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Las metas de Maravilla Martínez

Maravilla Martínez vive sus días de visita en Buenos Aires como subido a un tiovivo que no para nunca. Ahora ya no son dos, sino tres los celulares que utiliza: uno posee número de los Estados Unidos, el otro de España y el tercero –que trata de brindarle a nadie, salvo a unos pocos- es de la Argentina. Salta de una entrevista a la otra casi sin darse cuenta, y generalmente, cuando se le pregunta con quién habló, suele responder con un "No lo se", al que le agrega una sonrisa.

Se levanta habitualmente a las ocho de la mañana y termina cerca de la medianoche, pero confiesa que duerme menos de lo que se puede esperar, porque está pasado de revoluciones. Se ha convertido en un fenómeno mediático tan importante en su primera semana en Buenos Aires que ha conseguido que se hable de él hasta en programas económicos. Algunos discuten si el color verde de sus ojos es real o son parte de una estética, se hacen discusiones sobre sus gafas, se comenta la profundidad de sus análisis sobre la vida y se mencionan sus padeceres cuando era indocumentado en España. Y, por supuesto, aparecen siempre las posibilidades de nuevos negocios.

-¿Cómo te afecta todo eso?

A mi me gusta todo esto, pero por un momento también quisiera descansar, porque el cariño ahoga. Hace poco, vinieron a mi casa algunos familiares, pero fui descubriendo a muchísimos otros que, finalmente, jamás había conocido. Se llenó tanto la casa de amigos y familiares que tuve que escaparme por un rato, buscando paz.

-Y todos quieren saber, como nosotros ahora, si vas a pelear con Julio César Chávez Jr. o no.

Y a todos, como a ustedes, tengo que decirles que no lo se realmente. Se dice que están los contratos, y que Chávez Jr. los firmó para que se haga la pelea en septiembre, pero yo pedí las copias y hasta ahora, no recibí absolutamente nada. Hasta que no vea las copias, hasta que no hayamos firmado todos, no puedo decir que se hará la pelea.

-¿Y cómo manejas el tema de tu futuro?

Yo no entreno para pelear, o sea: ajusto el entrenamiento de acuerdo con el rival cuando faltan tres semanas, mirando videos, ensayando estrategias y tácticas, estudiando movimientos nuevos, pero la base del entrenamiento está siempre en mi. Solamente me quedan unos días en Buenos Aires, de ahí me voy a Canastota, para visitar el Salón de la Fama y luego volveré a Oxnard [Califronia] para lo que es mi rutina de siempre, o sea entrenar. Es mi trabajo, pero también es mi disfrute, para mi no es un sacrificio.

-Pero en este momento, es un trabajo sin fecha ni rival a la vista.

Algo va a surgir de acá a septiembre, de hecho, yo creo que sí, que se va a hacer la pelea, es una buena pelea para hacer.

-¿No decías que Chávez es un cobarde?

He dicho muchas cosas, pero también sería bueno reafirmar algo y es que Julito es un buen boxeador, encaja bien los golpes, tiene manos pesadas y yo no creo, más allá de las cosas que estuve diciendo, que sea una pelea sencilla. Estoy seguro, y lo digo ahora, que esa pelea no va a ir a los puntos, porque le voy a ganar antes de los 12 asaltos, no habrá que esperar al fallo de los jurados, va a ser una de las peleas más importantes de mi vida y Julito pagará el precio de tanta espera. Pero no dejo de reconocer que es un buen boxeador. Tal vez su error sea aceptar ser el títere de sus manejadores, pero no creo que sea un cobarde, porque ningún boxeador lo es.

-¿Floyd Mayweather?

Ya vimos todos como dominó a Miguel Cotto, que hizo una gran pelea; Floyd es un radar humano, un gran boxeador, muy inteligente, pero cuando se habla de él en función mía -- o al revés -- creo que sería una pelea muy interesante, pero de difícil realización. Él, por ahora, tiene un problema que resolver y que no es pugilístico, sino con la ley, así que habrá que esperar a que salga en libertad.

-En Buenos Aires has hecho Stand Up, ¿No te distraen tantas cosas? Ser promotor de boxeo, tener otros negocios.

No, no es para tanto. El Stand Up es algo que empezó como una diversión entre amigos y cuando me ofrecieron hacerlo en televisión acepté pero es eso, un juego, es como leer, o jugar al golf, un pasatiempo extra. A mí por las noches me gusta sentarme frente al ordenador, leer mis tweets, responder mi correo, enterarme de las noticias de boxeo y del mundo. Bueno, así como eso está incorporado a la vida de casi todos nosotros hoy, jugar al Stand Up es algo parecido, pero no igual, es una diversión, una forma de tender un cable a tierra. En cuanto a ser promotor, tampoco me distrae porque es parte del boxeo. Aquí en Argentina hablé con Israel Pérez, que será representando por mi. Es un peso ligero que lleva casi dos años sin combatir y tiene 23 ganadas, 2 perdidas, y un empate, ganó 13 antes del límite. Le daré una mano, el resto tendrá que hacerlo él. Y eso va para cualquier boxeador, yo puedo hacer mucho por ellos, quizás, pero ellos tendrán que hacer todo por si mismos, entrenar y llevar una vida profesional.

-En Argentina se te compara con Carlos Monzón.

Agradezco, pero Carlos Monzón ha sido uno de los más grandes pesos medianos ya no del boxeo argentino, sino de toda la historia, y creo que es más una muestra de cariño que una realidad, aunque ya el hecho de que mencionen mi nombre junto al suyo es todo un halago para mí. Era un boxeador casi perfecto, de gran economía de movimientos, que caminaba muy bien el ring.

-¿Y tú cómo te defines sobre el ring?

Bueno... [Se ríe]. A veces ando medio destartalado, con las piernas muy abiertas y los brazos muy bajos, a la gente no le gusta que baje tanto los brazos, y yo digo que se preocupen el día que los levante. A mi me gusta, ante todo, contragolpear. Y tengo la sensación de que mis próximos rivales cada día me atacaran menos, porque eso me saca de mi juego habitual, pero ese es mi estilo y así siento el boxeo, hago esto como me gusta, aunque no esté todo aceptado por los manuales de este deporte.

-¿Y cuales han sido o son tus modelos?

Yo miro a todos. Esa es otra de las ventajas de internet, uno puede ver cuando quiere lo que quiere, pues bien. Yo estudio a los grandes y trato de tomar un poquito de todos. Muhammad Ali y sus piernas prodigiosas; Pernell Withaker, que era un boxeador muy difícil de encontrar en el ring; ya he mencionado a Carlos Monzón. De todos se puede tomar algo para mejorar.

-¿Y cuales son tus sueños ahora?

Ser el mejor de todos. Pelear, triunfar y gustar en Las Vegas; enfrentarme a Julito Chávez y volver a ser campeón mundial, porque ahora no lo soy, tengo apenas un título Emérito. [Quiero] estar entre los mejores del mundo; pder presentarme alguna vez en el Luna Park de Buenos Aires. Se vive la vida en el minuto a minuto y hay que disfrutarla y vivirla a pleno, pero también de esa manera se va construyendo un camino y nada es imposible, así que uno no debe limitarse con los sueños, y yo quiero cumplirlos todos.