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¿Un hombre al borde del suicidio?

SAN JUAN -- Conocimos de su presencia en Puerto Rico, en donde participábamos de la convención de la Asociación de Periodistas Hispanos de Estados Unidos. Fue pura casualidad.

Alexis Argüello era por estos tiempos alcalde de Managua y hacía varios años que no concedía entrevistas, especialmente tras dedicarse a la política activa. Consideramos que charlar con él sería una gran oportunidad, porque le daría a mucha gente la oportunidad de conocer quién había sido el Flaco Explosivo, el Caballero del Ring.

No había forma de saber que sería la última entrevista que se le realizaría...

Argüello venía a la isla, como lo había hecho en múltiples ocasiones, en su carácter de ciudadano común, para devolverle de alguna manera a su entrenador y amigo Don Kahn parte de lo que había hecho por él encima del cuadrilátero.

Kahn inauguraba el sábado 27 de enero el Alexis Argüello Sports Gym y su amigo accedió a compartir ese día con él y con varios ex campeones mundiales boricuas de su época.

Esta vez, su regreso era como la figura pública, como el alcalde de Managua. Había decidido volcarse al servicio público para darle a su natal Nicaragua algo más que la mera gloria en los cuadriláteros de boxeo.

Para poder sentarnos a hablar, tuvimos que esperar largo rato. Un centenar de aficionados asistieron al lugar y todos querían saludar a Alexis, pidiéndole su firma en guantes de boxeo, en pedazos de papel o simplemente estrechando su mano, arte que había perfeccionado con su incursión en la política.

Antes de intercambiar palabras, y mientras los productores le colocaban su micrófono, recordé la última ocasión en que habíamos hablado, precisamente en Puerto Rico.

Yo era un joven reportero que hacía los primeros pasos en el periodismo deportivo, y una de mis asignaciones en aquel cartel en el Coliseo Roberto Clemente era hablar con Argüello, ya todo un campeón y una leyenda en el entarimado.

Me le acerqué y fue una experiencia extraña, contestando con un verbo poco común entre los boxeadores y una sonrisa y disponibilidad inesperada.

En nuestro reencuentro, mientras seguían preparando la parte técnica de la grabación, intercambiamos saludos, sacando cuenta de la última vez que habíamos hablado y los temas que abordaríamos en el intercambio. "Pregúntame lo que quieras", señaló Argüello sin tapujos.

Mantenía bastante su físico de los años en el cuadrilátero, sin demasidas marcas en el rostro por los golpes recibidos en sus casi 100 combates como profesional. Su vestimenta era... sencilla. Una camisa gris, pantalones oscuros y zapatos negros, lustrados como los botines que usaba al subirse al entarimado.

Antes de escuchar el "grabando" del productor, quise confirmar o echar al piso una leyenda urbana que lo involucraba a él y al boricua Alfredo Escalera, de quien muchos dicen fue su más fuerte rival y quien lo redefinió como boxeador.

De acuerdo a la leyenda, Escalera le pidió una revancha la mañana posterior al primer encuentro de ellos en Bayamón, Puerto Rico. En aquel combate, el Flaco Explosivo había surgido victorioso tras una sangrienta pelea que fue detenida cuando no permitieron continuar a Escalera, quien en el momento final iba hacia adelante buscando el nocaut con sus labios abiertos por la metralla intercambiada.

"Eso no es verdad. Fue después de la segunda pelea, en Rimini, Italia. Nos llevaron a un baño después de intercambiar golpes durante todo el combate. Recuerdo que Escalera no quería detener el intercambio de golpes hasta que el referí detuvo la pelea. Estábamos los dos en baños aledaños y Alfredo me dijo: 'Oye, vamos a firmar la tercera'. Y yo le respondí: 'No. Nos vamos a matar. Aquí acabó todo'", nos dijo Argüello.

Antes de tocar los temas de boxeo que habíamos repasado, y entendíamos eran de interés para nuestros lectores, le pregunté a Alexis sobre su transición a la política.

En una de las entrevistas que le hice en la década del 80, Argüello mostraba su preocupación por el estado en que estaba su país. Siempre dijo que quería devolverle algo, bien fuera a manera de servicio o ayudando a los boxeadores.

Alexis dijo que su paso a la alcaldía de Managua le permitiría entregarle a la juventud todo lo que los políticos del pasado nunca habían dado por falta de interés o de deseo.

Increíblemente, más adelante, recordó con detalles precisos sus combates ante Rubén Olivares y Alfredo Escalera. Intercambió impresiones sobre el estado del boxeo hoy en día, en donde consideró que los púgiles de su época eran unos artesanos que poco a poco iban disecando al oponente, a diferencia del presente. Hoy, dijo, "se utilizan apenas tres golpes y quieren acabar sus combates victoriosos".

Nos dio su opinión sobre Miguel Cotto, Manny Pacquiao, Oscar de la Hoya, Floyd Mayweather Jr. y Juan Manuel Márquez. Inclusive, quería sugerir a los organismos de boxeo que las peleas de campeonato mundial volvieran a ser de 15 rounds, tal y como era en el pasado.

Al terminar nuestro intercambio, nos preguntó de la posibilidad de que ESPN presentara un Viernes de Combates en vivo, desde Nicaragua. Le explicamos que eso era una decisión de los productores y nos entregó su tarjeta, para ver qué se podía hacer.

Nos despedimos del ex campeón, con el interés de poder volver a hablar con él en un futuro cercano, mientras se mezclaba con el público y dialogaba con su contraparte de la ciudad de Carolina.

Argüello no aparentaba ser una persona con intenciones de quitarse la vida tres días después. Hasta diríamos todo lo contrario. Pero la palabra final se dictó en la madrugada del martes. El misterio ya está instalado.

Por lo pronto, nosotros sólo tenemos un deseo: descanse en paz, campeón.