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El lenguaje de los brasileños

Los brasileños no terminan de entrar en clima mundialista Gettu Images

SAN PABLO -- Queridos lectores: ¡Corran a aprender portugués! Nos estamos perdiendo Brasil por el idioma! Es tiempo de romper las barreras idiomáticas.
En los colegios deberíamos estudiar portugués, en lugar de inglés.

Hoy volví a pisar tierra brasileña y para mí es una felicidad enorme. Cada vez que visito Brasil me siento más humano, mejora mi educación; Brasil endereza mi vida de mono. Es así, queridos lectores, Brasil no es un país, es un mundo aparte.

Sabemos, hay una gran rivalidad futbolística entre argentinos y brasileños. Y para Brasil es mucho más importante ganarle a Argentina que ganar una Copa del Mundo. El lenguaje de los brasileños es corporal, futbolero, intenso y su objetivo es ganarnos siempre.

Pese a esta rivalidad de años, el fútbol brasileño continúa siendo un misterio. Es áspero, infinito, enigmático, inabarcable para los argentinos. El "futebole" brasuca no solo son Pelé, Garrincha, Neymar, Pato. No, señores, hay un fútbol desconocido que también es brasileño.

Haré una lista a la bartola de muchos clubes brasileños: Morrinhos Futebol Clube, Río Branco, Tiradentes, Toquaritinga, Bonfinense, Etti Jundiaí, Linense, Goiás, Friburguense, Montes Claros, Sousa Paraibá, (tiene como logo la figura de un dinosaurio); Brigadier Tobias Olaria Futebol Clube, Planalto, River Piauí, Merelinense, Sampaio. Todos juntos parecen un poema concretista de Augusto de Campos...

Fui invitado a la extraordinaria Balada Literaria que organiza mi amigo Marcelino Freire, uno de los escritores más interesantes de Brasil. Con Marcelino trabaja una muy buena poeta, Anna Zeppa.

Ahora descanso en un bar de San Pablo, veo los banderines de fútbol y anoto los nombres, mientras a mi alrededor intelectuales y artistas brasileños hablan en voz alta. Me quedo mirando los banderines preciosos, con un vaso de gaseosa en la mano.

Imagino que cada uno de esos clubes tendrá su historia. ¡Es tan poco lo que sabemos de nuestros hermanos brasileños!

Pese a ser un país futbolero, me doy cuenta que hay mucha gente enojada con el Mundial. No se vive todavía el entusiasmo, esa locura que produce el fútbol cuando un Mundial se acerca.

Por un lado, es cierto que los brasileños están cansados de ganar copas mundiales. Y por otro lado, sienten que el fútbol lo ha invadido todo. Cada sector social, cada lugar, cada intimidad se ha visto desmantelada por la llegada del fútbol.

Mientras el tiempo pasa y el Mundial está cada día mas cerca. Decido caminar por las calles paulistas, olvidarme un poco de la locura del gol. Paseo por las cercanías de la Plaza República. Busco librerías de usados que acá se llaman "sebos". Pero nadie sabe, me doy cuenta que es poca la gente que lee.

Brasil no es tan lindo. Es un paraíso natural, pero también hay mucha desigualdad...

Camino buscando libros de Drummond de Andrade, novelas de Nelson Rodriguez, pero no encuentro. Me subo al metro precioso y me pierdo en una ciudad gigante.