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Gigantes de oro

EFE

MADRID -- La Liga española tiene a los dos mejores jugadores del mundo. No hay discusión alguna. Messi y Cristiano Ronaldo están por encima de cualquiera como se comprobó nuevamente en el clásico. Ambos estuvieron sublimes en un duelo muy intenso donde se vio que, sin ellos, ni Barcelona ni Real Madrid serían lo mismo. Uno de los dos será el próximo Balón de Oro.

La primera parte fue de claro color blanco hasta el minuto 30. En ese tiempo los de Mourinho fueron superiores y hasta le discutieron la posesión del balón a un líder, que atrás sufrió mucho como era de esperar con una defensa improvisada en la que los centrales fueron Adriano y Mascherano.

El Real Madrid descubrió que a través del balón podía ganar el partido. Así llegó el gol de Cristiano después de una combinación excelente. A continuación Benzema tuvo el segundo en otra jugada de manual de los merengues. El francés estrelló el balón en la madera cuando peor estaba el Barça. Dio la impresión de que si Karim hubiera marcado el resultado podría haber sido otro diferente. Sergio Ramos tuvo otra ocasión muy clara antes a la salida de un córner aprovechándose de la debilidad de centímetros del Barça.

El partido cambió de rumbo en el minuto 31. Cuando peor lo pasaba el Barça apareció la figura de Messi para empatar después de un error de Pepe. El Camp Nou respiraba después de no reconocer a los suyos en la primera media hora. El despertar culé tuvo que ver también con Montoya. El canterano estuvo impecable. Dani Alves se lesionó en el 27 y el español salió como cambio para tapar la banda del brasileño que tanto estaba castigando el Madrid con Cristiano y Özil. Dentro de muy poco veremos a Montoya siendo el lateral derecho de la selección española y del Barça.

El Real Madrid se fue al descanso con la sensación de que podía haber dejado sentenciado el partido. No tanto por las ocasiones claras desaprovechadas (la de Benzema y Sergio Ramos) sino más por la sensación de que el Barça estuvo medio dormido.

Ya en la segunda mitad el Barça espabiló y buscó la profundidad con Iniesta y Pedro. Ambos entraron más en juego y buscaron las asociaciones con Xavi y Messi. Sin embargo, el gol llegó después de una genialidad de Messi que marcó de falta directa. Casillas pudo hacer mucho más. El arquero está muy lejos de su nivel. La falta era más que parable.

No se asustó el Real Madrid con el gol de Messi y buscó la reacción a través de Özil. El alemán, con Cristiano Ronaldo, tiró del carro y él fue quien generó casi todo el fútbol madridista. De sus botas nació un pase milimetrado para que CR7 empatase. El portugués estuvo genial en la definición. Su compromiso con el Real Madrid es total. La última parte del clásico la jugó con el hombro tocado. Otro se hubiese retirado, pero él portugués siguió jugando pese al dolor extremo.

Al final el reparto de punto dejó sensaciones contradictorias en ambos bandos. En el caso del Barça porque se fue pudiendo haber sentenciado la Liga y en el Real Madrid porque por momentos se vieron a cinco puntos del líder. Y a la pregunta de si hay Liga. La hay. El Barcelona sabe que el Real Madrid va a ir a más. Cualquier tropiezo a partir de ahora, seguramente, le costará puntos.