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Una entrada con objetivos realistas

Donnie Walsh quiere llevar la situación a buen puerto Getty Images

NUEVA YORK -- Donnie Walsh podría haber escogido la típica ruta y despedir a Isiah Thomas para dar inicio a su nueva gestión, aunque eso hubiera sido incongruente para alguien como él, quien en su primer día como presidente de los asediados New York Knicks intentó convencer a todos de que él será la voz de la razón en el club.

La lógica dice que el despido de Isiah es fundamental para dar inicio al proceso de rehabilitación de la franquicia más deplorable de la liga, pero -si prestaste atención al mensaje que Walsh intentó transmitir durante su presentación el miércoles- hacerlo el primer día hubiera pasado como un acto mediático y carente de clase, algo inaceptable para Walsh.

No te confundas, hay un 99,999 por ciento de probabilidades de que el hacha caiga sobre Thomas. Y pronto.

Pero no era al estilo de Walsh hacerlo ese día, ni de de forma pública y humillante.

"Espero que acepten que estoy intentando manejar esto del modo en que lo haría en cualquier otro lugar, como se debe", les dijo Walsh con énfasis a los periodistas que cubren regularmente al equipo. Luego agregó: "Estoy intentando decir y hacer lo que corresponde, y no tengo idea de si ustedes me están interpretando".

Walsh dijo que se reuniría personalmente con Thomas cuando el equipo regrese de su gira de cinco partidos, que concluye el viernes en New Orleans, y agregó que habló con Thomas dos veces -una inicialmente, y otra vez el martes por la noche al cerrar su contrato- desde que fue contactado por el propietario Jim Dolan hace poco más de dos semanas.

Walsh, quien dijo que Dolan "prácticamente" le ha dejado el destino de Thomas en sus manos, está plenamente conciente de que no tiene sentido seguir adelante con él como uno de los rostros de la franquicia, habiendo visto cómo la opinión pública se volvió en contra de Thomas -y de Dolan- durante el transcurso de la temporada.

"Hay un crescendo en este momento", señaló Walsh.

Los Knicks necesitan un borrón y cuenta nueva, y Walsh lo sabe, de modo que los días de Thomas están contados. Tras relevarlo como presidente, lo más sensato sería que los Knicks se desprendan de Thomas rescindiendo su contrato. De modo que estará en Walsh decidir si un divorcio de mutuo acuerdo tiene más sentido que mantener a Walsh en calidad de asesor. Walsh tiene una buena opinión de Thomas, pero a la vez firmó su despido en el 2003, cuando la franquicia de los Pacers quiso reincorporar a Larry Bird, y es lo suficientemente inteligente como para saber que ponerle fin a la era de Thomas será lo mejor para todos.

Lo que me quedó dando vueltas en la cabeza tras escuchar a Walsh durante casi una hora (el propietario James Dolan abrió con un discurso breve y no respondió preguntas) es la cantidad de veces que repitió que no habrá arreglos rápidos en la renovación de los Knicks. De hecho, fue extraordinario el modo en que Walsh sentó sus expectativas, diciendo que su primer objetivo será crear flexibilidad salarial para el verano del 2010. Hazaña que calificó de "monstruosa" si es que paralelamente consigue que el equipo sea competitivo durante los próximos dos años.

Pero para que los Knicks puedan meter mano en el Verano de LeBron, cuando James y Dwyane Wade serán agentes libres no restringidos, Walsh tendrá que mover al menos a uno de los cuatro jugadores (Zach Randolph, Eddy Curry, Jamal Crawford, Jared Jeffries) cuyos contratos ya suman 45.5 millones de dólares bajo el tope salarial de los Knicks para la campaña 2010-11. (Súmale lo que los Knicks le pagarán a David Lee, Renaldo Balkman y a sus picks de primera ronda en el 2008 y 2009, y empezarás a entender lo penoso del panorama a largo plazo de la franquicia en términos de flexibilidad salarial. Ah, y también le deben a Utah un pick No. 1 que dejará de estar protegido en el 2011, pick que entregó Thomas en el intercambio por Stephon Marbury.)

"No soy la nueva gran esperanza, ¿Está bien?", dijo Walsh en uno de sus comentarios más sinceros. "Sólo soy alguien que viene a intentar crear un equipo, y eso no sucederá en un abrir y cerrar de ojos, ¿OK? Así que no quiero nada de ilusiones. Pero creo que las cosas deben mejorar enseguida. La gente de la ciudad está pagando para asistir a los juegos, y tiene que ver un equipo competitivo. Creo que merecen ver un equipo que tenga sentido, y que puedan decir: 'OK. Esto puede mejorar'".

La primera forma de mejorar es tener a alguien nuevo a cargo, y ahora que Walsh ha tomado las riendas, los contrariados y desinteresados aficionados de los Knicks pueden permitirse una tenue esperanza.

La segunda forma de mejorar es cortar los lazos con el pasado reciente, razón por la cual Isiah debe irse.

La tercera forma de mejorar es canjear a Curry y/o Randolph por contratos a caducar, y eso no será fácil.

Pero el objetivo no es ser fantásticos inmediatamente, sino estar en posición para ser mucho mejores dentro de dos o tres años. Walsh puede permitirse un bajo nivel de expectativas debido a los errores cometidos por quienes lo precedieron, pero su luna de miel terminará antes de empezar si no encuentra la manera, diplomática o no --eso depende de Dolan-- de terminar con la era de Isiah Thomas.

Walsh lo hará, pero el miércoles dejó en claro que lo hará a su tiempo y de manera que Thomas pueda irse con algo de dignidad.

Es la forma de hacerlo con clase, y Walsh siempre ha sido un tipo de clase.

Es por eso que al entrar no dijo lo que todos ya sabemos: que la Era de Isiah Thomas (o bien el Error de Isiah Thomas) está en sus últimas.