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La explosión de LaMarcus Aldridge

A todos los jugadores especiales les llega ese momento en sus carreras en el que todos los planetas se alinean y logran plasmar sobre la cancha el potencial que todo el mundo puede ver.

Para LaMarcus Aldridge ese momento ha sido esta temporada, y más específicamente, esta última semana.

El delantero de los Portland Trail Blazers ha sido un talento difícil de contener casi desde su llegada a la NBA en 2006, pero esta campaña Terry Stotts ha sido capaz de canalizar esa capacidad para el beneficio personal y del equipo.

Aldridge simplemente demolió la defensiva de los Houston Rockets en los primeros dos juegos de la serie y es la razón principal por la que los de Oregon volverán al Moda Center con el cruce bajo control y la mitad de la guerra ganada.

Los 89 puntos conseguidos son la marca más alta desde que lo lograra Tracy McGrady, irónicamente un ex Rocket, en 2003, y reflejan el dominio del jugador sobre su oponente.

Vale recordar que Houston cuenta con Dwight Howard y Omer Asik en la pintura, dos de los mejores protectores del canasto que existen no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo. Nada de esto lo detuvo y los resultados están a la vista.

Estamos en presencia de un jugador que promedió por encima de 23 puntos y 11 rebotes esta temporada y que está llevando ahora en playoffs una carga aún más grande en la parte ofensiva. Se trata de un espécimen con uno de los tiros más difíciles de marcar, debido a su estatura (casi siete pies) y puntería.

Aldridge tiene flashes de Dirk Nowitzki y aspectos de Tim Duncan, y aunque lejos está de ser como ellos, la combinación puede resultar infalible. Su arsenal ofensivo es variado, ya que no es estrictamente un jugador de estilo perimetral, pese a que si se limitara a eso igual sería una estrella. El delantero no le teme al contacto y su estructura (240 libras) le permite fajarse con ala-pivots y centros por igual.

Su versatilidad es algo que le permite a Stotts utilizarlo como referencia en alineaciones bajas, pero al mismo tiempo lo convierte en el acompañante perfecto de alguien como Robin Lopez.

Más importante aún, es alguien que cuenta con las herramientas para hacerse cargo de las posesiones candentes sobre el final. No por nada anotó promedió 2.7 puntos en los últimos cinco minutos de partidos cerrados (ganando o perdiendo por cinco puntos), una de las 10 marcas más altas de la liga con al menos 30 partidos disputados, según NBA.com.

Responsabilidades no le faltaron: entre los 190 jugadores que disputaron al menos 1,500 minutos esta temporada, solamente cuatro jugadores (Kevin Durant, DeMarcus Cousins, Carmelo Anthony y LeBron James) utilizaron un porcentaje más alto de las posesiones de su equipo, según NBA.com.

Su valor se nota en la cancha y todo tipo de números lo ratifican: la estadística Real Plus/Minus de ESPN.com lo ubicó esta temporada como el duodécimo jugador más valioso y en la posición 10 en WAR (victorias sobre un reemplazante promedio).

Además, con él en cancha los Trail Blazers son 7.1 puntos superiores a sus rivales por cada 100 posesiones, un efecto superior al que tienen Paul George, Joakim Noah, Goran Dragic o Nowitzki en sus respectivos equipos.

Con un equipo muy similar al del año pasado (a excepción de Lopez y una banca reforzada), la diferencia entre los Trail Blazers que ganaron 33 juegos la temporada pasada y los que acumularon 54 triunfos esta campaña tiene mucho que ver con el desarrollo de Aldridge.
El delantero escogió un buen momento para mostrarle al mundo de lo que es capaz. Solo queda sentarse y disfrutar.