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Vilas: Así gané Roland Garros '77 (I)

Hace 35 años fue la coronación de Vilas en París GettyImages

MÉXICO -- El 5 de junio se cumplirán 35 años del primer título de Grand Slam ganado por Guillermo Vilas: Roland Garros '77. Aquella conquista cambió para siempre la carrera del argentino. Y significó el punto de partida de un año glorioso, que incluyó la obtención del US Open, un récord aún vigente de 16 títulos ganados y un invicto de 46 partidos.

Este es el relato detallado de aquella conquista parisina, que el mismo Vilas accedió a compartir con el autor y con los lectores de la revista El Gráfico, en junio de 1997. Fueron horas de charla y recuerdos, la reconstrucción emotiva de un éxito que cambiaría la carrera de uno de los tenistas más grandes de la Era Abierta.

En la primera de tres entregas, el campeón del Abierto de Francia '77 explica cómo se construyeron las bases para aquella victoria.

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"En 1976 yo había planeado todo como para dar el gran paso hacia la cima. Mi carrera iba en ascenso, pero debía ganar grandes torneos para confirmar mi nivel. Sin embargo, eso no se dio: de nuevo volví a quedarme en las finales. Comenzó a preocuparme que, por los resultados, la gente empezara a pensar que yo me había acostumbrado a perder en los encuentros decisivos. Debía cambiar eso. Y aquel fue el punto de partida para el '77. En ese año no debía llegar a las finales: debía ganarlas. Con esa mentalidad encaré el trabajo".

"Lo que hice fue un replanteo de mi vida. Dije: Hasta aquí llegué. Sé ganar campeonatos, sé adaptarme, sé plantear una temporada. Pero me faltaba algo: los torneos del Grand Slam. Y para eso contraté a Ion Tiriac. Él sería el primer coach full time de un tenista. En realidad, sería más: lo tendría al lado mío todo el día. Nunca antes un entrenador y un tenista habían entablado una relación de trabajo así".

"Yo había estado buscando al tipo ideal durante mucho tiempo. Él había trabajado con Nastase, Panatta y Orantes, y entre ellos y Tiriac había ocurrido una cosa muy rara. Cuando Ion estuvo con ellos, los jugadores jugaron como el culo. Pero cuando se fue, los tipos ganaron grandes torneos. Entonces me dije: Yo laburo con Ion. Si no gano, evidentemente cuando deje de trabajar con él voy a estar preparado como para hacerlo. Trabajar con él va a ser bueno. Finalmente, después de descartar nombres como Pancho Segura Cano, Thomaz Koch, Bob Hewitt y Lew Hoad, elegí a Tiriac para realizar el gran cambio".

"Debía cambiar porque me daba cuenta de mis limitaciones. Estaba muy lejos de mi casa, tenía muchas cosas que me aquejaban, problemas que no podía solucionar. Sabía mucho de técnica, pero tenía tantas alternativas para solucionar los problemas de mi juego que eso me perjudicaba. Y Tiriac empezó a ordenar muchas cosas de mi vida. Lo primero que me dijo fue: No podés tener sentimientos para jugar. No podés estar extrañando tu país y pensando en ganar Roland Garros. Tenés que olvidarte de tu tierra, de tu familia, de todo".

"Tiriac le pedía eso a sus otros jugadores, pero yo no era como ellos. Era una mezcla de los tres: tenía esa parte melancólica de Orantes; la locura de grandeza de Panatta; y los ataques de talento de Nastase. El trabajo que había que hacer era muy arduo. Y lo que Tiriac hizo fue hablar mucho conmigo. Él me preguntaba: ¿Qué sentís en el golpe? Y yo le daba tal espectro de cosas en la respuesta que él comprendía exactamente lo que yo sentía. Era el alumno ideal. Además, cuanto más me aislaba, más rendía. Se lo dije a Luis Hernández en Virginia Beach, donde hacía la pretemporada, y él lo publicó en El Gráfico en marzo de ese año: Para poder ganar un torneo de Grand Slam yo me tengo que entregar, y yo elegí a este tipo para entregarme. De ahora en más, el Vilas que conociste lo vas a reencontrar dentro de quince años. Este es un Vilas diferente".

"Un día le pregunté a Tiriac: ¿Qué seguridad tengo yo de que toda tu información no es interesada por la plata que te pago, sino en la búsqueda de una victoria? Entonces él me respondió: Si yo, que todavía no he obtenido nada importante dentro del tenis, consigo una victoria con vos, voy a lograr un reconocimiento internacional que me va a durar toda la vida. Hicimos un pacto: Vos, Tiriac, querés vivir toda una vida en el tenis. Yo no. Lo que quiero es escribir la historia. Y para hacerlo tengo cinco años más. ¿Vos querés una vida? Yo te voy a dar una vida. ¿Yo quiero cinco años? Vos me vas a dar esos cinco años".

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En la segunda entrega, Roland Garros '77 inicia con miedos e incertidumbres. Pero rueda tras rueda, el campeón comienza a asomar.