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¿El mundo del revés?

Román, como todo Boca, no tuvo un partido lucido Télam

BUENOS AIRES -- Queridos lectores, siempre es bueno pensar que estos partidos de verano no son tan inocentes. Y aunque los técnicos se adelanten a decir que son solo preparatorios y que no hay nada en juego, a la larga estos partidos dan confianza a los equipos. En toda preparación siempre es positivo ver que las cosas funcionan.

Falcioni debería tener en cuenta estos detalles. Todos los partidos sirven. Y en vez de cancherear de más, debería tener conciencia que su equipo tiene puntos flojos que, en la Copa Libertadores, con equipos mas aguerridos quedarán al descubierto.

Boca jugó pésimo ante un equipo que quería ganarle como sea. El verdadero protagonist del partido no fue ni Riquelme, ni Orión que atajó un penal clave, ni Falcioni, el equipo esta vez fue Santamarina.

Fueron unos minutos en los que más de uno, nos preguntamos ¿hay tanta diferencias entre un equipo de la Primera División y uno del Torneo Argentino? ¿Bajó el nivel o subió?

Ya no se sabe, uno pregunta estas cosas, mientras ve como Boca se desarma, la defensa, orgullo de Falcioni, ya no es sólida, Schiavi saca pelotas de la línea y Orión se convierte en la figura indiscutida de Boca. ¿Riquelme? Todavía está corriendo sólo en la cancha de All Boys.

Y mereció perder, si no fuera por Roncaglia Boca perdía y con justicia. Esto debe asombrarnos, que Boca perdía y bien. Para mí, no sé para vos lector, fueron desafortunadas las palabras de Orión al final del partido "si perdíamos era un papelón? ¿Por qué un papelón? Boca no es el Real Madrid, cualquiera puede darle un buen susto. Eso está más que claro.

Rápidos, dinámicos, con resto para un ida y vuelta, el equipo de Santamarina sorprendió a Boca y demostró algo que todos dicen por lo bajo. "El día que ataquen a este equipo de Falcioni, se acaba el mito Boca".

¿Boca es mucho mito? Sí. Y el fatídico minuto 44 donde Michel metió de cabeza para los tandilenses el gol del triunfo parcial, increíble, histórico y como ellos mismos lo sienten, humillante, llegó haciendo justicia.

Y en el segundo tiempo, Boca dio lástima. Apareció Roncaglia pero nada más. Los penales lo salvaron. Los volantes de contenció no contenían a nadie. Riquelme, bien gracias. Blandi era una sombra del goleador que conocimos ante River.

Si Falcioni, no toma este partido como enseñanza, si no entiende que no tiene un equipo indestructible y mucho menos. Si todos no tomamos conciencia de que Boca es un equipo de regular para abajo y que siempre depende a la larga, de Riquelme, vamos a engañarnos a nosotros mismos.

Parece que los egos, las figuritas, las peleas de cartel entre Falcioni, Riquelme y alguno más que ignoramos, le están jugando una mala pasada al equipo de la Ribera. Esta vez, tuvo la suerte de los penales. Pero está claro que así, no pasa la primera fase de la Copa Libertadores, su gran objetivo. A Boca solo le queda mejorar muchísimo y trabajar hasta la exasperación.