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¿Vuelve el Iceman?

"¿Qué es lo que te mantiene motivado?" "¿Te sientes presionado?" "¿Por qué lo sigues haciendo?".

Las preguntas a Chuck Liddell han ido variando en los últimos meses, pero todas rondan sobre la misma cuestión: ¿Puede seguir peleando?

Liddell, de 39 años, ha perdido tres de las últimas cuatro peleas y de esa manera el aura del Iceman se ha comenzado a romper. La imagen del campeón, con los brazos en alto celebrando la victoria ha sido reemplazada por un luchador tirado sobre la lona tratando de entender en dónde está -- y por qué está allí.

El próximo rival de Liddell es la ex estrella Mauricio Shogun Rua, un luchador que también está teniendo dificultades para conservar su reputación.

White, un amigo y seguidor de Liddell, encendió el fuego antes de UFC 97 al decir que Liddell "deberá entrar y sorprenderme [ante Rua] para que yo siga pensando que Chuck debe continuar peleando".

Los rumores llegaron al rincón de Liddell, en donde fueron ignorados por completo.

"Hace tiempo que escucho lo mismo", se limitó a decir Liddell.

"Son habladurías", dijo el entrenador, Hackleman. "Tiene 39 años. Han dicho lo mismo de Randy [Couture] desde que cumplió 39. Y cuando Chuck esté listo [para retirarse], estará listo para hacerlo y todos nos enteraremos y haremos que eso suceda. Por el momento, tiene más peleas por delante.

"Aún tiene potencia y golpes fuertes. Tiene un buen ritmo y las habilidades necesarias para seguir luchando. De modo que aún no se ira".

Hackleman y Liddell (21-6) siempre dicen lo mismo y la versión de las últimas derrotas no es la excepción. Se han tomado malos hábitos, se han tomado malas decisiones y se debió pagar el precio.

Reconocen que Liddell iba ganando la pelea con Rashad Evans hasta que cometió un error. Liddell cree que ganó el enfrentamiento con Keith Jardine -- que perdió por decisión dividida -- aunque admite que debió haber hecho más para cimentar esa victoria. Y la pérdida del título ante Quinton Jackson tuvo lugar después de otro error que le costó caro.

A lo largo del camino, Liddell destruyó a Wanderlei Silva para cortar una seguidilla de derrotas.

"Tampoco le está yendo terriblemente mal", dijo Hackleman.

Después de 16 años, Hackleman conoce en profundidad a Liddell. Y lo ha demostrado en las últimas peleas, al advertirle sobre ciertos problemas a Liddell.

Por ejemplo, en la pelea de Silva, Hackleman advirtió: "Debes pegar con los puños más cerrados… Estás tirando hacia atrás tu mano derecha. Mantén tu barbilla abajo. Barbilla abajo, gira".

Después de la primera ronda de la pelea de Evans, el mensaje del entrenador, Sammie Henson, fue simple: "Debes ser paciente".

Pero el mensaje no se entendió. Liddell fue noqueado dos minutos más tarde.

"Me puse un tanto impaciente y estaba demasiado excitado. Me quedé en una mala posición y me atrapó", dijo Liddell.

Rua, espera que Liddell esté en buenas condiciones.

"Liddell es un gran luchador -- muy peligroso y con muchas habilidades", dijo el luchador de 27 años por medio de un intérprete. "Me gustan las peleas duras con luchadores top. Eso es lo que me motiva. Estoy encarando este encuentro pensando que voy a enfrentar a un Chuck Liddell en su mejor estado".

En sus días de gloria, Liddell rodeaba a sus oponentes, moviéndose para esquivar golpes y aterrizar los suyos y adelantándose para dar el contraataque. En los últimos tiempos, Liddell se ha movido menos y se ha recostado en su potencia. Evans y Jackson sabían qué era lo que iba a hacer y simplemente lo derrotaron.

"He visto a Chuck en acción más de una vez y siempre me ha fascinado la manera en la que hace que sus rivales lo persigan", dijo el campeón del peso gallo de la WEC, Miguel Torres. "Noquea a todos yendo hacia atrás porque lo persiguen. Sus oponentes creen que está herido o sus manos están abajo y hace que lo persigan.

"Cuando enfrentó a Rashad, estaba allí, en la primera fila. Rashad tenía sus manos abajo, él se fue hacia atrás e hizo que Chuck lo persiga. Fue el primer rival de Chuck que hizo que Chuck se adelante y lo atrapó".

Hubo otros luchadores que también vieron esa debilidad.

"Chuck se las arregló durante mucho tiempo con su estilo y los demás empezaron a descifrar su estrategia", dijo el peso mediano, Jason MacDonald. "En realidad no estaba evolucionando. Derrotaba a sus oponentes con lo que tenía... Sigo pensando que Chuck sigue siendo importante en la división del peso pesado".

Hackleman ha sumado al ex campeón olímpico de boxeo, Howard Davis Jr., para trabajar con Liddell con el fin de mejorar su trabajo de pies, tanto en la defensa como en la ofensiva. Liddell también se ha concentrado más en su preparación, gracias a su trabajo con Henson, un ex campeón mundial y ganador de la medalla de plata en lucha en los Jugos Olímpicos.

"Está más afilado que en los últimos años", dijo Hackleman.

Y lo más importante, Liddell se ha dado cuenta de que los ganadores no se quedan quietos en este deporte.

"Todos mejoran", dijo Liddell. "Si tu no lo haces, los demás te pasan por encima".

Aún así, Liddell niega haberse convertido en un luchador predecible -- con la excepción de que "Es predecible que aterrizaré golpes e intentaré noquearte".

Dejando de lado las últimas derrotas, Liddell sigue atrayendo fanáticos a UFC a cambio de $500,000 dólares y un porcentaje de las ganancias PPV.

"Siempre trae su estilo. Siempre hace peleas llenas de acción", dijo el peso mediano, Nate Quarry.

"Chuck es uno de esos luchadores que podría perder cien peleas seguidas pero al que me gustaría ver la siguiente vez que lucha", dijo el peso ligero, Junie Browning.

Si es que los fanáticos querrán seguir viéndolo pelear si el sábado es derrotado, es una pregunta la que tendremos que responder después del encuentro.