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HispanoameriCalcio

ROMA -- ROMA - Ya es una costumbre, pero no deja de sorprendernos el excelente aporte hispanoamericano, que en esta vigésimo cuarta jornada de la "Cátedra de la Táctica" fue de 8 goles y 4 figuras de la cancha.

Los mejores de sus respectivos enfrentamientos fueron Edgar Barreto, Edinson Cavani, Luis Muriel y Fernando Gago, el único entre ellos que no anotó. Los otros tres realizaron 4 tantos (doblete para el uruguayo), que se suman a los centros de Pablo Barrientos, Juan Cuadrado, Ezequiel Lavezzi y Matías Silvestre.

Respecto a los dos colombianos de Lecce, finalmente ambos explotaron en todo su potencial y confirmaron lo que venimos diciendo desde el principio de la temporada, es decir que esta parece ser la campaña de Colombia, país que está viendo crecer en suelo italiano su brillante futuro (y esperamos con ansiedad el debute de Guarín en nerazzurro).

Los dos, claramente, tienen su lugar en el equipo de la semana, que en esta ocasión podríamos parar con un 4-3-3 (lamentablemente aún sin arquero, pero pronto Carrizo será titular en Catania) así formado: Cuadrado (8.5), Heinze (7.5), Silvestre (7.5) e Izco (7) en defensa - Gago (8), Barreto (8) y Pérez (7.5) sobre el círculo central - Lavezzi (8), Muriel (9) y Cavani (8.5) en el tridente ofensivo.

Emiliano Alfaro - 1988 - (Uruguay - Lazio): 6
Debut desafortunado, pero sin dudas positivo. En efecto, a lado de un Klose inesperadamente apagado y en un equipo que no jugó a anda, sumó algunas de las mejores ocasiones, se movió bien, luchó siempre y merecía por lo menos un gol. Sin embargo, se lleva medio punto menos por no haber pasado al centro un balón que su compañero podía poner tranquilamente adentro, mientras que él, sin ángulo, terminó por desperdiciar disparando encima de Viviano. Salió al minuto 66.

Sergio Almirón - 1980 - (Argentina - Catania): 6
Medio punto menos por haber desperdiciado el balón del posible 2 a 1 para su equipo: debía solo colocarla, en cambio quiso rematar fuerte y terminó por sacar un disparo demasiado central. Por el resto, se movió muy bien, sobre todo a la hora de descolgarse de su línea para presionar un poco más arriba.

Pablo Armero - 1986 - (Colombia - Udinese): 6
Su velocidad y sus corridas pusieron un poco en dificultad a Cagliari, pero empieza a sentir un poco de cansancio y está perdiendo lucidez y precisión. Así, otra vez más falló una buena chance de gol, así como erró un par de centros y pases.

Edgar Barreto - 1984 - (Paraguay - Palermo): 8
Abrió el marcador con un perfecto remate desde el límite del área, que destrabó el partido y se lo puso en bajada a su equipo. Además, rompió el juego rival, recuperó balones, dirigió de manera excelente y dibujó una asistencia divina. Sin dudas fue el mejor de la cancha. Salió al 73º bajo los aplausos de sus hinchas.

Pablo Barrientos - 1985 - (Argentina - Catania): 7
Puso un golazo, el del 1 a 0, con un zurdazo en comba que se metió a la derecha de Buffón, arquero al que es realmente complicado anotarle desde afuera del área. Jugó un buen partido y supo molestar mucho moviéndose entre líneas. Si bien se apagó un poco entre el final del primer tiempo y el inicio del segundo, no debió haber salido (fue sustituido al 50º). En efecto, Montella terminó pagando caro su temor y sus ganas de cubrirse.

Fernando Belluschi - 1983 - (Argentina - Genoa): 6
Un cuarto de hora sobre el final para despertar un poco al durmiente ataque xeneize.

Gonzalo Bergessio - 1984 - (Argentina - Catania): 6.5
Tuvo una buena chance de gol, que Buffón con un medio milagro le negó. Por el resto, mucho movimiento y sacrificio para el equipo, sobre todo al final del match cuando fue el único delantero azulgrana sobre el césped. No tuvo culpas en ocasión del 2 a 1: le toco marcar al más duro de sus rivales y, por encima, terminó por sufrir una clara falta.

