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De oro puro

Guillermo Rigondeaux al parecer desertó de Cuba. AP

MEXICO -- ¿Oscar De La Hoya? ¿Don King? ¿Bob Arum?... ¿Cuál de los grandes promotores de Las Vegas hizo un pedido especial a Río de Janeiro?

El campeón doble olímpico Guillermo Rigondeaux, de la categoría de 54 kilos, y el campeón mundial de 69 kilos, Erislandy Lara, fueron declarados el domingo como "desaparecidos" de la delegación cubana que participa en los Juegos Panamericanos.

Los dos estandartes del pugilismo cubano se habrían unido al jugador de balonmano Rafael Capote, de 19 años, y a la del técnico de gimnasia artística Lázaro Lamelas Ramírez como las últimas deserciones del deporte de estado que propone la "administración" del presidente Fidel Castro.

Rigondeaux, de 26 años, con 244 victorias en 248 peleas, es la estrella de la selección cubana y su nombre se maneja como uno de los grandes boxeadores de la época revolucionaria, que incluye a personajes como Teófilo Stevenson, Félix Savón y Juan Hernández.

El peso gallo había llegado a Río de Janeiro con una marca invicta en sus últimas 105 peleas. Tenía colgada la medalla de oro incluso antes de subir al cuadrilátero.

La historia del deporte cubano tras el ataque al Cuartel Moncada ha estado tan ligada a la grandeza como a las deserciones. Pero el hecho no se había presentado con tanta frecuencia en el boxeo, donde las condiciones propias del pugilismo cubano apegado al estilo amateur no parecían tener condiciones para ser apto en el profesionalismo.

El mundo vivió con la eterna esperanza de algún día ver dentro de un mismo ring a Muhamad Ali y a Stevenson, aunque todas las computadoras pronosticaban el triunfo del norteamericano por amplio margen.

Las condiciones de Rigondeaux no están en duda. Es un boxeador completo, con una gran pegada, con aptitudes técnicas y con una reputación valiente, bien ganada desde que su talento quedó esparcido en el ring del gimnasio de Bal Harbour, durante los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

Tiene sólo 26 años y una enorme experiencia, lo cual le garantiza una exitosa carrera por el mundo del boxeo profesional.

Estoy seguro de que será un platillo muy apetecible para cualquiera de los grandes promotores que manejan los hilos del pugilismo profesional.

Esta nueva historia de deserción tiene un antecedente muy fresco. Odlanier Solís, peleador de la categoría pesada, el minimosca Yan Bartelemí y el pluma Yurioriquis Gamboa se quedaron en Venezuela el 23 de diciembre del año pasado, tras abandonar a la selección cubana que entrenaba junto a un grupo de peleadores venezolanos para los Juegos Panamericanos en Río de Janeiro.

Más tarde, y temiendo que el gobierno de Hugo Chávez pudiera deportarlos a Cuba, se marcharon a Colombia. Solís, de 26 años, firmó un acuerdo con la empresa promotora alemana First Artist, mientras que Bartelemí, de 26, y Gamboa, de 25, lo hicieron con la también empresa germana Arena Box por cifras millonarias no reveladas.

Algunos especialistas creen que los cubanos que desertan deben buscar su futuro en el boxeo europeo, tal y como lo hizo a el campeón mundial crucero del CMB, Juan Carlos Gómez, quien tuvo una exitosa carrera en Alemania tras desertar de Cuba.

Rigondeaux es oro puro. No tendrá ningún problema para triunfar en el profesionalismo.
No soy nadie para meterme en temas políticos. Prefiero no hacerlo, pero creo que ya dio lo que tenía que darle al deporte de Fidel Castro y a su doctrina socialista. Es tiempo de que abra otro mercado... El de Las Vegas.