantar su copa y brindar, obvio, con una sonrisa.