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¿Es miedo?

BRISTOL -- Se puede sentir, tocar, oler, percibir... ¡Hay miedo! Es miedo lo que tiene el fútbol mexicano por lo que pueda suceder en los próximos días y por la manera en que pueda reaccionar el ambiente interno en torno a una selección y al inicio de una fase eliminatoria definitiva.

La Federación Mexicana de Fútbol sabe que podría encontrarse con un revés el 11 de febrero en Columbus y está preparando el escenario, está tratando de ejercer control sobre las reacciones que puedan surgir desde los medios hacia la opinión pública, seriamente lastimada por el poco nivel futbolístico de la última época, por el polemizado tema de los jugadores naturalizados y hasta por el hecho de que el tiempo corre y el trabajo de Sven-Göran Eriksson no encuentra fundamentos y resultados.

Para este viernes está citado otro "cortejo", otro acercamiento, otra reunión que la Federación propone con los medios de comunicación. Si la semana pasada fueron los medios de prensa escrita, la de esta semana impone a medios electrónicos, televisoras que obviamente no son las dos que controlan al fútbol mexicano y que cuentan con cierto estilo e independencia para decir las cosas.

Con calculadora --y hasta ábaco en mano-- el cuerpo técnico de la selección ha llegado a la conclusión de la necesidad de lograr 21 puntos, los mismos que estableció la selección de La Volpe en la fase eliminatoria para Alemania 2006, donde se clasificó de forma directa y sólo por debajo de Estados Unidos.

Lo que realmente está claro y lo que realmente preocupa es que Eriksson encuentre finalmente al grupo de jugadores adecuados para practicar el fútbol que no sólo le lleve al Mundial, sino que también le ayude a trascender en ese Mundial.

El momento no parece muy adecuado: los jugadores que fueron parte del proceso de exportación --los que no han regresado-- no están en el mejor de sus niveles, por lo que se echará marcha hacia atrás al viejo proyecto y sueño del fútbol mexicano de tener a la mayor parte de los integrantes de una selección en territorio europeo.

La base del equipo que enfrentará a Estados Unidos el 11 de febrero será del ámbito local, será la misma que enfrentó este miércoles el partido de preparación ante Suecia.

Y a todo ello habrá que agregarle el hecho de que la "generación de oro", esa que ganó el Mundial Sub-17 en Perú 2005, sigue atorada en su desarrollo y producción: Vela, Giovani, Villaluz y compañía no terminan por dar el estirón definitivo.

Lo que se respira hoy alrededor de la selección mexicana es miedo. Y es que hay antecedentes para tener miedo. Lo que se ha visto en la cancha y lo que ha pasado fuera de ella no son buenos síntomas.