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Jets son culpables de la caída del mariscal de campo Mark Sanchez

FLORHAM PARK -- Mark Sanchez será recordado por una jugada, una extraña, cómica e inexplicable que no se puede creer que haya sucedido.

El "Butt Fumble".

Y eso está muy mal porque cuando repasamos las cinco temporadas que pasó con los New York Jets, el error más costos lo cometió la organización.

Por la manera en la que falló en el desarrollo de Sanchez.

Para entender lo que salió mal, hay que remontarse al principio. Sanchez estaba era un joven poco pulido e inmaduro cuando llegó procedente de USC en el 2009, pero llegó a una ofensiva llena de compañeros inteligentes, duros y experimentados. Jugadores como Thomas Jones, Damien Woody, Alan Faneca, Tony Richardson, Jerricho Cotchery y Brandon Moore.

Era un equipo listo y lo suficientemente bueno para ganar partidos con un mariscal de campo no muy preparado. La química funcionó durante dos temporadas, dos temporadas casi de campeonato. Para el 2011, Sanchez estaba listo para convertirlo en su equipo (o eso creíamos), pero el talento a su alrededor envejeció y todo comenzó a hundirse.

El hundimiento se prolongó durante dos temporadas, además de un año perdido por lesión, y de pronto estaba en las instalaciones del equipo recibiendo sus papeles de la franquicia que alguna vez pareció ser perfecta para él.

Qué vergüenza.

El momento nunca fue el adecuado para Sanchez. Cuando llegó el momento para que dejara de ser el hermano menor para convertirse en la cabeza de la familia, su apoyo prácticamente había desaparecido. La gerencia no hizo un buen trabajo al reemplazar el talento, quedándose con Plaxico Burress y LaDainian Tomlinson --ambos jugadores en declive-- y la mayor diva de todas, Santonio Holmes.

El peor movimiento se produjo antes de la temporada del 2012. Después de un intento efímero por reclutar a Peyton Manning, los Jets profesaron su fe en Sanchez al darle una extensión de contrato por tres campañas, a pesar de que aún le restaban dos años en su contrato de novato. Pero esa no fue la peor parte. Eso ocurrió unos días más tarde con la noticia de que Tim Tebow llegaba al equipo a través de un canje.

Fue el principio del fin para Sanchez. A pesar de que Tebow nunca representó una amenaza seria como mariscal de campo, su presencia --y la distracción-- alteró la dinámica del equipo y desgastó a Sanchez. Seamos realistas, se derrumbó ante la presión. Después de que Tebow se fue, Sanchez admitió, "No sé si era la mejor situación para cualquiera de nosotros".

Traducción: El canje de Tebow fue un desastre para todos.

Esa temporada, en el 2012, fue crítica para Sanchez porque aún tenía la oportunidad de recuperar la buena imagen que tenía al inicio de su carrera. Sin embargo la telenovela de Tebow, junto con la contratación de un coordinador que no tenía ninguna experiencia con mariscales de campo (Tony Sparano), resultaron ser demasiado para superarlo.

Para efectos prácticos, la carrera de Sanchez con los Jets terminó en una noche apocalíptica en Tennessee --el 17 de diciembre del 2012-- en la que cometió cinco entregas de balón ante los Titans y fue informado al término del partido que ya no sería el titular.

Sanchez fue expuesto esa temporada como un pasador de sistema que depende de un sólido ataque terrestre y una defensiva poderosa. Era incapaz, ya sea con su personalidad o habilidades físicas, de elevar al equipo. Sólo un puñado de mariscales pueden hacer eso, y él no pertenece a ese grupo de jugadores trascendentes.

Algunos ex compañeros dicen que Sanchez se dejó llevar por el sentimiento tras haber recibido un buen trato de la organización. Fue mimado y nunca se le cuestionó, comportándose como si fuera su derecho ser el mariscal de campo titular de los Jets. En retrospectiva, quizás fue víctima de su éxito inicial.

Pero seamos honestos: Sanchez tenía que irse. Algunos podrían decir que los Jets debían haber reestructurado su contrato, con base en la premisa de no deshacerse de un mariscal de campo de 27 años de edad con cuatro triunfos de playoffs en su historia, pero Sanchez ya no está. En sus últimos 18 inicios para los Jets, tuvo marca 6-12 con 25 intercepciones, volteando a la afición en su contra.

"No puede jugar más en ese estadio", señaló un ejecutivo la semana pasada. "Para mí, ya está acabado. Los Jets probablemente ayudarían a su popularidad con los aficionados al deshacerse de él".

Y ahora lo han hecho, y Sanchez se convirtió en el último pasador que no lograron convertirse en el siguiente Joe Namath.

Es triste porque no tenía que ser de esta manera. Sanchez tiene talento. Cualquiera que haya visto sus seis partidos de playoffs, en especial los dos Juegos por el Campeonato de la AFC y su mágica victoria en la Ronda Divisional sobre los New England Patriots, sabe que tiene la capacidad para hacer el trabajo.

Sin embargo todo es un desastre y se complicó debido a que la organización no pudo desarrollar a su activo más valioso. Rex Ryan siguió reclutando jugadores defensivos, construyendo su adorada defensiva y dejando que su pasador se viniera abajo con el resto de la ofensiva.

El último insulto llegó en agosto pasado, cuando Ryan puso a Sanchez a jugar en el último cuarto de un partido de pretemporada sin razón alguna, a menos que crean su explicación que estaba tratando de ganar el partido. Ahí sucedió lo impensable, Sanchez se lesionó su hombro derecho.

Fin de la temporada para él. Fin de su estancia con los Jets.

Al final, fue tratado como un reserva por una organización que alguna vez lo consideró una estrella antes de que lo fuera. Nunca hubiese llegado a este punto si tan sólo los Jets le hubieran dado la oportunidad de ser realmente una estrella.