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El equipo de la redención

Lakers

(Getty Images)

Kobe, ganador del JMV de las Finales 2009, ya tiene cuatro trofeos de campeonato

BUENOS AIRES -- El ataque gana partidos, la defensa campeonatos.

Qué mejor momento para decir ahora esa frase célebre, después de la exhibición sin pelota de los flamantes campeones ante el Magic, en el Juego 5 de las Finales.

¿Por qué ganaron los Lakers? Porque entendieron que el equipo siempre va encima de cualquier individualidad. Porque no dejaron dudas acerca del enfoque con el que salieron en el quinto juego de las Finales. Porque defendieron fuerte, en conjunto, y cuando los Lakers defienden como deben no hay equipo en la Liga que pueda con ellos.

Las pruebas están a la vista.

Tuvieron que pasar 82 largos partidos de temporada regular y una postemporada completa para encontrar la redención. Aquella noche fatídica en el Banknorth Garden, en la que el equipo angelino salió aplastado a manos de los Celtics, tuvo un tinte negativo en su momento. Pero el tiempo hizo dar vuelta la situación y todo lo malo se volcó en el vaso de la experiencia.

"Se siente como si me hubiese quitado un mono grande y viejo de mi espalda", dijo Bryant al cierre del partido. "Se siente tan bien encontrar este momento. Tratamos de no pensar demasiado, entiendes lo que digo, porque te pones muy ansioso y excitado. Tratas de no pensar en ello, sólo en jugar. Y entonces aparece este momento, en el que piensas en toda la temporada, en lo que tuvimos que pasar para estar aquí... definitivamente esto está al tope de mi lista", sentenció.

Y entonces debemos pensar de qué lista estamos hablando. Hablamos de una selección de trofeos que incluye cuatro campeonatos NBA -este es el primero sin Shaquille O'Neal-, un premio al JMV de la temporada regular en 2008, un premio JMV de las Finales en 2009 y un oro olímpico en Beijing en 2008, encauzando casualmente otro Redeem Team, pero esta vez nacional.

Kobe promedió 30.0 puntos, 5.0 rebotes y 5.0 asistencias por juego, algo que sólo superó Michael Jordan en los Bulls, en tres oportunidades: 1991, 1992 y 1993. Este campeonato sirvió también para que Bryant se coloque quinto entre los mayores anotadores históricos de playoffs (2009, 695), detrás de Shaquille O'Neal (2000, 707), Allen Iverson (2001, 723), Hakeem Olajuwon (1995, 725) y Michael Jordan (1992, 759), y para que Phil Jackson supere a Red Auerbach como entrenador con más títulos en la historia de la NBA: diez.

"Fumaré el cigarro esta noche en memoria de Red", dijo Jackson. "Era un hombre excelente", completó.

LAS RAZONES DEL TRIUNFO
Más allá de que Stan Van Gundy luchó, el Magic se siguió sintiendo perdedor en esta serie de Finales tras la durísima derrota en el Juego 4 de la serie, cuando llevaban tres puntos de diferencia a falta de escasos segundos, con dos tiros libres a favor, y terminaron perdiendo el partido en tiempo extra.

Esas caídas duelen. Y pese a ser un equipo con corazón, hay veces que la mente dice basta.

Antes de empezar el partido, nos preguntamos qué grado de concentración tenía L.A. para afrontar este choque. Segundos después de comenzado, comprendimos que querían liquidar esta historia cuanto antes. En el quinto partido de las semifinales de Conferencia ante los Nuggets, los Lakers hicieron un click. Entendieron que jugando en conjunto todo era más fácil, que la suma de individualidades no daba siempre como resultado un equipo compacto. Fue difícil conseguirlo, pero finalmente encontraron el aplomo y la solidez para romper con la irregularidad, kryptonita de este plantel en gran parte de la temporada.

El quinto partido de las Finales estuvo lejos de parecer un encuentro decisivo. Fue demasiado fácil para los dirigidos por Phil Jackson, que manejaron los tiempos y aprovecharon la desesperación de su rival, que perdió las riendas en el segundo cuarto y jamás pudo volver a meterse en partido.

