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Intolerancia, made in Argentina

Opiniones o comentarios: class="STORYtextLINK">a Magdalena Kairuz
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BUENOS AIRES -- Parece que ya no sólo se trata de ganar o perder, ni siquiera de barras bravas que enloquecen cuando las cosas van mal para su equipo.

Aquí, en el estadio Único de La Plata, el local estaba dando la sorpresa de la fecha, al imponerse al líder del puntaje perfecto, Boca Juniors. Partido que además había despertado mucha expectativa porque el "Xeneize" iba por su 13º triunfo consecutivo, récord que aún ostenta San Lorenzo (por la campaña en el 2001, con Manuel Pellegrini al frente) y porque era la despedida de Alfio Basile del fútbol doméstico.

Pero nada de eso terminó siendo la noticia del día. Gimnasia se había ido al descanso 1-0 arriba. Los hinchas platenses estaban más que contentos y los de Boca alentaban con la confianza de que en el complemento lo iban a revertir.

Los quince minutos de descanso pasaron y otro más y otro más. Como ya se hizo una costumbre en Argentina no respetar la duración de los entretiempos a nadie le extrañaba este hecho. Hasta que la espera se hizo demasiado extensa y empezaron a sonar "rumores" de que el partido se había suspendido. La voz del estadio brilló por su ausencia. Nadie le informó a toda esa gente que pagó su entrada absolutamente nada, si no hasta mucho después.

Ni siquiera los medios de prensa tenían información certera. Muchas eran las especulaciones, pero los protagonistas aún no las habían confirmado ni desmentido.

Finalmente, Pedro Pompilio, vicepresidente de Boca Juniors, contó que el encuentro había sido suspendido porque el árbitro Daniel Giménez había sido amenazado por el presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata y un grupo de gente. Simplemente, inentendible.

APENAS UN POCO DE FÚTBOL
Boca había salido con todo como para llevarse por delante su rival. Gago manejaba y distribuía la pelota del medio hacia los laterales por donde subían Ledesma, Cardozo y Marino e intentaban asistir a Palermo y Palacio, pero sin suerte ante la efectiva marca de la defensa platense. Sin embargo, los "triperos" se cargaron de tarjetas amarillas por su juego excesivamente fuerte.

Esta tendencia se mantuvo menos de diez minutos, que fue cuando el "Lobo" perdió el miedo escénico y salió a presionar más sobre la salida xeneize. Aprovechó varios errores de Calvo y Silva les provocó más de un sobresalto.

Cornejo no fue el enganche que se esperaba, sino que se tiró más hacia la izquierda y Guglielminpietro se retrasó unos metros e hizo de conductor/delantero. Basualdo aportó en el ataque por la derecha, mientras que el juvenil Landa supo contener muy bien al siempre desequilibrante Palacio.

De esta manera el local inclinó la cancha para su lado y ahora el que no la pasaba bien era Boca. El "Guly" no llegó a conectar un centro rastrero de Basuado, que podría haber abierto el marcador. El "11" tuvo al menos otras tres chances claras, entre las que se incluye otro centro de Herner, que se fue por arriba cuando era más fácil meterlo que errarlo.

Silva también tuvo sus oportunidades, sin embargo el gol iba a llegar por medio de un polémico penal. Daniel Giménez le cobró falta a Calvo sobre el delantero uruguayo en el área, aunque no dio la impresión de que el defensor haya cargado al rival, sino más bien que este se cayó (o tiró) solo.

Fue el mismo Silva quien, desde los doce pasos, disparó del medio hacia la derecha, cuando Bobadilla eligió el otro palo, y Gimnasia se puso en ventaja.

El equipo del "Coco" Basile intentó revivir con las subidas de Marino y Cardozo por derecha y algún disparo de media distancia del "Cata" Díaz. Pero las verdaderas cartas de gol de Boca no entraban en juego. Palermo se movía sin la pelota y la pedía siempre, pero nunca le llegaba y Palacio no lograba deshacerse de Landa, situación que ya lo estaba inquietando y terminó siendo amonestado.

Se iba la primera parte y el "Lobo" estaba ganando, pero había acumulado seis tarjetas y Troglio se fue expulsado. Boca no estaba bien, pero, visto lo que sucedió ante Sao Paulo el último jueves, nunca se lo puede dar por muerto. El complemento prometía...

NO SE SABE PERDER, NI GANAR...
Tras una larga espera, se supo que el partido no iba a continuar. La primera versión que se escuchó fue que el árbitro Daniel Giménez fue amenazado por el presidente de Gimnasia, Juan José Muñoz, y un grupo en el vestuario. El referi llamó a los capitanes de ambos equipos y les informó su decisión.

Luego esta historia fue confirmada por Pedro Pompilio y Martín Palermo. Pedro Troglio ni siquiera se refirió a este hecho. Y Giménez se retiró en el móvil policial directo a hacer la correspondiente denuncia.

Finalmente, el presidente platense dio la cara y desmitió la acusación que se le hacía y dijo que tan sólo se acercó al vestuario del árbitro para que se solidarizara con Troglio, quien atraviesa un difícil momento familiar. Pero aclaró que ni siquiera llegó a comentárselo porque Giménez no quiso escucharlo.

En definitiva, otra mancha para el fútbol argentino, que el lunes estará en los diarios de todo el mundo (porque no hay que olvidarse que jugaba Boca) por el escándalo y no por la caída del líder o un nuevo récord xeneize.

¿Qué pasará con el partido? A juzgar por los antecedentes, podría no completarse y Boca recibiría los puntos y además Gimnasia sería penalizado. Respecto al confuso episodio, la justicia deportiva deberá tomar una decisión al respecto, sabiendo que sea cuál fuere su medida, ese será su mensaje para todos los violentos y también para aquellos que sólo quieren disfrutar de un espectáculo.

La justicia ordinaria también tomará cartas en el asunto, pero eso ya nos excede.

¿Y LA PELOTA?
Bueno, al fin de cuentas nos quedamos sin saber cómo terminaba un partido que podía ponerse apasionante. Boca no puede festejar su nuevo récord -pero tampoco puede lamentar haberlo perdido- y lo más triste es que, seguramente, todo se definirá fuera de la cancha.

Lamentable despedida para el "Coco" Basile que quería darse este gustito. Pero por suerte para él, aún lo aguarda un récord todavía mayor, ya que si el jueves próximo ganan la Recopa Sudamericana ante Sao Paulo en el Morumbí, dejará a Boca como el club con más título internacionales del mundo.

¿Gimnasia? Difícil buscar un costado positivo en estos momentos. Los jugadores ganaron en la cancha y su principal dirigente borró todo lo bueno afuera (claro, si la versión de la amenaza fuera cierta). No les queda más que mirar para adelante, pensar en su próximo rival (Banfield) y esperar que la justicia castigue a los verdaderos culpables de este escándalo.