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La salida de Checo, una derrota de Whitmarsh

Sergio Pérez dejará de correr en McLaren, lo cual es un duro golpe para el automovilismo mexicano. Una derrota porque estaba en un asiento donde podía aspirar a ganar un título.

Pero, ¿por qué se va de Woking el piloto tapatío? Los resultados no lo respaldaron, así de simple, no importa que haya dado grandes exhibiciones de talento y valentía, ni importa que haya logrado un quinto lugar, mismo que fue lo máximo que consiguió Jenson Button en el 2013; tampoco importa que cada nuevo desarrollo para el terrible MP4-28 haya sido dado a Jenson antes que a Checo y que eso se reflejara en calificaciones y carreras.

Al final, el diferencial entre pilotos hizo creer al equipo que el objetivo de tener a un joven piloto que superara al inglés, no se cumplió y que había que hacer un cambio.

McLaren no quería alguien igual a Button, quería alguien mejor, como lo era Hamilton. Más allá de inesperadas ponchaduras y otras circunstancias infaustas, los números no mienten en el frente a frente Jenson-Checo: en cuanto a calificación hasta ahora es 9-8 favor de Button con un porcentaje de posición de largada de 10.2-11.1. En carrera el déficit es 12-5 con un porcentaje de 9.4-10.6 y en puntos es un 60-35. Así de llano, no inventen tontas teorías de complots o de retraso de pagos de Claro en el patrocinio o que McLaren quería dinero de Telmex.

Pero, ¿todos son ciegos en McLaren? ¿Nadie valoró los imponderables? Hagamos memoria y solos nos responderemos esa pregunta.

Para llegar a McLaren tres personas empujaron, claro sin dejar de lado el apoyo incondicional de Carlos Slim y su apertura de negociación.

El primero fue Adrián Fernández, quien se encerró en el Gran Premio de Spa por horas con Martin Whitmarsh para venderle la idea de tener al talentoso Pérez. Que luego se rompiera la relación porque Checo no estimó necesario tener un manager como Adrián después de firmado el contraro, eso es otra cosa.

El segundo, Jo Ramírez, quien intercedió antes, durante y después por Checo ante Whitmarsh y acabó de redondear la confianza del director de McLaren para que finalmente firmarán el contrato.

Y el tercero, el que estuvo con él hasta el último momento: el propio Martin Whitmarsh.

El que Checo se vaya de McLaren es principalmente una derrota de Whitmarsh porque apostó por él y aunque los números no lo favorecían, aunque había voces que se quejaban de arrogancia y soberbia del mexicano, aunque existieron hasta razones reales de falta de madurez, Martin abogó por una segunda oportunidad.

Aquí habría que asentar que otro gran problema de la negociación Pérez-McLaren fue que empezó hasta octubre, cuando ya muchas cosas están cocinadas en la F1, y debió haber sido en junio, en fin, sigamos con Whitmarsh.

Martin, por "mala onda" que parezca, ofreció a Checo algo parecido a esto: contrato por un año más, pero condicionado a revisión cada tres carreras sujeto a resultados con opción a darlo por terminado unilateralmente por el equipo tras cada revisión.

Por duro que parezca, eso significaba un "te quiero" (sea dicho esto en el sentido más inocuo de las palabras no imaginen nada romántico, por favor), sólo que Checo basado en su propio y único juicio, bueno o malo, pensaba que su esfuerzo y demostración más allá de los puntos merecía no sólo un contrato garantizado, sino que este fuera por dos años y además con un aumento salarial.

La argumentación de Checo para pedir ese contrato era que se hizo mucho con un auto muy malo, pero no hubo contraoferta satisfactoria, al contrario, de más arriba, de la oficina del CEO Ron Dennis y sus alrededores llegó la orden de: "Martin tú ya escogiste a tu piloto y no funcionó, así que ahora nosotros eligiremos a uno". ¿Será Magnussen o Hulkenberg? Eso no lo sé, pero parece que el más cercano es el hijo de Jan, que además es piloto McLaren, viene de una gran temporada WRS y además trae algún dinero, que como dicen "no es la vida" pero cómo calma los nervios.

