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Boca se derritió en La Bombonera

Boca no jugó bien y fue claramente superado Fotobaires.com

BUENOS AIRES -- Fue una tarde regresos. Volvió el Pato Abbondanzieri, quien hizo su presentación en La Bombonera; volvió Carlos Bianchi, en este caso desde un palco, en su nuevo rol de manager; volvió a jugar nada menos que Martín Palermo, el Titán, el luchador incansable, recuperado de la lesión que lo marginó seis meses de las canchas. Y volvieron a verse muchos de los problemas que sufrió Boca en buena parte del año pasado y, sin ir más lejos, en el partido del debut frente a Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Sin fuerzas en lo físico y sin respuestas en lo futbolístico, los Xeneizes perdieron con justicia 2-0 ante Newell's.

Diga usted que Boca viene, dulce, muy dulce, por la sucesión de éxitos logrados en 2008 y por los triunfos del verano. Y tenga en cuenta que el torneo recién está dando los primeros pasos. Porque una actuación tan pobre como la de este sábado, en otro contexto, hubiera calentado y mucho a una Bombonera que estuvo repleta de hinchas locales y también, en la tercera bandeja, de fanáticos de Newell's. Esta vez hubo clima caliente, es cierto, pero por la elevada temperatura: los 35 grados de sensación térmica obligaron a Juan Pablo Pompei a parar dos veces el partido, una en cada tiempo, para que los jugadores se refrescaran.

Ni eso le sirvió a Boca, que antes del "minuto" pedido por el árbitro en la primera etapa ya había estado "grogy" y al borde del nocaut. Parecía dormido el equipo xeneize, con demasiados puntos bajos: Abbondanzieri distraído, Riquelme apagado y cansado, Cáceres dubitativo, Ibarra ahogado...

Como contrapartida, Newell's estaba enchufadísimo. Hizo un planteo inteligente Sensini. Los rosarinos salieron a jugarle de igual a igual a Boca en La Bombonera, presionando en toda la cancha y aprovechando los "regalos" de principiantes del equipo de Carlos Ischia. Sperdutti ya había avisado a los 4 minutos del primer tiempo, luego de una de las tantas fallas del fondo local, con un remate que atajó bien Abbondanzieri. Después, lo tuvo Formica, casi abajo del arco, luego de un centro que bajó bien Schiavi, otro de los puntos altos de los Leprosos, y de nuevo Sperdutti, desde afuera del área, hizo lucir al Pato.

Boca era un concierto de errores, pero Newell's perdonaba una y otra vez. Una muestra del desconcierto local se dio cuando el arquero xeneize, pensando que el árbitro había cobrado una infracción, le entregó la pelota a un jugador de Newell's casi al borde del área grande. No fue gol de milagro.

Es verdad, a Boca no se lo puede perdonar demasiado porque por el peso de sus futbolistas en cualquier momento, aunque parezca perdido, puede desequilibrar. No fue este el caso, aunque sí tuvo chances con dos tiros libres de Riquelme que pasaron cerca, y un par de definiciones fallidas de Noir frente a Peratta.

El segundo tiempo siguió igual que el primero. Newell's estaba mejor, hasta que lo demostró en la red: luego de recuperar una de las tantas pelotas que Boca perdió en el medio, Formica habilitó a Armani y el buen delantero puso el justo 1-0. Lejos de ser el Boca herido que suele acorralar al rival cuando se encuentra en desventaja, los xeneizes no mostraron reacción.

Tampoco sirvió para sacar a los jugadores de esa eterna modorra el momento mágico que se vivió en la cancha cuando Palermo saltó del banco para volver a pisar el campo de juego. La ovación de los cuatro costados de la cancha, el "Paleeermo, Paleeermo" más fuerte que nunca, le puso la piel de gallina (si, piel de gallina en La Bombonera) a más de uno.

Pero ni ese envión anímico pudo torcer la historia. Unos minutos después Sperdutti, una de las figuras, la clavó en un ángulo y selló la historia.

Ojo con este Newell's. Venía de vencer a Gimnasia de La Plata por 3-0 en una contundente actuación y ratificó su buen momento ante un rival de fuste. Si mantiene el nivel, será uno de los protagonistas del campeonato.

Algunas consideraciones acerca de Boca. Repasando el mediocampo, aparecen los nombres de Fondacaro, Forlin y Gaitán. Los pibes demostraron que juegan bien y que tienen futuro, pero tiempo al tiempo. Ausente Battaglia, sin Vargas, con Alvaro González lesionado y sin carrilero por izquierda, porque tras la venta de Dátolo en el equipo no hay ningún jugador de características similares para reemplazarlo, Boca no es el mismo.

Gaitán es habilidoso, atrevido y juega muy bien. Pero no tiene marca. Y por ese sector, el izquierdo, Newell's se hizo un festín con las subidas de Sperduttí. El pobre Forlin, encima, jugando en un puesto que no siente, fue el único encargado de la recuperación. Por eso a partir de ganar el medio con la dupla Bernardello-Bernardi, Newell's empezó a ganar el partido.

No estuvo tan lúcido Ischia como otras veces a la hora de los cambios. Pareció confundido, como por momentos lucieron los jugadores. Los ingresos de Palermo, Palacio y Gracián no sirvieron para solucionar el problema principal: la falta de marca y de recuperación del balón. Son cuestiones que deberá resolver Boca para afrontar con más tranquilidad lo que viene.