En defensa: En un video publicado en ESPNdeportes.com previo al Juego 4, nos preguntábamos que sucedería con la rotación defensiva de L.A. tras los atrapes a Dwight Howard, o las defensas sobre el pick and roll efectivo del Magic. El domingo, el trabajo de piernas en conjunto de los Lakers fue brillante. Con Trevor Ariza presionando a Hedo Turkoglu, y Pau Gasol haciendo una gran defensa sobre Dwight Howard, el resto de los Lakers se contagiaron. Corrieron muy bien a los tiros a distancia y limitaron al Magic, un equipo especialista desde detrás del arco, a 29.6% (8-27). No sólo eso: hicieron cometer a Orlando 12 pérdidas de balón, muchas de ellas en el segundo cuarto de juego. En cuanto a la batalla de rebotes, es hora de que los críticos se quiten el sombrero por Gasol y dejen de llamarlo un jugador "blando": tomó 15 rebotes y anotó 14 puntos. A la larga, terminó siendo más importante que Howard debajo de los tableros.

En ataque: La rotación de pelota de los Lakers, del lado fuerte al débil, fue para enseñar en videos. En primer lugar, hay que destacar lo de Kobe Bryant. En vez de atacar siempre al aro, algo que hizo LeBron James en los Cavaliers en la serie anterior ante el Magic y así lo pagaron, observó a sus compañeros desmarcados, entregando una asistencia o el pase anterior a la misma en cada ocasión que recibía atrapes 2-1. Esto hizo que los angelinos tomasen una cantidad enorme de tiros a distancia limpios, y las estadísticas no mienten: 50% en T3 (8-16). Además, los tiros desde el perímetro generaron una preocupación importante en la defensa -el básquetbol siempre se mide por preocupaciones del rival- y eso hizo que la pelota llegue con más claridad a Gasol para lastimar en la pintura, sobre todo en los últimos dos cuartos.

EL FUTURO DE LA FRANQUICIA
Los Lakers, que ganaron cinco de sus quince campeonatos fuera de casa -estaban en Minneapolis hasta 1960-, y que reúnen ahora el mejor promedio de victorias (70.9%) en la historia de la postemporada, pretenden que este triunfo sea el comienzo de una nueva dinastía en la Liga.

¿Podrán lograrlo? Ese será el comienzo de otra rica historia en el futuro cercano.

En principio, de cara a lo que viene podemos decir que muchos jugadores que iban a aportar en este plantel fueron una decepción en el triunfo final. Andrew Bynum, autor de 21 faltas en toda la serie de Finales, no pudo nunca imponer su ofensiva. Su actuación fue demasiado poco para alguien que es considerado uno de los futuros centros más importantes de la NBA. Veremos cómo se recupera tras una pretemporada intensa.

En el perímetro, Sasha Vujacic fue una sombra de la postemporada anterior. Lanzó mal, tomó decisiones equivocadas, y eso lo sentenció al freezer de las consideraciones de Phil Jackson para los momentos calientes. Lo mismo pasó en parte con Jordan Farmar, que perdió mucho terreno en estos playoffs con Shannon Brown y teminó varios escalones debajo del heroico veterano Derek Fisher (¿Se habrán dado cuenta los críticos del valor de este jugador en situaciones de presión?).

Pese a estos rendimientos en baja, los Lakers se consagraron. Pero claro, en la balanza, tenemos que poner en alto a dos jugadores fundamentales: Trevor Ariza y Lamar Odom. Su nivel en postemporada -sobre todo ante Magic y Nuggets- fue realmente alto. Y la pregunta que muchos fanáticos se hacen es si seguirán en la franquicia el año entrante, ya que ambos se convertirán agentes libres. Se habla mucho acerca de que podría continuar uno u otro, que los angelinos están obligados a decidir por una cuestión presupuestaria. Pero lo cierto es que existe la posibilidad de que sigan ambos. De suceder esto, el equipo angelino debería desprenderse de algún contrato de valor o Lamar Odom recibir menos de 10 millones de salario, algo que dijo que podría aceptar.

Seguramente la directiva ya esté analizando las chances disponibles para que esta situación se lleve a cabo.

Pero ahora, es tiempo de festejar por unos días. Los Lakers se preparan para el desfile tradicional de los campeones este miércoles en Los Angeles. Los gastos -alrededor de dos millones de dólares- serán divididos entre la franquicia y el ayuntamiento.

"Tener la actitud para convertirnos en un mejor equipo defensivo, un mejor equipo reboteador y luego ver que todo eso se concreta, me hace sentir que estoy soñando. No puedo creer que este momento ha llegado".

Las palabras de Kobe hacen eco en los fanáticos angelinos. El champagne corre en el vestuario visitante del Amway Arena y en las calles de Los Angeles.

Este es el momento de los Lakers, el equipo de la redención. Adelante: es tiempo de disfrutar.