Nicolás Bértolo - 1986 - (Argentina - Palermo): 6.5
Mutti lo puso al minuto 73, cuando el desafío ya estaba decidido, con el marcador parado sobre el 5 a 0, pero él ingresó como si si equipo estuviese apenas un gol arriba y tuviera que administrar una escasa ventaja. Corrió mucho y cubrió muy bien. Justa mentalidad con la que ingresar a la cancha.

Miguél Britos - 1985 - (Uruguay - Nápoli): 7
Controló sin dificultad a los apagados delanteros rivales, demostrando grande atención y solvencia, y salió a buscar otra vez la gloria, rozando el gol en una ocasión.

Esteban Cambiasso - 1980 - (Argentina - Inter): 5
La idea es la de darle un "cinco" a todos los nerazzurri (los únicos que merecen realmente menos son los dos centrales defensivos). Porque es casi imposible mostrar algo de bueno en un equipo rendido como luce estar ahora Inter. En efecto, asta el 1 a 0 el cuadro se movió con orden y hasta creó algunas chances de gol, pero la desventaja desmoralizó al equipo y todos los jugadores se volvieron como fantasmas.

Hugo Campagnaro - 1980 - (Argentina - Nápoli): s.v.
Salió lastimado tras 12 minutos de juego.

Pablo Cappellini - 1991 - (Uruguay - Cagliari): 6
Poco más de un cuarto de hora sobre el final, contando también el descuento. Ballardini lo puso para no arriesgar nada y asegurarse el 0 a 0: él se lo tomó muy en serio y hasta se llevó una amarilla por parar todo lo que pasaba por sus partes.

Edinson Cavani - 1987 - (Uruguay - Nápoli): 8.5
El Matador se demostró decisivo otra vez más. Con un doblete en puro estilo goleador (pique al límite del off-side y definición ganadora mano a mano) hundió a Fiorentina, decidió el match, se ganó la mención de figura de la cancha y alcanzó los 15 goles en campeonato, que ya son 22 en la temporada. Pero, como de costumbre, no se limitó al trabajo ofensivo, sino que corrió por todos lados, ayudó en defensa, lo presionó a Montolivo y fue sin dudas el jugador más útil del equipo. Salió al 74º, para descansar en vista del desafío ante Chelsea. El cambio fue inesperado, mientras que no lo eran los aplausos de todos los hinchas violetas, que honraron de esa manera al que consideran (con razón) un verdadero crack.

Rinaldo Cruzado - 1984 - (Perú - Chievo): 7.5
Finalmente su entrenador se acordó de él y el peruano demostró todo lo útil que puede ser, inventando una asistencia deliciosa para Thereau (el francés cabeceó alto), rozando personalmente el gol con un gran remate desde afuera y dedicándose con corazón y sobre todo grande eficacia también a la fase defensiva. Di Carlo lo sacó al minuto 76 para poner un defensor. Movida lógica pero injusta, porque Cruzado estaba haciendo lo suyo y se merecía, después de tanto tiempo, poder jugar un partido entero, especialmente en esta ocasión en la que jugó tan bien.

Juan Cuadrado - 1988 - (Colombia - Lecce): 8.5
En su gol, el del 3 a 1, se vio de todo: robó el balón con un buen anticipo en su mitad de la cancha, a unos setenta metros del arco rival, lo controló bien, amagó un pase, aceleró, se fue en progresión entre dos rivales, encaró, serie de jueguitos con las piernas, un poco de suerte cuando parecía estar perdiendo el balón, gambeta fulmínea y toque delicioso por arriba del arquero. Esa fue la coronación de un desafío jugado con garra, calidad y grande inteligencia táctica. Un partidazo. Como le gritó el mismo Cosmi a su hinchada, en el Via del Mare se vieron nacer dos estrellas (la otra es Muriel).

Germán Denis - 1981 - (Argentina - Atalanta): 5.5
En ocasión del travesaño tuvo algo de mala suerte, sin dudas, pero el gol el Tanque se lo comió antes, cuando entró muy bien con un gran corte pero se dejó tocar el balón por el arquero, tras controlarlo algo mal y sin saber cubrirlo con el cuerpo, cuanto menos para ganarse un penal. Por el resto, su equipo se mostró poco hacia adelante.

Diego Forlán - 1979 - (Uruguay - Inter): 5
Como el resto del equipo, evaluación común e insuficiente (véase Cambiasso). Lo diferente respecto al uruguayo estuvo en que fue uno de los más activos hasta que el 1 a 0 y, al revés, después fue entre los que menos se vieron, fallando también una buena ocasión para abrir nuevamente el match. Salió al 61º.


