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Sacar empate en el Azteca les agrada

LOS ÁNGELES -- México y Nueva Zelanda jugarán este miércoles el crucial encuentro de la primera vuelta del repechaje para acceder a la Copa del Mundo de Brasil 2014. El Estadio Azteca será un escenario de lujo y no hay duda de que el ambiente en el graderío será memorable por todo lo que se está jugando el Tri. Los 'All Whites' son conscientes de ello, también del factor altitud, que podría afectar a su juego, y la urgencia de los locales por encarrilar la eliminatoria lo antes posible.

Por eso, el mensaje es claro: Nueva Zelanda buscará salir vivo del Azteca y un empate sería un resultado que haría más placenteras las casi 16 horas de vuelo de regreso a su país.

"Si regresamos a nuestra casa con un empate, eso sería magnífico. Todo lo que venga a partir de ahí será un bonus", confesó el defensor Tommy Smith. "Estamos entusiasmados por jugar estos partidos. Estamos a dos juegos de ir al Mundial y todos queremos jugar".

Los neozelandeses son conscientes de que México es el favorito y asumen su papel de débiles con facilidad. Jugarán frente a los ojos de más de cien mil espectadores que verán el juego desde la tribuna y otros millones desde sus televisores. La presión será enorme y en la comitiva están vendiendo que utilizarán un sistema defensivo.

"A ver si conseguimos que no marquen en el Azteca y así hacemos que la presión esté de nuestro lado en Wellington", apuntó Shane Smeltz. "Creo que este primer partido es muy importante. Es crucial que logremos algo. Si salimos vivos y se define en Wellington, estaremos muy contentos", señaló en consonancia a las palabras de otros compañeros.

"Jugando fuera de casa vamos a intentar defendernos bien y mantener el partido ajustado. En Wellington será completamente diferente. Tendremos que trabajar duro en este partido, si no lo hacemos nos castigarán", agregó Roy Fallon.

EL ESPÍRITU DE BARÉIN

Fallon, ariete de los kiwis, tiene grabado en su memoria el encuentro de repesca que Nueva Zelanda jugó ante Baréin antes del Mundial de Sudáfrica. Un gol suyo desequilibró la balanza a su favor en el encuentro de vuelta en Wellington (la ida acabó con empate a cero) y los kiwis jugaron su primer Mundial desde 1982.

"Tenemos que disfrutar porque muchos de nosotros no tendremos esta oportunidad nunca más. Especialmente en el Estadio Azteca. Recuerdo ver a Maradona en el Mundial del 86. Han pasado muchas cosas en ese estadio delante de cien mil personas. Cuando juegas con México en un partido de estas características, los chicos tienen que disfrutar. Será un partido formidable. Los fans estarán encima. Ya jugamos contra México en el Rose Bowl (Los Ángeles) con 80.000 fans mexicanos ahí. Puedes sentir la atmósfera. Eso nos dio una idea de lo que será. No será fácil", apuntó el veterano jugador.

Aunque sobre el papel los 'All Whites' se sienten inferiores, lo cierto es que se agarran al clavo ardiendo del inestable presente que vive el Tri. El baile de técnicos en el banquillo en las últimas semanas y la presencia de un equipo casi completamente renovado les coloca en una posición en la que quieren meter el dedo en la llaga.

"México está en una posición vulnerable", afirmó Jeremy Brockie. "Nadie imaginó que acabaran cuartos. Tuvieron cambios de entrenador y jugadores así que es un buen momento para golpearles. Si sacamos algo del partido en México, podremos cerrar en casa. Tuvimos la experiencia en Baréin y espero que se repita", señaló el jugador, cuyo deseo es el de sacar provecho de la situación.

"Es una gran ventaja para nosotros. El nuevo entrenador, algunos jugadores clave están fuera. Creo que muchos mexicanos estarán descontentos con eso. Si podemos aprovecharnos de su mala fortuna, igual podemos ir a Brasil", sentenció.

La selección de Nueva Zelanda practicó en doble sesión durante la jornada del domingo. El lunes volverán a practicar por la mañana y ese mismo día volarán a Ciudad de México para continuar la preparación para el juego del miércoles.