BARCELONA --
Javier Aguirre abandonará el Espanyol a final de temporada. Ni el club tiene interés en tratar su continuidad en el banquillo, ni tampoco el mexicano ha dado señales de querer seguir. El desamor entre club y entrenador ha roto el encanto y sus caminos se separarán en junio.
A falta de cinco meses para concluir el curso, las dos partes mantienen un silencio que se contempla tan sospechoso en el entorno blanquiazul como claro se adivina en la entidad. Con un enigmático "última pregunta" despachó la que se le hizo en la sala de prensa de Mestalla el Vasco, cuando un periodista le inquirió acerca de su renovación. Señal inequivoca de su nulo interés por dar un paso al frente o, incluso, por abrir la puerta a la discusión.
La imagen de Aguirre se diría que ha cambiado en los últimos tiempos. El extrovertido, bromista y en ocasiones incluso atrevido en declaraciones que se interpretaban como indirectas a la directiva, ha dado paso a un personaje mucho más serio y alejado de ese discurso.
La forma en que cortó una pregunta acerca del futuro del polémico Thievy da a entender este cambio en el técnico.
"Yo no sé nada, es una decisión del club. Son ellos los que tienen que decidir", se limitó a contestar un Aguirre al que ha desaparecido aquel arrebatador vocabulario que tanto enganchaba entre la afición.
Más aún, la ambición ni está ni se le espera en su discurso.
"Me trajeron para mantener el equipo en Primera y en función a lo que tenemos tratamos de hacerlo desde hace más de un año", proclamó sin atisbo de ilusión el viernes, en la previa del partido contra el Valencia.
LE BUSCAN SUSTITUTO
Pero se diría que el desamor no es sólo cuestión suya.
Hace meses que en la directiva se ha instalado la duda con el entrenador. Profesional y basta, crece la sensación de que su implicación con el proyecto de club no es la esperada o la que se adivinó en sus primeros meses al frente del equipo.
Su puesta en escena, con tácticas conservadoras y a menudo alejadas de cualquier atrevimiento táctico también han calado entre los dirigentes, la mayoría de los cuales son favorables a un cambio de rumbo al acabar la temporada.
De hecho, el Espanyol, con absoluta discreción, ha comenzado a estudiar el relevo de Aguirre en el banquillo de cara a la próxima temporada. La secretaría técnica del club tiene varios nombres sobre la mesa, algunos de ellos de entrenadores hoy con trabajo, con los que estudiar el futuro, según pudo saber ESPN a través de algunas fuentes a las que tuvo acceso.
La decisión se diría que es una realidad desde el momento en que la semana pasada ni desde el entorno del técnico mexicano ni a través de un portavoz del club se molestó nadie en desmentir el rumor que apuntaba a su incorporación a una selección del continente asiático.
Puede que el Vasco esté en tratos con alguna federación o con otro club. O puede que no. Pero lo cierto es que en el Espanyol ya se da por acabado su tránsito en Cornellà. Con el equipo en una posición invisible en la Liga aunque muy alejado del descenso y su futuro en la Copa casi descartado, acabar la temporada de la mejor manera es el objetivo.
A partir de ahí, con muy buenas palabras, Javier Aguirre se despedirá.