Fernando Gago - 1986 - (Argentina - Roma): 8

El argentino fue la fuente de las pocas ocasiones de gol de su equipo hasta que entró Lamela. En efecto, le puso el balón del 1 a 0 a Borini y, en el complemento, lo asistió bárbaro a Totti en el posible 2 a 0. Además, jugó el balón con velocidad e inteligencia y se mostró muy útil también a la ora de romper la maniobra rival. Sin dudas fue el mejor del encuentro.

Santiago García - 1988 - (Argentina - Novara): 7
En Novara está encontrado de manera totalmente inesperada grande continuidad y solidez. El mejor, otra vez más, de su defensa.

Walter Gárgano - 1984 - (Uruguay - Nápoli): 6.5
Jugó los últimos veinte minutos más descuento con la misión de cortar cada iniciativa rival y administrar el balón, para congelar un trámite ya prácticamente definido. Hizo lo suyo con grande eficacia y profesionalidad, jugando como si fueran los primeros minutos de un partido clave. Esa es la manera justa de entrar en un match.

Guillermo Giacomazzi - 1977 - (Uruguay - Lecce): 7.5
Cosmi lo quiere en posición de "cinco" para que pueda armar y dictar los tiempos y él, a esas dos cosas, agregó una gran labor de filtro en el medio, logrando de vez en cuando cubrir también los agujeros que dejaba la defensa.

Alejandro Gómez - 1988 - (Argentina - Catania): 5.5
Se lo vio algo impreciso, de manera que no supo incidir como sabe en el partido. Aporte marginal y, en definitiva, apenas insuficiente. Salió cuando faltaba algo más de un cuarto de hora al final.

Álvaro González - 1984 - (Uruguay - Lazio): 6
Junto a Alfaro, el Tata fue el único de su equipo que se salvó: corrió por todos lados, luchó muchísimo, se mostró con peligro adelante y cubrió con eficacia su franja, labor para nada fácil considerando que el 3-4-1-2 exigió que él fuera el único hombre por derecha (por encima con el pésimo Zauri a cubrirle las espaldas en esa zona). Rozó un gol, ocasión en la que tuvo más mala suerte que demérito.

Gabriel Heinze - 1978 - (Argentina - Roma): 7.5
Anuló la delantera azul y oro, jugando sobre todo e anticipo para que Giovinco no pudiera meterse cómodamente entre líneas. Así, ayudado por la mala tarde de sus rivales, pudo protagonizar otro partido más en calidad de mejor defensor giallorosso. Para subrayar qu fue uno de los pocos defensores de toda la Serie A que no sufrió contra "la hormiga atómica".

Víctor Ibarbo - 1990 - (Colombia - Cagliari): 6
Otra vez más inexplicablemente en el banco, esta vez entró (al 52º minuto) con menos convicción de lo acostumbrado. Sin embargo, hizo lo suyo y si su equipo hubiese atacado más, en cambio de pararse tan abajo, podía inventar algo para ganar el match.

Mariano Izco - 1983 - (Argentina - Catania): 7
Junto a Barrientos fue el mejor de su equipo. Montella, según las necesidad y según como leía el partido (también equivocándose en un par de ocasiones) lo uso prácticamente por toda la cancha: en varias posiciones en el medio, con mansiones más ofensivas o defensivas, y terminando como marcador de punta. El argentino, con diligencia y gran corazón, cumplió my bien con todos sus deberes.

Cristóbal Jorquera - 1988 - (Chile - Genoa): s.v.
Diez minutos más descuento. Imposible evaluarlo.

Erik Lamela - 1992 - (Argentina - Roma): 7
Su equipo sumó más ocasiones de gol en los 19 minutos más descuento en los que él jugó respecto a todo el resto del match. Es cierto que falló una gran chance para meter el 2 a 0, pero revitalizó el ataque de su equipo y en tan poco tiempo logró ser uno de los mejores.

Ezequiel Lavezzi - 1985 - (Argentina - Nápoli): 8
El Pocho volvió a cambiar paso y Nápoli reencontró el ritmo de los mejores tiempos. Ninguna coincidencia: los dos factores están muy atados entre ellos. En esta específica ocasión, Lavezzi mantuvo siempre muy larga a la defensa violeta y abrió muchos espacios para Cavani. Además, siguió corriendo hasta el final, rozó un golazo y terminó por anotar un tanto aún más bello, con una corrida de cincuenta metros, dos gambetas y una definición perfecta. En perfecta forma en vista del enfrentamiento ante Chelsea.

