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¿Es el equipo de Ramón?

BUENOS AIRES -- "No hay nadie como yo que quiera volver a River, pero es una cuestión de lealtad", fueron las palabras de Ramón Díaz hace poco más de tres meses, cuando comunicó que rechazaba tomar el lugar dejado por Daniel Passarella, para cumplir su palabra con San Lorenzo.

Una decisión difícil de entender para el hincha millonario que lo esperaba ilusionado para intentar recuperar esa época de gloria, en la que River festejó siete títulos de la mano de Ramón.

Difícil de entender, pero respetable. Porque el hombre estaba cumpliendo con su palabra, algo que no sucede tan a menudo por estos días.

Tal vez por eso, y porque en el fútbol actual la mayoría de los ídolos son fugaces (enseguida se los llevan para Europa) este domingo, en el Monumental volvió a retumbar el "Oy, oy, oy..."

La voz del estadio lo omitió cuando informó la formación visitante, pero cuando apareció de frente a la platea San Martín, levantó los brazos y fue girando para saludar a todo el estadio que lo ovacionó.

A la gente de San Lorenzo poca gracia le causó esta "escena de amor". Algo similar se dio con la salida de Andrés D'Alessandro, una de las últimas figuras surgidas de la cantera riverplatense. Sin dudas, no era un clásico más.

YA NO ES EL EQUIPO DE RAMÓN
El pitazo de Héctor Baldassi, devolvió a todos a la realidad. Triste realidad para unos...

Porque después de apenas de un par de minutos donde se estudiaron unos a otros, el equipo del Cholo Simeone fue el que tomó las riendas.

Ariel Ortega era el más afilado. Un poco retrasado para colaborar en la recuperación y hacer una entrega directa a Falcao o Sebastián Abreu, ex sanlorencista que debutaba en el Monumental.

La defensa (Ferrari-Cabral-Tuzzio-Villagra) parecía devoradora de piernas. Oscar Ahumada no dejaba pasar una y se complementaba muy bien con Matías Abelairas que salía jugando.

Mientras River ya parecía tener todo perfectamente aceitado, San Lorenzo todavía no terminaba de acomodarse. Santiago Hirsig intentaba ser el motor de la mitad hacia adelante y Juan Manuel Torres de la mitad hacia atrás. Gonzalo Bergessio y Juan Carlos Menseguez buscaban llegar de atropellada a toda velocidad por los costados.

¿Y D'Alessandro? El Cabezón parecía no tener cabida en el ese esquema. Tirado a la izquierda entró muy poco en juego y debió retirarse a los 23 minutos lesionado. Lo reemplazó el paraguayo Aureliano Torres.

El primer cuarto de hora, no obstante, prometió mucho más de lo que realmente terminó dando el partido.

Porque después River bajó el ritmo, algo que viene haciendo cuando el rival no le exige demasiado, pero que termina perjudicándolo. Entonces San Lorenzo se animó un poco más.

Las situaciones de riesgo eran contadas y todas del lado local. Ortega tenía una precisión envidiable y en varias ocasiones entregó perfectas habilitaciones a Falcao, que siempre estaba buscando el hueco, aunque muchas veces falló o el arquero Agustín Orión se le anticipó.

¿Y Abreu? El uruguayo tuvo una muy floja tarde. Estuvo lento y fue incapaz de ganarle de arriba a marcadores como Gastón Aguirre, Chaco Torres o Cristian Tula, a quienes les saca casi una cabeza.

Pero entonces River, que venía de dos partidos de sequía, se reencontró con el gol, y de qué otra forma iba a ser si no era con una pelota parada.

Córner desde la derecha, Abelairas lanzó el centro y Falcao encajó el balón en la red de un frentazo. El 1-0 terminó de desmoronar a San Lorenzo. Y eso se reflejó en el silencio de su hinchada que no había callado ni un segundo desde que comenzó el partido. Era un silencio de decepción más que de sorpresa. Tantas expectativas hay en este equipo y, por ahora, no ofreció más que desilusiones.

Dentro de la cancha, los jugadores tardaron un buen rato en sacudirse el golpe y mientras tanto, River seguía buscando el segundo y casi todos se animaban a probar desde afuera. Afortunadamente para Ramón, los millonarios no fueron tan precisos y además tenía a Agustín Orión para evitar el desastre.

ES EL EQUIPO DEL CHOLO
Como si no hubiera existido el corte entre el primer y el segundo tiempo, Ortega y Augusto Fernández reaparecieron en River (tuvieron varias intermitencias) para sentenciar al equipo de Ramón.

Augusto justamente recibió una pelota por la derecha, que San Lorenzo había dado por perdida, metió el centro rastrero y Abelairas definió de zurda el 2-0.

Iban ocho minutos de la segunda parte y ya estaba todo cerrado porque el Ciclón nunca pudo reaccionar. Mientras Simeone sacó a un inofensivo Abreu por el inquietante Alexis Sánchez; Ramón reemplazó a Tula (de tarea aceptable) por Adrián González (especialista en pelota parada y de muy buena pegada).

¿El resultado? El Monumental coreó "chileeeno, chileeeno..." con cada escapada del ex colocolino. Y San Lorenzo intentó revivir a pelotazos con González, pero de nada sirvió.

Tampoco aportó el ingreso de Bernardo Romeo por Bergessio. Al parecer, ni un motivador como Ramón podía levantar la moral del equipo azulgrana. Va a necesitar muchas camionetas para sacarlos de este pozo...

¿Qué salvó de la goleada a San Lorenzo? Que el rival tampoco fue mucho mejor. River marcó el primer gol en un momento donde el nivel empezaba a decaer y así levantó y; al marcar el segundo rápido, consiguió suficiente tranquilidad como para sostenerse. Pero lo cierto es que, excepto Alexis y Falcao, el resto del equipo bajó, regaló pelotas, hizo un toqueteo innecesario, avanzaba tres pasos y retrocedía cuatro. El partido se fue desdibujando para que toda la atención terminara puesta en el duelo de hinchadas.

La de San Lorenzo para alentar a los suyos de capa caída, tras su tercera derrota consecutiva en el torneo, y los de River eufóricos por el triunfo, más allá del redimiento.

¿EN ASCENSO, EN DESCENSO?
El equipo de Simeone todavía no encontró su mejor versión, pero sí mostró algunas mejoras. Se lo ve menos acartonado, la defensa está más ajustada y el doble cinco Ahumada-Abelairas por momentos funcionó muy bien.

Quedan dudas hacia adelante porque Abreu no tuvo un partido y, aunque Augusto Fernández formó una buena sociedad con Ortega, sigue haciendo ruido que el Cholo tenga calentando el banco a Alexis Sánchez y Diego Buonanotte.

¿Y qué decir de San Lorenzo? Porque pierde y además no juega nada bien, de hecho, no se entiende bien a qué juega.

Qué diferente es este equipo de Ramón al que fue campeón hace sólo seis meses. Sí, es cierto que no están la Gata Fernández, Cristian Ledesma ni Osmar Ferreyra. Y tampoco pudo pudo jugar Diego Rivero, pero si hay algo que no le faltaron al Ciclón fueron refuerzos de categoría.

Pero dicen que antes de mejorar hay que tocar fondo y esta derrota y los 490 minutos sin convertir, todavía no parecen ser el caso. Tal vez este equipo tenga que sufrir un sacudón aún mayor para despertar definitivamente. La misión de Ramón es intentar torcer el rumbo antes de tener que resignar alguno de los objetivos.

El próximo paso es contra uno de los líderes Estudiantes.