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Sangre nueva

El 'Gringo' Castro estuvo a la altura de las circunstancias AP

MÉXICO -- Son ya infinidad las crónicas, notas periodísticas, encuestas, entrevistas y editoriales que analizan a fondo la actuación del Tri frente a Argentina, y es cierto, el común denominador destaca le buen partido que dio México en lo que fue su despedida de Alemania 2006.

Pero análisis más, análisis menos, lo cierto es que la duda se despejó, y el resultado, lógico al final del día, ahí está.

El Tri tenía con qué dar un mejor Mundial, se esforzó ante uno de los considerados favoritos al título, pero nos recordó por enésima vez que falta contundencia... como que esta frasesita ya aburre de tanto oírla desde hace días, ¡qué digo días, meses! años de encontrar esa llave mágica que nos abra las porterías contrarias, no importa el nivel del rival.

Pero ya de vuelta a la realidad, y con un buen desempeño frente a Argentina que nos regaló con los únicos 5 minutos de alegría para la afición azteca, justo los que se mantuvo México arriba en el marcador, habrá cientos de detalles y momentos, de estos intensos 120 minutos que serán de profundo análisis.

Todos coinciden: fue un buen partido, se perdió dignamente y hay, hasta quien cree que se pudo ganar.

Pero quiero quedarme con lo que considero verdaderamente valioso del partido en Leipzig, y es la sangre nueva de la Selección mexicana, la que le mostró al propio Técnico, Ricardo Lavolpe que en su banca tenía la llave para haber conseguido una mejor actuación mundialista, que no un título ni esos sueños guajiros que nos prometieron las televisoras en aras de defender su negocio.

Pero sí, sacar lo mejor de ese grupo que viajó a Alemania, que hoy se personificó en los jóvenes, en la calidad de un Andrés Guardado y del "Gringo" Castro... ¡esos sí que jugaron sin complejos!

No sé si será la frescura de su juventud, pero ese es el mensaje que debemos escuchar, porque es la sangre nueva la que está mostrándose al final, tras un polémico periodo de más de 3 años, en que Ricardo Lavolpe experimentó al máximo, para venir a encontrar la fórmula esta tarde en Leipzig.

Para reconfirmarnos que fue un grave error ocupar dos lugares con su yerno García, y con Claudio Suárez, porque acá se quedaron jóvenes con estas características como Landín, o el mismo Jimmy Lozano que han mostrado más corazón que lo que le vimos a muchos de su famosa lista.

Que si el planteamiento fue el adecuado, porque como argentino conoce las debilidades de sus paisanos, puede ser, pero con la alineación que presentó, desde que se entonaba con esa pasión el himno nacional, me gustó el grupo.

Creo que esa fue la clave, porque los que estaban, demostraron en el primer tiempo que si bien no somos una potencia, se puede pelear frente a ellas, y esa sangre nueva fue la que los guiaba hacía el frente cobijada en la experiencia a jerarquía de Rafa, en la movilidad del Kikín y sostenidos por Salcido y Osorio que mantenían la calma frente a la portería de Oswaldo.

Se plantaron bien, seguros y mostraron gran elegancia para manejar el balón, esos dos chicos que ya habían dado aviso de su entrega, de esas ganas y que bien pudieron llamar la atención del fútbol europeo.

Así es como hay que jugar, sin complejos. Se gana y se pierde, porque al final, el deporte es como la vida misma, y son más las veces que se pierde que las que se gana, pero hay que saber aprender de estas derrotas.

Y hoy la enseñanza es que esa sangre nueva es la que se debe aprovechar para mirar hacía el futuro, como también debemos ver al futuro con un Técnico que sepa aprovechar ese talento, que en México sí existe.

Ya Ricardo Lavolpe tiene el atrevimiento de pedir continuidad, y lejos de cumplir con lo ofrecido, la verdad es que aunque hoy comulgaron con su afición, el Tri que nos ofreció en este Mundial y a lo largo de su proceso, no representa lo mejor que México puede dar, sin triunfalismos soñadores, eso sin contar el ambiente de encono y los absurdos pleitos y favoritismos que le perjudicaron más a él, que a sus propios enemigos como la prensa nacional, entre otros muchos.

Porque es bien sabido que cuando enfocamos nuestra energía a dañar a alguien, el primer damnificado es, uno mismo.

Víctima de sus rencores y odios, Lavolpe perdió de vista que era precisamente en su grupo en donde encontraría la fortaleza para enfrentar a un rival del tamaño de Argentina, pero no en el grupo que "le llena el ojo" porque son sus amigos o fieles escuderos, sino en esos jóvenes de los que no mucho se habló, ni se ponderó, pero que se mostraron hoy por encima de la experiencia de un Sinha o Franco, o las ganas que se congelaron con la responsabilidad de un penal que sepultó el buen paso de Omar Bravo.

Pero a fin de cuentas el tapatío nos obsequió con dos buenos goles, como parte de esta sangre nueva.

Que si Chucho Ramírez, que si Hugo, que si traer a un Técnico de experiencia campeonil.... no es el momento, primero a entregar cuentas que en el balance, una efectividad por debajo del 30% con un triunfo, un empate y dos derrotas no es para pedir continuidad, menos aún cuando queda fresco en la mente que la convocatoria depende de cómo le caigas, o lo lazos que te unen a Lavolpe.

Pero es tan noble esta afición, que se conformaron con 5 minutos de la alegría de sentirse superiores a los argentinos, esos minutos que permitirán a la directiva ponerse un escudo frente a los verdaderos resultados, pésimos por cierto, frente a lo prometido, que no tanto de la realidad del nivel mexicano.

Trabajar con esa sangre nueva, conformar a un grupo que pueda conjuntarse a tiempo y no en un sólo partido, armonía y mentalidad es el reto... ojala no se desperdicie a esta sangre nueva.