Cristian Ledesma - 1982 - (Argentina - Lazio): 5
Terminó pagando la ingenuidad de su entrenador, que pensó que la excepción del match ante Cesena, en el que Ledesma se improvisó defensor central, podía transformarse en la regla. Hacerlo jugar en el medio de dos defensores, que no están acostumbrados a jugar con ese esquema y que, por encima, fueron parados afuera de rol, sin nunca probar en entrenamiento tal solución fue un suicidio, especialmente ante el activo ataque de Palermo. Así, el italo-argentino terminó sufriendo mucho y regaló el cuarto gol.

Jorge Martínez - 1983 - (Uruguay - Cesena): s.v.
Tomó el puesto de Santana al minuto 82. Imposible evaluarlo.

Gastón Maxi López - 1984 - (Argentina - Milan): 7
Disputó un partido muy inteligente, porque entendió que Robinho y Emanuelson estaban muy inspirados y se dedicó a jugar para ellos, abriendo espacios, aguantando el balón arriba, cerrando paredes. Así no tuvo chances de gol, pero fue muy útil, sin dudas. Salió en minutos de descuento.

Maximiliano Moralez - 1987 - (Argentina - Atalanta): 6
Utilizado otra vez más como alero, hizo lo suyo sin brillar, pero hay que subrayar que es injusto pedirle gambetas y fantasía en una posición que lo limita mucho y que no es evidentemente la suya. Salió faltando diez minutos.

Luis Muriel - 1991 - (Colombia - Lecce): 9
Cosmi, tras el gol de Cuadrado, refiriéndose a los dos colombianos de su equipo, les gritó a sus hinchas que estaban asistiendo el nacimiento de dos estrellas. Así fue, en efecto, porque más allá de las grandes jugadas, Muriel disputó un partido de grande madurez, inteligencia, eficacia y estuvo realmente muy concreto. Entre las cosas más llamativas, se ganó el córner del 1 a 1, que él mismo transformó de tap-in, con un gran remate desde la distancia que el arquero había tapado con un medio milagro. Luego, protagonizó la increíble jugada que llevó al 2 a 1, en puro estilo Messi, en la que recibió pelota por derecha, aguantó la carga de dos rivales, tomó velocidad, superó con un caño a un tercer adversario, gambeteó a un cuarto, se metió en el área, superó a Gazzi y terminó por ser bajado con una clara falta por parte de este último jugador albinegro, ganándose el penal. Pero, como dicho, esas fueron sólo las cosas más brillantes en un partido excelente desde cada punto de vista. El público le reconoció todos sus méritos al minuto 90, cuando Cosmi le dio el cambio para regalare la merecida "standing ovation".

Rubén Olivera - 1983 - (Uruguay - Fiorentina): 5
Su debut florentino no fue muy feliz, culpa sobre todo de la equivocada decisión de su entrenador de ponerlo en presión sobre Inler, entregándole una tarea poco conforme a sus habilidades y a su forma de jugar. Salió al minuto 64.

Pablo Osvaldo - 1986 - (Argentina - Roma): 6
Regresado tras la lesión, con apenas una media hora disputada ante Siena, el oriundo se movió entre sombras y luces. En definitiva, no desmereció en los 71 minutos disputados.

Rodrigo Palacio - 1982 - (Argentina - Genoa): 5.5
Otro partido difícil, en el que estuvo muy solo adelante y le llegaron muy pocos balones. Él, pero, se ve poco inspirado y desmotivado.

Diego Pérez - 1980 - (Uruguay - Bologna): 7.5
Al presión con la que ahogó la maniobra rival es su especialidad (que finalmente volvió a verse), pero el gran amague seguido por el toque fino e inteligente para Di Vaio, en ocasión del 1 a 0, es algo que sorprende y que non enseña cuanto puede dar este jugador cuando está en buen estado de forma.

Mauricio Pinilla - 1984 - (Chile - Cagliari): 6.5
En un partido en el que su equipo jugó muy atrás, con la misión (amarrete) de llevarse un 0 a 0, él logró sacar de la galera una de las mejores ocasiones del match, y sin dudas la más bonita, con un derechazo de volea desde unos 25 metros que Handánovic sacó con un verdadero milagro desde al ángulo alto a su derecha.

