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"Soy feliz con todo lo que hice"

ProFocus: Checa/Bertolin/Mana

ROSARIO -- Pasadas las 12 de la noche, y más de dos horas del final del partido, apareció Rodrigo Roncero. El hombre más buscado en el Gigante de Arroyito. El pilar formado en Deportiva Francesa le decía adiós al rugby y todos querían abrazarlo. Hasta los Wallabies esperaron el tiempo necesario para su momento de saludarlo dentro del campo, tras el triunfo por 25-19 ante Los Pumas. Las banderas de "Gracias Rorro", la ovación cuando entró a la cancha y también cuando salió son momentos que seguramente nunca olvidará. Y él se encargó de decir lo que sentía: "Para mí es inolvidable".

El resultado que no fue el esperado quedó de lado. Los 55 tests con la camiseta de Los Pumas eran mucho más y no dudó en decir que "voy a estar eternamente agradecido al rugby y al seleccionado". "Le debo los mejores momentos de mi vida, no puedo elegir un partido. Escuchar el último himno fue inigualable", aseguró.

Su mujer le entregó un libro en Rosario antes del choque con los Wallabies con palabras de sus amigos del rugby y para él fue muy emocionante. "Me la pasé llorando antes del partido. Tuve que cortar de leerlo, porque quería disfrutar el día al máximo. Me llevo lo mejor de esta noche. Más allá del resultado, el reconocimiento que hubo acá no me lo hubiese esperado nunca".

- ¿Te quedó alguna deuda pendiente?
- No. Soy feliz en todo lo que hice, no hubiera cambiado ni una coma. Voy a ser un eterno agradecido a este deporte y a Los Pumas. No tengo nada que reclamarme.

- A Mario (Ledesma) se le escaparon algunas lágrimas cuando se retiró en el Mundial, a vos se te ve entero...
- Se me escaparon muchas lágrimas antes del partido, con el libro. Me la pasé llorando. Gasté todas las lágrimas antes del partido.

Su última camiseta la guardará para su familia y también las de Juan Martín Hernández y Juan Manuel Leguizamón, que se las regalaron en Rosario. "Estarán marcadas a fuego en mi casa", contó. También dentro de la intimidad del día de su adiós dijo que las palabras de Santiago Phelan, ex compañero y actual entrenador de Los Pumas, lo emocionaron. "Fueron fuertes", dijo, y devolvió todo el afecto con elogios: "Son un staff que los aprecio mucho, y son los mejores entrenadores que hoy pueden tener Los Pumas. Tanto Tati como Mauro (Reggiardo), el Negro (Gaitán), el Chino (Turnes) son excelentes entrenadores. Han ido mejorando, como mejora un jugador de rugby".

Rorro estuvo muy cerca de retirarse en junio, pero después del test con Italia en San Juan cambió de planes y estiró su carrera. Hoy, está claro que no se arrepintió: "Fue la mejor decisión que he tomado".

Ya del otro lado de la línea de cal, el ex Deportiva Francesa será un hincha más y se dedicará a su agencia de viajes. Pero su corazón siempre estará con Los Pumas. "Cada vez salen más jugadores, hay recambio, buen equipo, buenos valores que es muy importante para nosotros. No va a ser fácil, va a haber puntos muy altos y muy bajos. Hay que tomárselo con calma y estoy seguro de que en unos años vamos a estar peleando por la Copa en el Rugby Championship".

- ¿Te imaginaste alguna vez todo esto que te pasó en tu carrera?
- No, la verdad es que no. Cuando uno empieza a jugar va dando pequeños pasos. No me imaginaba ni jugar en la Primera de Deportiva Francesa. Y después se dio en el seleccionado de Buenos Aires, Los Pumitas, Los Pumas. No hubiera soñado nunca jugar en Los Pumas.

El Gigante de Arroyito se puso de pie cuando Roncero dejó la cancha a minutos del final. Sin embargo, no había nada preparado y Rorro, ni el día de su retiro, quería salir: "No hubiera salido. Yo en la cancha durante toda mi carerra quería dejar todo y salir vacío. El mejor o el peor, pero dejar todo. Me sacaron porque venía mal de la rodilla, estaba rengueando. Hubiese preferido jugar los 80 minutos. Pero se me puso la piel de gallina. El calor que tuvimos acá en Rosario fue increíble. No puedo pedir más".