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Huella cubana en Venezuela

CARACAS -- Manny Trillo, aquel seguro camarero que ganó tres guantes de oro y dos bates de plata en los años 70 y 80 en las grandes ligas, encabezó la lista de nuevos inmortales que fueron elegidos el jueves para ingresar al Salón de la Fama del beisbol venezolano.

En el grupo de cuatro hombres, que incluyó al veteranísimo infielder y técnico Pompeyo Davalillo y al fallecido narrador y periodista Delio Amado León, apareció un lanzador cubano de curioso apodo que muy posiblemente no sea reconocido por las nuevas generaciones de aficionados, pero cuya huella quedó marcada en los orígenes de este deporte en la nación suramericana.

Se trata de Manuel Cocaína García, pitcher y jardinero que brilló en su país natal y en las ligas negras, en México y República Dominicana, quien a partir de septiembre tendrá una estatuilla entre los 28 inmortales que hasta ahora han sido seleccionados para habitar el templo de los inmortales de la pelota venezolana.

García fue un jugador especial, en una época especial.
Nació en Manacas, Las Villas, en 1905, y hubiera llegado a las grandes ligas de no haber existido la barrera racial que Jackie Robinson derribó en 1947.
Llegó a Venezuela hecho pelotero, en 1932, como uno de tantos astros caribeños que reforzaron la naciente primera división nacional, junto a estrellas como su compatriota Martín Dihigo y el quisqueyano Juan Esteban Tetelo Vargas.

UN APODO LLAMATIVO

Buck O'Neil escribió en su libro I Was Right on Time que el apodo del serpentinero se debía a su retorcido pitcheo en curva, que nos dejaba entumecidos a todos los bateadores rivales.
La Enciclopedia de las Ligas Negras, de Thom Loverro, añade que los contrarios le pusieron el sobrenombre Cocaína porque supuestamente sus envíos dejaban a los toleteros sin foco y confundidos, como drogados.

García hizo honor a su fama en todas partes, y muy especialmente en Venezuela.
Sólo disputó una temporada de la liga profesional, creada en 1946, pero se ganó el honor de ser uno de los principales protagonistas de la semiprofesional primera división, que antecedió a aquélla.

El monticulista y patrullero eventual disputó ocho campeonatos en tierra suramericana, entre 1932 y 1944. En ese plazo, lideró el circuito en ponches, juegos completos y victorias cuatro veces, y puso la mejor efectividad en par de oportunidades. Además, cosechó un título de bateo, tres lideratos en carreras impulsadas y dos en hits conectados.

Fue tan notable su entrada a la primera división, con el equipo Caribe, que en 1932 ganó la triple corona del pitcheo y también la del bateo.

La victoria de Venezuela en la Serie Mundial amateur de 1941, en La Habana, fomentó la gestación de una liga profesional, que nacería un lustro después.
García ya estaba muy viejo para ser protagonista de esa nueva aventura, pero la extinción de la primera división le dejó con el average más alto en la historia del desaparecido circuito, con .354 puntos, y las máximas cantidades de victorias (60) y ponches (680 en 872.2 innings), de acuerdo con la más reciente edición de La Enciclopedia del Beisbol en Venezuela, de Daniel Gutiérrez y Efraim Álvarez.

Fue pitcher y cuarto bate, una rareza que se da pocas veces. El zurdo apenas disputó 10 de sus 113 encuentros en territorio suramericano en una posición distinta al montículo, a pesar de lo cual hoy exhibe el doble mérito de máximo ganador y mejor empujador.

García falleció a los 90 años de edad, en 1995, en Caraballeda, la ciudad balneario donde se hizo venezolano y donde estableció su hogar hasta el día de su muerte. Pero su huella no se borró. Por ello, figurará en adelante entre los pocos privilegiados que tienen un nicho en el máximo templo de la pelota en Venezuela.

LOS INMORTALES DE VENEZUELA

Un total de 28 ex jugadores, técnicos, árbitros, dirigentes y periodistas han sido exaltados al Salón de la Fama y Museo del Beisbol en Venezuela, desde su creación, a comienzos de década, en la ciudad de Valencia.

2003

Luis Aparicio, José de la Trinidad Carrao Bracho, Alejandro Patón Carrasquel, Alfonso Chico Carrasquel, José Antonio Casanova, David Concepción, Víctor Davalillo, Luis Camaleón García, Vidal López, Roberto Tarzán Olivo, Abelardo Raidi, el cubano Diego Seguí, César Tovar y Juan Antonio Yanes, elegidos por un comité especial.

2005

Antonio Armas, por el comité contemporáneo.
Luis Aparicio padre, Ernesto Aparicio, José Del Vecchio y Herman Chiquitín Ettedgui, por el comité contemporáneo.

2006

Baudilio Díaz, por el comité contemporáneo.
Emilio Cueche, Ramón Monzant, Teolindo Acosta y Pancho Pepe Cróquer, por el comité histórico.

2007

Jesús Marcano Trillo, por el comité contemporáneo.
Manuel Cocaína García, Pompeyo Davalillo y Delio Amado León, por el comité histórico.