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Es un salvador

MÉRIDA -- Perú tiene en estos momentos en Claudio Pizarro a un héroe que, a punta de goles de cabeza, le ha permitido avanzar en la Copa América, con una aparición providencial cuando su equipo, que no termina de cuajar una actuación regular, veía con incertidumbre su futuro en el torneo.

Pizarro fue el martes fiel a la imagen del atacante feroz que se ganó en el Bayern de Múnich de Alemania el apelativo de "Bombardero de los Andes", y confirmó por qué el Chelsea de Inglaterra lo fichó, con dos anotaciones que permitieron a los peruanos un empate que dejó fuera del torneo a Bolivia.

Un jugador potente en el área, con definición con ambos perfiles y un testarazo vigoroso, también demostró que es el máximo referente de una selección peruana que ofrece del medio campo para adelante nombres importantes, pero tiene serias carencias de contención y marca en la zona posterior.

Su socio principal en el ataque es Paolo Guerrero, con quien compartió vestuarios durante tres años en el Bayern y al que conoce a la perfección, mientras que el otro componente de ese trío ofensivo es Jefferson Farfán, uno de los diez mayores goleadores en Europa durante esta temporada que, sin embargo, aún no aparece en este torneo a la altura de sus antecedentes.

Hasta hace unos meses muchos en Perú pedían que Pizarro no fuera convocado a su selección, como un "castigo" por su baja producción goleadora en el combinado nacional, con sólo 13 goles en más de 50 partidos.

El atacante era visto como una persona a la que la fama se le había subido a la cabeza, aunque tras su traspaso al Chelsea negó tener actitudes de ese tipo, se mantuvo conciliador y atento con la prensa pero, sobre todo, reconoció que tenía una deuda pendiente con Perú.

También dejó claro que en esta Copa América, y con 28 años cumplidos, él ya era el referente, el jugador peruano con el cartel internacional más importante y encargado de guiar a la nueva generación que presenta su país en la competencia.

A pesar de sufrir una lesión frente a Venezuela y de dos primeras presentaciones un tanto opacas, Pizarro reafirmó ante Bolivia que está dispuesto a cumplir su promesa de liderar una gesta que tiene como máxima aspiración volver a un Mundial de fútbol después de casi tres décadas.

Una selección peruana que, según su propio seleccionador, Julio César Uribe, ha tenido una producción irregular y cometió frente a los bolivianos el error de experimentar con un 4-4-2 -en el se hizo notoria la ausencia del veterano Juan Carlos Balazar- en reemplazo del 3-5-2 practicado hasta el cansancio en los últimos meses.

Uribe reaccionó rápidamente ante la evidente falta de capacidad para la marca que mostró Perú y declaró el martes enfático, que para los cuartos de final retomará el sistema que le dio a su selección mejores resultados, sobre todo en la goleada de 3 a 0 que le propinó a Uruguay en el partido inicial de la Copa América.

En ese esquema, la presencia de Pizarro es vital para cortar la salida de los rivales y buscar complementarse con Guerrero para recibir los servicios de Farfán o Juan Carlos Mariño.

Pizarro reveló, tras definir la clasificación, que antes de la Copa América venía de un parón de veinte días, en el que sólo hizo un acondicionamiento físico, por lo que le ha costado encontrar el ritmo y volver a su mejor nivel.

Está convencido, sin embargo, que su aparición goleadora contra Bolivia le augura mejores momentos tanto a él como a Perú y que la continuidad de partidos hará que su selección sea de temer para el rival al que se enfrente el domingo en Barquisimeto.

Según la composición de las series, Perú, como segundo del grupo A, deberá desplazarse a esa ciudad para enfrentar al primero del grupo C, que puede ser Argentina o Paraguay, un duro reto que permitirá comprobar si los "incas" están para grandes cosas o aún siguen con la promesa de alcanzar un despegue futbolístico que asoma sólo por momentos.