Así, Martin sufrió una derrota con Checo y quedó debilitado por un año terrible con la peor crisis de diseño de la historia. Al menos si Magnussen no es la solución, esta vez la decisión no fue sólo suya.

El gran misterio es qué sucedió en la negociación para que pasaran de una oferta a un "gracias, pero no gracias", eso lo sabe Checo y lo sabe Whitmarsh.

Ahora Checo se convierte en una interesante pieza en la "silly season" de la F1 donde básicamente quedan seis asientos por ser anunciados como oficiales: Lotus, Sauber y Force India, lo malo es que como en el juego de las sillas de las fiestas infantiles, ya sólo hay seis asientos y están dando la vuelta alrededor de ellos una decena de pilotos, y más grave aún, es que la música está por detenerse y muchos se quedaran parados.

Pero todavía más negativo aún es que entre esa decena de pilotos donde están el genial Hulkenberg, el ricachón Maldonado, los consistentes Di Resta y Sutil, el aferrado Barrichello, el expectante Grosjean, un par de rusos con dinero fresco y padres generosos, están los mexicanos Pérez y Esteban Gutiérrez.

Suena duro pero hoy, por primera vez en mucho tiempo, México tiene dos pilotos en la Fórmula Uno y apareció en el calendario provisional de la categoría para 2014, pero también hoy, me refiero al 14 de noviembre de 2013, de cara al 2014, México no tiene nada... ni asiento para Sergio Pérez ni para Esteban Gutiérrez ni Gran Premio en México, nada y puede que esto sea permanente.

"¡Cálmate, pesimista!" me dirán algunos, pero es un hecho, el mismo Checo lo dijo ayer, "prefiero hacer otra cosa que correr por correr en cualquier equipo". Esto significa: de Marussia y Caterham ni hablemos, pero eso no necesariamente aplica también para Esteban.

Ahora todo, y en verdad es todo, está en las manos de Carlos Slim, quien en Austin le agregará horas al reloj para reunirse con cuanto personaje sea necesario para conseguir que los dos mexicanos corran en F1 en 2014, aunque ya parece demasiado tarde.

Slim, junto a su fiel escudero Jimmy Morales, harán hasta lo imposible, pero eso no significa ni está cerca de ser un literalmente un arreglo con un cheque en blanco. Para todos los que se van con la finta de lo que dice la lista de Forbes cada año, precisamente los Slim tienen un patrimonio muy grande porque no gastan, invierten; porque no compran a cualquier precio, negocian; y toman buenas oportunidades. En otras palabras, por dinero no es el camino.

Carlos tiene como proyecto, a través de la Escudería Telmex, tener pilotos mexicanos (uno y si se puede dos) en la F1 y como coronación que esto se haga en un Gran Premio en México.

Hoy ese proyecto se tambalea, con Sauber hay mucho dinero ruso, con Lotus acecha el venezolano y Quantum quiere a Hulkenberg. ¿Sacrificará a Esteban para salvar a Checo? ¿Qué pasará si sólo alcanza a asegurar un asiento? ¿Y si no consigue ninguno?

Por el momento confiemos en el "Charal" (así le dicen sus amigos) y creamos que va a resolver el asunto y tendremos dos pilotos y eventualmente un Gran Premio, lo cual no urge.

Pero en honor de la verdad, la misión luce muy complicada. Pero también recordemos que Carlos es miembro del Senado de la FIA y en este caso valdrá más el cabildeo que el dinero.

Force India parecería una opción para Pérez, porque su salida de McLaren tuvo amables y hasta cariñosas cartas de por medio, lo que haría pensar que en un caso muy generoso, McLaren use su influencia en el equipo del patrocinio de Sahara para colocar al mexicano.

¿Que las cosas se ven feas? Sí. ¿Que se ve complicado se arreglen? También. ¿Que aún hay esperanza? Eso es lo que queda.