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Los que hicieron la ley

Una foto de 1860 del Royal Engineers Football Team, primer subcampeón de la FA Getty Images

BUENOS AIRES -- Avanzado el siglo XIX, el fútbol tenía un importante desarrollo en las escuelas inglesas. Claro que cada cual lo jugaba a su modo. Valía usar las manos, valían los empujones y algunas patadas. Al parecer, la descarga de adrenalina masculina era el valor prioritario a defender.

La Universidad de Cambridge y el Sheffield Football Club, entre otros, intentaron establecer reglas básicas para ordenar el caos y la dispersión, pero esos intentos tuvieron una validez acotada y sólo rigieron en sus respectivos ámbitos.

Seguramente, los padres fundadores del más bello deporte creado por el hombre no presintieron ni remotamente el explosivo potencial deportivo, político, social y económico de la pelota (aun cuando a los británicos nunca les costó pensar a escala global y con mentalidad de conquista). Sin embargo, concluyeron que el marco institucional y la ley (no sólo el espíritu competitivo) eran indispensables para hacer crecer ese juego que apasionaba a los jóvenes. Había que rescatarlo de su estado salvaje.

Así fue que, el 26 de octubre de 1863, hace redondos 150 años, los representantes de un puñado de escuelas y clubes se reunieron en la Freemasons Tavern de Londres y en una sucesión de reuniones comenzaron a darle forma al rey de los deportes.

Las discusiones fueron acaloradas y el cisma resultó inevitable. Quienes luego encausarían sus inquietudes deportivas en el rugby se retiraron en desacuerdo con que se prohibiera el uso de las manos para transportar la pelota y con que se suprimieran algunos contactos físicos peligrosos.

Los que quedaron y le dieron el sí a la normativa, se constituyeron en la Football Association (FA), órgano que propició la necesaria organización de las competencias a través de torneos, en un juego cuya expansión ya no se detendría.

Luego de ocho años de la fundación, en 1871, la FA aglutinaba 50 clubes. Y en 1872 se celebró el primer certamen formal que registra la historia del fútbol, la FA Cup (Copa de Inglaterra), que en aquella remota versión contó con 15 participantes y se la llevó Wanderers, que derrotó en el partido final a Royal Engineers.

Faltaba mucho para que viera la luz la FIFA, nacida en 1904, y para que el fútbol difundiera su irresistible influencia atravesando países y culturas como un novedoso y homogéneo lenguaje. El fútbol era por entonces un invento inglés para consumo inglés. Aunque ya en 1872 tuvo lugar el primer partido internacional entre Escocia e Inglaterra. La liga original data de 1888, y en ella participaron 12 equipos.
Si bien detalles cruciales del juego como la duración de los partidos y el peso y tamaño de la pelota se establecieron años después de las célebres reuniones en la Freemasons Tavern, en las jornadas de 1863 se redactó un breve reglamento sobre el que se edificaría la monumental estructura del fútbol.

Para tener una noción del valor cultural de este escrito, que contiene apenas 13 reglas, incluida la que especifica las dimensiones de la cancha, basta decir que se exhibe en la Biblioteca Británica junto a la Carta Magna de 1215 (embrión de las constituciones) y el First Folio de William Shakespeare (primera edición de su obra, reunida por dos actores y publicada en 1623). Es decir, entre los más respetados tesoros de la isla de Inglaterra.