(Getty Images)
Dwight Howard, Jameer Nelson y Courtney Lee tienen razones para reírse en lo que va de serie regular
BUENOS AIRES -- De un tiempo a esta parte, el mundo del básquetbol habla de Cleveland Cavaliers, Boston Celtics y Los Angeles Lakers. No está nada mal, merecido lo tienen, pero hay un equipo que también vuela al mismo nivel y se lo cita mucho menos: Orlando Magic.
¿Qué pasa en la Península de la Florida? ¿Acaso nos estamos perdiendo algo importante? Okey, si no lo has visto todavía, sólo puedo recomendarte una buena dósis de videos y estadísticas del roster de Stan Van Gundy. Es una buena forma de ponerse en sintonía con un equipo silencioso que no tiene nada de la ternura de Mickey Mouse, pese a la cercanía. Pelea cada pelota, defiende fuerte y no se deja pasar por arriba. ¿Algo más? Sí, claro: ya arribó a la posición de privilegio de la Liga con 33 victorias y ocho derrotas.
En principio, el trabajo de Patrick Ewing, asistente de Orlando, con Dwight Howard, es cada vez más claro en el juego de postes. El centro más dominante de la NBA, un atleta por excelencia (chequeen este dato: antes del partido ante los Lakers, Superman llevaba 92 volcadas en 39 partidos, unas 2,5 por partido) que es la primera referencia de los ataques de su equipo, demuestra que de a poco evoluciona en su juego de piernas, sobre todo para finalizar jugadas con semi-ganchos como también para descargar a tiradores abiertos.
El cambio más importante respecto al año pasado se da en la base del equipo. Si lo que se busca es un récord ganador, no hay nada mejor que tener un armador y un gigante de élite. Hoy el Magic lo tiene porque Jameer Nelson -claramente con la confianza y el trabajo de Van Gundy- goza de su mejor temporada de carrera, con números de All Star: 17.1 puntos, 5.4 asistencias y 1.2 robos por encuentro, con un 51.4% en tiros de campo. Llamativo, si se tiene en cuenta que en la temporada pasada promedió 10.9 puntos, 5.6 asistencias, 0.9 robos y 46.9 en TC.
No sólo el asunto va por estadísticas. También tiene que ver con la mentalidad, porque Nelson está atacando mucho más el aro, lo que le genera más puntos y también más preocupación de las defensas, que se cierran ante sus penetraciones y le dan la posibilidad de descargar en un tirador efectivo.
Orlando no tiene una dupla con mística en el 1 y el 5 desde mediados de los '90, cuando Anfernee 'Penny' Hardaway y Shaquille O'Neal llevaron al equipo a las Finales de la NBA ante los Rockets, más precisamente en 1995. Luego, cuando Shaq abandonó el barco para irse a los Lakers, los síntomas de desesperanza fueron cada vez mayores y la franquicia empezó a bajar en picada. Hubo playoffs, sí, pero no más que eso.
Y es por eso que ahora la llama se vuelve a encender para los fanáticos de esta ciudad. La magia se mezcla con realidad en el ambiente del básquetbol y los sueños de fantasía son sólo propiedad del castillo de Magic Kingdom.
Nelson aparece como el cuarto fantástico de este plantel porque no tenemos que olvidar -además de Howard, claro- a Hedo Turkoglu y Rashard Lewis, dos baluartes importantísimos en el equilibrio entre el juego externo y el interno. En ataque, no sólo conservaron sus números de la temporada pasada sino que los mejoraron. En defensa, se acoplaron a una estructura grupal sólida. No creo que exista jugador en la Liga que desee recibir los condimentos defensivos de Lewis. Ni hablar los de Howard, primero en la NBA en bloqueos y segundo en rebotes.
Contemos también a Courtney Lee, titular en el puesto de escolta, una de las posiciones más difíciles de cubrir para este equipo. En defensa, Lee está desarrollando un trabajo fantástico sin pelota en el perímetro. Además, en ataque, si bien no es un goleador nato, colabora con algunos tiros a distancia efectivos y con una buena técnica de finta de tiro, pique y lanzamiento a media distancia.
Quizás todavía le falte a Orlando algo de coordinación para rotar defensivamente cuando atrapa 2-1. Se notó varias veces ese problema en el choque ante los Lakers, cuando Kobe Bryant recibía el doblaje, descargaba en un tirador y la jugada terminaba en tiro de tres efectivo. No es fácil defender una situación de juego de este tipo, pero con algo más de trabajo -y tiempo- no debería haber razones para no pulirse.
EXPERTOS DETRÁS DEL ARCO
Otra variante del éxito de este plantel es el juego externo. Es un equipo triplero por excelencia -wow, otro déjà vu que me lleva a Nick Anderson y Dennis Scott, dos valores de los '90- y a las pruebas hay que remitirse, porque los 23 triples sobre 35 intentos ante los Kings fueron un récord para la Liga.
En este plantel sobran tiradores efectivos. Veamos: Nelson, Lewis, Turkoglu, Lee, J.J. Redick, Keith Bogans. Todos ellos pueden aportar desde detrás del arco, y esto, más que una buena noticia para el Magic, es una pésima para los que tengan que enfrentarlo.
Tener a Howard en el medio ya es una preocupación para cualquier entrenador rival. Pero si encima Superman puede levantar la cabeza y descargar en un tiro letal de los demás componentes del roster, el dolor de cabeza pasa a ser por partida doble.
"Todos van a tener problemas para defender la zona de tres puntos porque Dwight es demasiado duro para detener en la llave", dijo Nelson al ser consultado luego del récord de triples ante los Kings.
LA HORA DEL RECONOCIMIENTO
La racha de siete victorias consecutivas del equipo de Van Gundy incluyó algunos rivales de peso como los Nuggets, los Lakers y los Spurs.
Más allá de que se ubican al tope de la tabla de posiciones de la NBA, sospecho que el Magic seguirá teniendo un perfil bajo en relación a sus competidores directos en el Este, Cavaliers y Celtics.
Las cámaras no parecen seducir a los jugadores del equipo de la Florida, que de a poco se quitan la fantasía y le dan lugar a la realidad. Ellos dirán que mejor mirar a los Cavaliers, a los Celtics, a los Lakers. También a los Spurs, los Suns, el Jazz, los Blazers, etc, etc, etc.
Yo diré lo siguiente: tengan cuidado con este equipo.
Detrás del silencio, siempre hay algo por descubrir.
Siempre.