BELGRADO -- La extensamente comentada suspensión de Victor Troicki y la repentina baja de Janko Tipsarevic para la final de la Copa Davis le han abierto las puertas del protagonismo a Dusan Lajovic, de 23 años, con apenas un puñado de partidos ATP y un ranking que lo ubica en el puesto 117, a solo tres escalones de su mejor ubicación histórica (114°, en el último junio). Pero, ¿qué pergaminos trae el serbio? ¿Puede dar el batacazo?
Lajovic emergerá como segundo singlista de un equipo que más que nunca reposará sobre el poderío del N°2 del mundo, Novak Djokovic, reciente campeón de las Finales ATP y con un tremendo invicto de 22 partidos, que casualmente comenzó en la serie de semifinales, ante Canadá.
"Novak es la persona más importante que salió de Serbia, al menos en los últimos años; es increíble la manera en que representa a nuestro país. Él hace cosas por nosotros que uno ni percibe. Recién cuando te toca viajar y estar en distintas partes del mundo te das cuenta todas las cosas positivas que genera", lo elogiaba Lajovic en febrero, en charla con ESPNtenis.com.
Lajovic es contemporáneo de Marko, el "del medio" de los tres hermanos Djokovic (el otro, Djordje, está dando sus primeros pasos como profesional). "Me llevo muy bien con los tres", contaba el serbio. E ilustraba: "Novak, cuando puede, trata de practicar conmigo. Siempre me da buenos consejos. Verlo trabajar es una de las cosas que me empuja a mejorar. Es una persona increíble".
Lajovic llega a su Belgrado natal con 79 partidos en el año, apenas dos menos que Novak. Claro que su recorrido fue un tanto más variado: Challengers, clasificaciones ATP, cuatro partidos por torneos del circuito, y un acumulado global que lo hizo saltar unas 40 posiciones a lo largo de la temporada, acercando la meta inicial del Top 100.
"Lo principal, igual, es mejorar como tenista. El ranking vendrá solo", enfatizaba Lajovic en el encuentro con ESPNtenis.com. ¿Qué fue trabajando durante 2013? El saque, la agresividad, las subidas a la red; iniciativas respaldadas por un sólido juego de base y un potente revés a una mano.
Este año, Lajovic conquistó dos títulos Challenger y alcanzó una tercera final, coronando la mejor temporada de su corta carrera; y revirtiendo un arranque con polémica incluida, por un confuso episodio en Viña del Mar que involucró al universo de las apuestas y los arreglos de partidos.
Bien lejos de ese mal trago, el serbio tendrá la oportunidad de volver a un escenario de Copa Davis, aunque esta vez por los puntos (ya había jugado el útlimo partido de una definida serie ante Suecia, en 2012) y bajo máxima atención.
Y de máxima atención a máxima tensión hay más que un simple juego de palabras. Pero, para Lajovic, la Davis representa cualquier cosa menos un padecimiento: "Es una atmósfera diferente a todo, una experiencia increíble. Defender a tu país es una sensación indescriptible, algo muy emotivo. Amo jugar para mi equipo. Además aprendes mucho".
Esta vez, deberá sacarse rápido el traje de aprendiz. ¿Se vestirá de héroe? Un potencial quinto punto lo espera. Como sea, el invitado sorpresa ya está listo para la ceremonia.