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Siempre competitivo

¿Por qué John Smoltz, a los 41 años y con un hombro quirurgicamente reparado que no le permitirá lanzar hasta quizás mediados de mayo, dejaría su casa en Atlanta, donde ha pasado la mayor parte de su carrera, para lanzar quizás unos meses en Boston?

La respuesta a esa pregunta, y a todas las preguntas, es siempre la misma con Smoltz: "Es por la competencia, el desafío".

John Smoltz

Getty Images

Smoltz sólo realizó seis apariciones en el 2008

Él es, después de Cal Ripken Jr., la persona más competitiva que he conocido en casi 30 años cubriendo béisbol. Y, como Ripken, no es sólo así con el béisbol; es cualquier deporte, cualquier juego, cualquier desafío, cualquier evento, todo.

En un caluroso día de julio en el Joe Robbie Stadium en Florida hace muchos años, Smoltz me desafío dentro del clubhouse de los Marlins. "Apuesto que he recibido más bases por bola que cualquier otro lanzador", dijo con urgencia. "Se que es así. ¿Dónde puedo encontrar eso? ¿Puedes encontrar eso?". ¿La mayor cantidad de pasaportes para un lanzador en ofensiva? ¿A quién le importa eso? Pero Smoltz tenía que saber; tenía que ser el primero. Era otra categoría en la que debía ser el mejor. Una vez compró un compartimiento para dormir, para poder dormir mejor que nadie.

Siempre ha sido así. Comenzó con el acordeón, después fue el básquetbol -- podría haber jugado en Michigan State- y luego el béisbol; algún día será elegido para el Salón de la Fama. Su ex compañero Tom Glavine dijo una vez: "John debe ganar cada apuesta sobre fútbol americano. Le dije, 'John, ¿Para qué quieres que me involucre cuando todos sabemos que vas a ganar de todas formas? Es una donación' ".

Cuanto más grande el juego, mayor el premio, más le gusta a Smoltz y mejor rinde. Esa es la razón que explica porque es uno de los mejores pitchers de todos los tiempos. Es por eso que pasó de ser un tremendo abridor a un taponero de 50 salvamentos, y luego volvió a abrir exitosamente; es el único lanzador que abrió un partido luego de tener una temporada de 50 salvamentos. "Tengo hombros grandes. Quiero que la responsabilidad esté sobre mis hombros", dijo una vez. "Puede haber cosas negativas con eso, pero me gusta el desafío: 25 hombres dependiendo de mi. Me encanta eso".

Smoltz tiene ese fuego en todo lo que hace. En el golf también se luce. "Nada es imposible para él en el campo de golf", dijo Glavine. "Si tiene una ida mala, te quiere apostar que terminará -3 en los nueve de vuelta". Un verano, jugó en un torneo que, obviamente, ganó. Pero había luz suficiente para tres hoyos más, por eso Smoltz corrió hasta el clubhouse para ver si alguien quería jugar.

El ex entrenador de los Bravos, Ned Yost, le jugó. "Y le gané 25 dólares a Smoltzy, en uno de los mejores días de mi vida", dijo Yost. ¿Pero cómo hizo Yost para ganar si es realmente un mal golfista? "Bueno, tenía otros dos muchachos en mi equipo -- que eran realmente buenos- y los tres jugábamos contra John", dijo Yost. "Nos repartimos los dos primeros hoyos y ganamos el último. Estaba oscuro al final. Smoltzy nunca estaría en un equipo de tres contra uno. Nunca".

Smoltz una vez jugó contra un amigo, que también era muy competitivo, al ping pong. Smoltz ganó.

"Le aposté que podía ganarle con la mano izquierda", dijo Smoltz.

Y así lo hizo.

"Luego le aposté que podía vencerlo jugando de rodillas", dijo Smoltz.

Y así lo hizo.

Chipper Jones

Jones


Y ni hablar de la fiesta de Navidad que se realizó en la casa del tercera base Chipper Jones hace muchos años. Jones tenía un aro de básquet en el patio trasero y entonces Smoltz lo desafío a un duelo de H-O-R-S-E. Yost aceptó jugar. Por eso ahí estaban, en ropa casual, jugando bajo las luces a las 10:30 p.m. Yost, quien no es un buen jugador de básquetbol, acertó un par de tiros afortunados y una plegaria desde la calle. "Lo tenía vencido", dijo Yost. "Hubiera sido la mayor hazaña deportiva de mi carrera… pero luego entré en pánico. Acertó varios tiros y me venció". Dijo Glavine: "Si Ned hubiera ganado, John se hubiera quedado toda la noche hasta ganar. John no podía volver a casa así. John siempre está buscando el área dónde poder brillar. Y luego adora decirle a todo el mundo que es el mejor".

Smoltz sonrió. "Sólo alardeo sobre cosas en las que no soy bueno", dijo. "Nunca hago alardes sobre mi pitcheo".

La competitividad de Smoltz viene de su padre -- un vendedor, maestro y acordeonista. "No me dejaba vencerlo en nada hasta que crecí", dijo Smoltz. Le enseño a tocar el acordeón a Smoltz "disciplina… Practicaba durante horas y horas. Del acordeón, aprendí a cómo motivarme. No necesitaba a nada ni nadie. Dios me bendijo de esa forma. No puedes enseñarle a un niño eso".

Smoltz empezó a tocar el acordeón cuando tenía 4 años. ¡Cuatro! ¿Motivarse a sí mismo? ¿Disciplina a los 4? Ningún niño de cuatro años puede hacer una sola cosa durante horas.

Es intenso con todo lo que hace. "Feroz", dijo su ex compañero Norm Charlton una vez. "La típica personalidad de un tipo de clase A. Cuando no está lanzando, es el bromista, el payaso. Pero cuando lanza, la visión graciosa es reemplazada por una mirada fría".

Smoltz se ha descrito como alguien que "no tiene miedo a fracasar", y agregó: "Este juego me ha hecho ser humilde. He experimentado la humildad. Si quieren culparme, cúlpenme. Me gusta la presión. Quiero la presión sobre mí. No soy tan bueno cuando la competencia es despareja. Pero cuando hay un gran desafío, estoy listo. Todos estos juegos que juego conmigo mismo, y con otros, me permiten elevar mi juego. Y Dios me dio el don para mantener la calma en esas situaciones".

Mantiene la calma porque está tan preparado. El niño de cuatro años que tocaba el acordeón y ahora tiene 41 y un currículum de futuro miembro del Salón de la Fama, todavía mantiene el deseo de lanzar y competir. Le encantan los desafíos y ahora el desafío es recuperarse de otra cirugía, mudarse a una nueva ciudad y a una nueva liga y ayudar a los Medias Rojas a ganar otra Serie Mundial. Las opciones probablemente estén en su contra, pero han estado en su contra muchas veces. Pero no apuesten contra él.

Esa es una de las tantas cosas que aprendimos sobre John Smoltz.

Y, ah si, cuando Smoltz preguntó quién era el lanzador con más pasaportes, estaba en el camino correcto. "Lo sabía", dijo.

John Smoltz volvió a ganar nuevamente.