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Supremacía Rafole

Nole venció a Rafa en las dos últimas finales de Grand Slam Getty Images

BUENOS AIRES -- Rafael Nadal confesó que lloró el día previo a su debut en el Abierto de Australia, que creía que no podría competir por un problema de rodilla. Novak Djokovic sufrió dolores en una pierna y le costaba respirar bien -"Tenía la nariz tapada", explicó- en su partido contra David Ferrer. El serbio explicaba que otros jugadores habían pasado por lo mismo, que este año había una especie de alergia generalizada.

Problemas reales, problemas exagerados, como fuere: el despliegue que ofrecieron el Nº 1 y 2 del mundo en sus respectivos partidos es notable. Las semifinales del Abierto de Australia son la mejor tarjeta de invitación: 2012 puede ser otro año histórico en el circuito masculino.

Un Federer rejuvenecido por el descanso post US open y las consecuentes victorias en los torneos bajo techo; un Andy Murray más positivo, menos quejoso y más ofensivo a partir de su trabajo con Ivan Lendl; ninguno pudo con ellos, aunque no estuvieron lejos, especialmente el escocés. Como en los dos últimos Grand Slam, escribimos la misma historia: Djokovic y Nadal en la final. Es la primera vez que los mismos protagonistas definen en tres Grand Slam consecutivos: el serbio pudo con el español en Wimbledon, el US Open y ahora vuelve a darle una oportunidad en Australia (primer choque entre ambos en Melbourne).

Aun en tiempos de dominio Fedal, en el glorioso e histórico período 2004-2010, cuando ambos se repartían los torneos grandes, nunca hubo tres enfrentamientos consecutivos en finales de Majors. Ocurría que, si bien el suizo alcanzaba las definiciones de Roland Garros, Nadal tenía problemas para las superficies duras, por lo que París y el césped de Wimbledon solían ser los puntos de encuentro. En los últimos años, el español mejoró en Australia y el US Open, pudo ganarlos por primera vez, mientras que por el otro lado, es tiempo de cierto retroceso lógico en Federer, quien ya tiene más rivales de peso además del propio Nadal.

"Es cierto que tengo cierta ventaja mental sobre él", concedió Djokovic a partir de las seis victorias logradas ante el español en 2011, todas en Grand Slam y Masters 1000. "También es cierto que comienza un nuevo año y todo puede ser distinto", agregó el Nº 1. Nadal preparó el 2012 a conciencia: comenzó una pretemporada en plena competición, con el Masters de Londres y la Davis en el medio, atento a mejorar el servicio y retomar confianza con el revés, el lugar por donde saca réditos el serbio.

"No hay secretos, va a ser un partido físico. Tengo que recuperarme, hay un día y medio para hacerlo", comentó Nole. "Será crucial estar bien y rendir al máximo, porque Rafa está en forma y tiene un día más de reposo". Esas 24 horas de descanso extra son relativas, ya que en tres de las últimas cuatro finales de Australia, el campeón fue quien ganó la segunda semifinal. Eso incluye la increíble hazaña del español en 2009, cuando jugó un partidazo de cinco horas con Fernando Verdasco y luego derrotó en otras tantas a Federer.

Este año, Djokovic demoró 4h26 para ganar sus primeros tres partidos (al italiano Paolo Lorenzi, al colombiano Santiago Giraldo y al francés Nicolas Mahut) y debió correr durante 10h30 en los siguientes tres encuentros (Lleyton Hewitt, Ferrer y Murray). En total, Nadal jugó una hora y media más que el serbio: 16h33 contra 14h56. Sin embargo, estos dos personajes nos han enseñado que, por más que nos entreguen conmovedores gesto de dolor, por más complicada que esté la condición física que describan en las ruedas de prensa, todo es relativo y tomable con pinzas. Nole lució exhausto al final de su partido con Murray: ¿sorprendería a alguien que gane después de otras cuatro o cinco horas contra Nadal?

En la última batalla, la última antes del descanso y el regreso a casa, la cabeza ordena y el cuerpo obedece pese al cansancio. El drive paralelo de Djokovic con el que levanta uno de los tres break points que enfrentó en 5-5 del quinto set contra Murray, aquel después del cual se golpeó el pecho con su mano, en señal de Corazón Valiente, es todo un símbolo. Los momentos que deciden estos partidos son efímeros. Murray luchó durante cuatro horas y media, pero puede perderlo en 20 segundos.

Obviamente, no todo es lineal: Andy se dejó estar en el cuarto set, seguramente por cansancio, y tampoco fue por tiros ganadores en sus tres break points del empate en cinco, después de levantar la desventaja de 5-2. Según comenta The New York Times, Ivan Lendl le había dicho que no parara de presionar aun si el rival parecía derrotado, que estuviera listo para la batalla, que ésta no terminaría en el momento en que Djokovic buscara aire, agitado. Excelso actor o no, el serbio siempre muestra un cambio extra. A favor de Murray hay que decir que le pegó a la pelota como pocas veces. "Todos me dicen que soy muy pasivo, que no voy por mis tiros. Creo que esta noche mostré lo contrario", afirmó el escocés. Su pertenencia al Big Four necesita de un título grande.

¿Será Djokovic el quinto jugador de la historia en ganar tres Grand Slams consecutivos? Sólo Laver, Sampras, Federer y Nadal lo han logrado hasta el momento. El español, que disputará su décimo quinta final de Slam en 31 participaciones, buscará que en Australia comience una historia diferente.