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Heat es favorito en serie ante Pacers

LOS ÁNGELES -- Por tercer año al hilo, víctima y verdugo se verán las caras en playoffs. Miami Heat e Indiana Pacers reeditan los enfrentamientos de la campaña pasada (Finales de Conferencia del Este, 4-3 a favor del plantel dirigido por Erik Spoelstra) y de la 2011-12 (Semifinales de Conferencia, 4-2 también para el Heat).

En esta ocasión, los dos equipos más fuertes de un Este desmejorado cumplieron con los pronósticos y disputarán el boleto en las Finales con un peso inevitable: no llegaron hasta este punto dando sensación de férreos aspirantes al título. Pero como en todo, hay diferentes grados y los miamenses irradian más calor, más compostura.

Ambos conjuntos evidenciaron muchas lagunas en un camino firme, pero marcado por la irregularidad en varios momentos. Si ponemos en perspectiva las sensaciones de juego de Oklahoma City Thunder y San Antonio Spurs con respecto a la de los dos finalistas del Este, éstas son distintas. Pacers y Heat no llegan tan fuertes como en otras ediciones, no cuentan con esa mordiente, con esa aura que envuelve a los aspirantes.

El Heat busca su tercer anillo consecutivo y aunque solventó las dos series anteriores sin demasiados sobresaltos, queda demostrado que necesita unidad en su juego para que el básquetbol de sus estrellas quede bien pulido.

A pesar de que el global ante Brooklyn Nets fue 4-1, lo cierto es que los últimos dos partidos de la serie estuvieron muy parejos. Cuando Miami mete una marcha más son muy difíciles de batir, pero si los equipos rivales ayudan con sus concesiones (véase la última jugada de los Nets en el Juego 5), el camino queda allanado.

La figura de LeBron James está siendo fundamental en estos playoffs. Cuando él sonríe, su equipo le sigue la corriente y sus 30.6 puntos promedio por juego durante la postemporada le erigen como el segundo máximo anotador (después de Kevin Durant, que cuenta con 31.4 ppj); también es el jugador que más efectividad está teniendo de cara a canasta (56.4 por ciento de acierto).

Está de más hablar de la versatilidad de este genio del baloncesto y su capacidad para resolver cuando más falta hace. Pero el rey nunca puede sobrevivir sin alfiles, caballos, torres o peones, de la misma manera en la que LeBron no puede mantener su excelencia sin Dwyade Wade, Chris Bosh, Ray Allen y compañía.

Todos y cada uno de sus compañeros han asumido su papel a la perfección y saben de memoria cuándo es el momento de aparecer en escena. Spoelstra se verá ante la tesitura de qué tipo de alineación primará en esta serie, si la conformada por hombres de envergadura o no.

No le temblará el pulso para amoldarse a las situaciones que vayan surgiendo, y gran parte de esa decisión condicionará el juego de un Roy Hibbert fantasmagórico y un David West que no puede mostrarse dubitativo si desean poner las cosas difíciles a un Heat que llega como favorito a pesar de no tener la ventaja de cancha.

Sobre el papel, Indiana fue dos victorias mejor que Miami en la temporada regular, pero en la práctica hemos presenciado a un equipo que no entiende de términos medios y que pasa de notable a insuficiente en un pestañeo.

Cuentan con una eficiencia ofensiva de 101.5 puntos por cada 100 posesiones, mientras que su defensa ha demostrado visos de solidez gracias a los 96.7 puntos permitidos por cada 100 posesiones (la ofensiva de Miami es la segunda mejor con 109 puntos y en defensa el balance es de 102.9 por cada 100 posesiones).

Habrá que estar pendiente de los emparejamientos entre George Paul y James y de cómo serán capaces de contenerse entre ellos. Aunque el escolta de Indiana ya demostró el año pasado que sabe plantarle cara a LeBron, no tendrá fácil frenar la excelencia y el hambre de su rival.

Udonis Haslem, Gregg Oden y Chris Andersen se combinarán para mermar las posibilidades de Hibbert. Indiana tendrá que tener especial cuidado con los tiros exteriores, especialmente la capacidad de Allen para aniquilar desde el perímetro.

Aunque Miami luce favorito para repetir en las Finales, habrá que ponderar las ansias de los Pacers después de los varapalos que recibieron en las dos campañas precedentes. Cualquier concesión será letal para los de Indiana, que deberán dejar atrás la irregularidad intermitente de las dos series anteriores para dar la sorpresa ante el Heat.