Gastón Ramírez - 1990 - (Uruguay - Bologna): 7.5
En 70 minutos los dejó a sus marcadores con la lengua de afuera, como si hubiesen corrido más de 140'. Divina la jugada en ocasión del primer gol: se lo sacó de encima a Lucio como si fuera un adulto que juega con un nene en un parque y luego fue frío e inteligente para tocarla hacia atrás, lo que puso afuera de tiempo a toda la defensa milanés. Por el resto, mostró jugadas de calidad y velocidad útiles y muy bonitas.

Guillermo Rodríguez - 1984 - (Uruguay - Cesena): 5
Sufrió, como todo su equipo. Sobre todo lo puso en dificultad la velocidad de Robinho y Emanuelson, especialmente cuando se movieron entre líneas sin que los defensores albinegros lograran entender si salir, quedarse o qué hacer. Cerró el match chocándose con su compañero en la jugada den la que El Shaarawy falló el cuarto gol rossonero.

Mario Santana - 1981 - (Argentina - Cesena): 5.5
Dibujó un par de balones muy buenos, como cuando lo dejó adelante del arquero a Iaquinta. Por le resto, estuvo muy impreciso y no supo dar un gran aporte en fase defensiva. Dejó el césped al 82º.

Lionel Scaloni - 1978 - (Argentina - Lazio): s.v.
Ingresó al 77º para "defender" el pasivo de 5 a 0.

Ezequiel Schelotto - 1989 - (Argentina - Atalanta): 5.5
El brasileño Silva se demostró un rival temible y él tuvo que dedicarse más a la defensa que al ataque. Sin dudas lo contuvo bien y no estuvo mal, pero en la evaluación paga una cara e ingenua falta de penal que por suerte de su equipo el referí no cobró.

Felipe Seymour - 1987 - (Chile - Catania): 6
Ingresó al minuto 71 por Gómez, con la idea de crear densidad en el medio y aguantar el empate a pesar de estar con jugador de menos. Hizo lo suyo y logró romper mucho en el medio, pero el 2 a 1 llegó lo mismo, en jugada de pelota parada.

Matías Silvestre - 1984 - (Argentina - Palermo): 7.5
Si al alemán Klose se lo vio muy apagado, a Kozák y Alfaro absolutamente no. Contra ellos tuvo que luchar, pero supo como defender a su portería con cierres decididos y anticipos eficaces. Además, metió de cabeza, en jugada de tiro libre, el 3 a 0 que puso de rodillas a los albicelestes.

Nicolás Spolli - 1983 - (Argentina - Catania): 6
Jugó la última media hora y tuvo la mala suerte de que Catania se encontrara con hombre de menos cinco minutos después de su ingreso. En ese marco, él hizo lo posible para mantener segura su defensa, pero entre el arquero y el referí terminaron por regalarle el 2 a 1 a Juventus.

Jaime Valdés - 1981 - (Chile - Parma): 5.5
Ingresó faltando 20 minutos en un equipo totalmente apagado, con la misión de prender la luz, pero no logró hacerlo.

Juan Vargas - 1983 - (Perú - Fiorentina): 6.5
No está en su mejor condición y hay que preguntarse que está pasando, porque no es normal que así sea. De todas maneras, fue el mejor de su equipo, tanto que lo poco que los violetas crearon nació e sus pies y de sus subidas. Además, en fase defensiva no le concedió ninguna escapada a Maggio, uno de los mejores aleros del campeonato. En este marco, aún antes de preguntarse porque nunca encontró una buena condición, habría que preguntarse que está pasando con el peruano a nivel umano, puesto que otra vez más la prensa italiana lo mató (y su técnico lo sacó al minuto 75) a pesar de un buen partido jugado. Realmente inexplicable su situación y una verguenza la manera que en Italia usan la prensa para ponerles presión a jugadores o entrenadores.

Franco Vázquez - 1989 - (Argentina - Palermo): 6.5
Ingresado al minuto 63, con el partido ya ampliamente decidido, quiso participar a la fiesta y se movió muy bien, ganándose la falta que le costó la segunda amarilla a Días.

Javier Zanetti - 1973 - (Argentina - Inter): 5
La performance del capitán Pupi es de ejemplo: corrió, luchó, sufrió, se indignó por la derrota, pero no cambió nada. Bologna corría más que los nerazzurri y mejor. Cinco "político" también para él.