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Argentinos con hambre de gloria

BUENOS AIRES (ESPNdeportes.com) -- En la final de la UEFA Champions League, el Mónaco contó con la presencia de dos jugadores argentinos: Hugo Benjamín Ibarra y Lucas Bernardi.

HUGO IBARRA: "Un ganador por naturaleza"
Por su juego, es un típico lateral brasileño. Con una salvedad: es argentino. Mucha proyección, gracias a su gran dominio de balón, y mucha garra para cerrar y marcar en defensa, son algunas de las características del "Negro" Hugo Benjamín Ibarra.

Nació en El Colorado, un pueblo de Formosa el 01 de abril de 1974. Comenzó a familiarizarse con la pelota en la escuelita llamada los Halcones. En 1987 lo ficharon en Club Atletico Nacional, en el que permaneció hasta 1990 y un año más tarde se fue a jugar a un equipo de la capital llamado Defensores.

Allí, donde compartía la experiencia con su hermano Esteban, empezó a cobrar por lo que hacía. Uno de sus técnicos, Daniel Olivares, le propuso ir a Santa Fe. Primero se probó en Unión pero ante la falta de alojamiento optó por Colón. Un año le alcanzó para mostrar sus condiciones y llegar a la Primera División.

Durante 1994 jugó en el Nacional B y en el '95 logró el ascenso. En total jugó 75 partidos y convirtió 5 goles. En 1998 dio un salto enorme al recalar en Boca Juniors, club en el que disputó 88 encuentros y en el que ganó campeonatos locales, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental, en Tokio nada más y nada menos que ante el Real Madrid en el 2001.

Ibarra fue convocado en seis partidos para la selección argentina a finales de la temporada de 2002/03 pero no juega un partido en la albiceleste desde julio de 1999.

Cuando su valor se tornó inaccesible, en julio del 2001 llegó el Porto para comprar su pase en cerca de 7,8 millones de euros. Un año más tarde, el "Negro" se peleó con el entrenador José Mourinho, lo que posibilitó su regreso a Boca y otro título: la Copa Libertadores 2003. Una vez finalizado su prestamo con los "xeneizes" retornó a Europa y se encontró con que los "Dragones" habían ganado de todo. Sin lugar, se fue al Mónaco.

"Es todo muy lindo y muy chico. No hay centro, ni parte de atrás, ni costados. Como dicen los españoles, parece una ciudad de juguete", opinó Ibarra sobre su nueva casa. "Es una paradoja la vida, ¿no? De mi humilde pueblo de 15.000 habitantes a este paraíso. Yo tengo los pies sobre la tierra, y sé que esto es la irrealidad del mundo. Acá hay tranquilidad, seguridad, todo es alegría, el 90% de los habitantes tiene mucho dinero. No es la realidad", agregó.

Contó en Olé que vive en un edificio de Montecarlo, a media cuadra del túnel clásico de las carreras de Fórmula 1. En el piso 22, en el mismo departamento que tenía Marcelo Gallardo. Tiene vista al mar Mediterráneo. Y en la calle se cruzó con "Schumacher, David Coulthard, Maurice Green, el velocista...".

Ahora pasa buenos momentos pero también tuvo de los otros. En septiembre del 2003, "Salté a cabecear y choqué con un negro. No era un ropero, era un camión. Terminé inconsciente, con 14 puntos en la cabeza. Además, cuando caí, me fisuré una costilla. Me desperté en el hospital", contó el otro "Negro".

En Gelsenkirchen enfrentó al club dueño de su pase hasta el 2005 y justo en una final de UEFA Champions League. "Mi club hoy es el Mónaco. Si tengo que hacerle un gol al Porto lo haría y lo gritaría porque hoy me debo al Mónaco y visto esta camiseta", aclaró el defensor.

Sin embargo, no ocultó sus ganas de regresar a la entidad lusa ya que tiene "una deuda de gratitud hacia los aficionados del club portugués", según contó en el diario "Jornal de Noticias".

Además de marcar un gol fundamental ante el Chelsea (con la mano), tuvo su momento de gloria ante el Real Madrid (otra vez fue su verdugo) cuando asistió a Giuly en el gol decisivo de cuartos y "bailó" a Roberto Carlos. Hasta le tiró una rabona "in your face" lo que provocó la alegría del Príncipe. "El príncipe Alberto habla algo de español. Después de ganarle a Chelsea vino al vestuario y me dijo: "Siempre bárbaro". Es un hinchas más. Me pide que tire rabonas", contó entre risas en diálogo con el diario La Nación.

Bernardi es el motor en el mediocampo de Mónaco (AP)

LUCAS BERNARDI: "Un todoterreno suelto en Mónaco"
Nació en Rosario, provincia de Santa Fe, se formó y jugó en Newell's Old Boys (41 encuentros, un gol), club del que es hincha fanático, y luego de tres años llegó a Europa como jugador del Olympique de Marsella, por 6 millones de euros. Luego de una complicada temporada 2000-2001 (sólo jugó 8 partidos), arribó al Mónaco, donde es uno de los estandartes.

Su notable trabajo en el mediocampo le valieron comparaciones con Claude Makelele, ex Real Madrid hoy en Chelsea, y con Didier Deschamps, su entrenador actual.

Su primer año no fue para nada fácil. "Casi largo todo, pensé en irme a otro equipo. No en volver a jugar a la Argentina, porque me tenía confianza para seguir en Europa", recordó en una nota con el diario Olé. Sin embargo, a fuerza de sacrificio se erigió en el mejor volante del torneo para L''equipe.

No es goleador. Tardó dos años en gritar en Francia. Fue en diciembre del 2003, ante el Nantes, y un golazo porque hace pocos pero buenos.

El 21 de diciembre del 2000 fue citado por Marcelo Bielsa (otro hombre de Newell's) para el seleccionado argentino. Formó parte del plantel que le ganó 2-0 a México en Los Angeles, en un amistoso. Aún guarda la esperanza. "Si no es ahora... Ojalá me pueda llegar... Yo soy consciente de cómo es la realidad. Todo lo que logré fue porque viví siempre en la realidad. Nunca me la creí. Hoy lo mío es trabajar por el Monaco. Si viene algo, mejor. Si no, lo mío sigue siendo el día a día y mejorar todo lo posible", declaró.

Tiene contrato hasta el 2006 y si bien planea quedarse dos años más en Francia no descarta un cambio de aire. "Hay veces que me dan ganas de buscar otra experiencia, en otro fútbol. En otras me agarra la locura y decimos "qué hacemos acá". Aunque si te va bien, es difícil que te puedas ir. Esto es mi futuro y a veces, por más que te sientas mal, decís: "Hay que darle para adelante" contó Lucas.

"El fútbol francés te hace pensar que no podés. Que no hay dinero, que no hay equipo, pero se dio. Este año no desaprovechamos la oportunidad y tuvimos un poco de suerte", cerró.

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