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Bienvenido campeón

TANDIL -- El día inolvidable. El regreso soñado. Juan Martín del Potro arribó por la tarde a Tandil, su ciudad natal, en la provincia de Buenos Aires, luego de ganar el Abierto de los Estados Unidos de tenis, y fue llevado en una autobomba de los bomberos por el centro. Fue un emotivo y colorido recibimiento de una multitud, que ya lo adoptó como su héroe deportivo.

En la ruta, unos pocos kilómetros antes de arribar a Tandil, se encontró con sus padres, su hermana y otros familiares y amigos. Allí, el tenista N° 5 del mundo, elogiado y muy valorado por su humildad y sencillez, fue subido a la autobomba, que lo llevó al ingreso a la ciudad y lo trasladó hasta el Palacio Municipal.

En el camino, se lo vio muy emocionado, secándose las lágrimas ante semejante recibimiento, saludando a miles y miles de personas y vecinos de todas las edades, que agitaron banderas argentinas, algunas con su rostro impreso, ante el tremendo ruido de las bocinas de los autos y los gritos de los tandilenses.

Si bien en otra ocasión ya había sido recibido con mucho fervor, esta vez se trató de un agasajo muy especial, inédito para un deportista de esa ciudad. Por eso mismo, la emoción lo desbordó a la Torre de Tandil, como se lo conoce a este excelente tenista de 20 años, ante la incredulidad de lo que estaba viviendo.

Vestido con jeans, un buzo deportivo gris y azul y una bandera de su país atada al cuello, se tomó la cara con las manos a cada ratito y se largó a llorar. Sorprendidos por la escena, dos bomberos parados a su lado lo ayudaron a sentarse, mientras el carro lo llevó a paso de hombre durante el trayecto de cuatro kilómetros, desde el ingreso a la ciudad hasta la alcaldía, donde lo aguardaban las autoridades para homenajearlo.

"Delpo ídolo, gracias campeón", decía una bandera que le tiraron a Juan Martín cuando iba en la autombomba. Fue secundado por dos bomberos que lo sostuvieron y ellos hasta le alcanzaron papeles para que les firmara autógrafos a los niños.

Luego de la caravana, de más de una hora, Del Potro recibió en el Palacio Municipal la llave de la ciudad y el reconocimiento de "Ciudadano Ilustre", de parte del intendente, Miguel Angel Lunghi.

En ese lugar, se redoblaron los festejos, ante los gritos y la ovación de numerosas personas, con gorros y banderas albicelestes, papelitos y bombas de estruendo. Los acordes de una banda municipal se sumaron a la fiesta en el lugar, donde el tenista recibió la distinción de "Embajador Deportivo de la ciudad de Tandil".

Una multitud lo acompañó también a la sede del Club Independiente, lugar donde se formó tenísticamente, en su querida Tandil, a 350 kilómetros de la capital de Argentina. Allí comenzó a jugar al fútbol y al rugby y luego se inclinó por el tenis.

El edificio municipal estuvo engalanado con las luces encendidas y un enorme cartel, con fotos de la campaña de Del Potro, desde su niñez hasta la actualidad, y la inscripción "El Sueño que hizo feliz a un pueblo", sobre la imagen del trofeo que acaba de ganar en Nueva York.

Ya de regreso en el Palacio Municipal, salió al balcón a saludar a miles de personas que coparon las calles y la plaza céntrica. Al recibir y mostrar las distinciones, la gente lanzó fuegos artificiales, sonaron los acordes de la banda municipal y los bombos de un grupo de murga. Y se repitieron los aplausos. Allí Marcelo Gómez, su primer profesor de tenis, le entregó una camiseta de Independiente de Tandil, con la inscripción "Gracias Del Potro".

Enseguida le entregaron el micrófono y comentó que "no tengo más palabras que no sean de agradecimiento para todos. Este recibimiento nunca lo soñé. Gracias a todos por el apoyo. Siento que me ayudaron a correr hasta la última pelota. Esto se puede lograr con esfuerzo y humildad. Y se lo debo a toda la gente de Tandil".

"Venir a mi ciudad para mí tiene el mismo valor o mucho más que ganar un torneo de tenis", dijo Del Potro, oriundo de Tandil, cuna de otros tenistas destacados, como el ex jugador Guillermo Pérez Roldán y los actuales Juan Mónaco y Mariano Zabaleta.

"Ojalá siga bien mi carrera y espero que esto sea el comienzo de algo grande, y también como persona. Esto vale más que cualquier logro deportivo. Nunca me voy a olvidar de este día. Ahora no voy a llorar, ya lloré cuando venía en la caravana para acá. Me voy a ocupar de traer la copa del US Open cuando me la entreguen", aclaró con una sonrisa, muy emocionado.

Los aficionados agitaron banderas y gritaron "Olé, olé, olé, Delpo, Delpo..." y "Es para Federer que lo mira por TV...", como una dedicatoria a la lejanía al número uno del circuito.

"Allá jugué pensando siempre en los míos y en ustedes. Gracias a todos, por la fuerza que me dieron para entrar a la cancha y el apoyo que sentí en Nueva York", señaló. Indicó, asimismo, que este título "no se compara con nada" y lo atribuyó a las enseñanzas de sus formadores en el tenis, "al esfuerzo y al trabajo".

"Espero que me sigan apoyando y disfrutando de mi tenis", agregó ante miles de fanáticos de Tandil, una localidad de 150.000 habitantes.

"Gracias por hacerme sentir tan bien. Y quiero decirles que, por más que esté jugando en otro país, o en Buenos Aires, quiero que sepan que Tandil es mi ciudad. No la cambio por ninguna otra del mundo. Mi corazón siempre está acá. Gracias a todos y hasta la próxima", remató el flamante campeón del Abierto de Estados Unidos.

Tan imponente es su éxito deportivo, con la conquista de su primer torneo de Grand Slam, que el miércoles la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, lo felicitó a través de una comunicación telefónica, donde le aseguró que había "hecho muy feliz a los argentinos".

Del Potro logró el US Open el lunes pasado, al vencer al suizo Roger Federer, el mejor jugador del circuito mundial, en cinco sets en la final del último Grand Slam del año. Fue el 7° título de la carrera del joven tandilense, que cumplirá 21 años el miércoles próximo.

Este gigante argentino, de 1,98 metro, se convirtió en el cuarto jugador de Argentina en obtener uno de los cuatro grandes certámenes de tenis, después de Guillermo Vilas, Gabriela Sabatini y Gastón Gaudio.

Del Potro fue el primer varón latinoamericano en adjudicarse el Abierto de Estados Unidos en 32 años, desde que lo logró Vilas, en 1977.

Al rato, ya en el interior del Palacio Municipal, brindó una conferencia de prensa y volvió a mostrar su felicidad y su agradecimiento para tanta gente, en especial para sus papás, su hermana, sus abuelos, sus amigos y su equipo de trabajo.

"Esto es demasiado para mí, estoy muy emocionado, es algo único, inolvidable, que voy a guardar para toda mi vida. Esto tiene el mismo o más valor que la copa del US Open. Esta es la ciudad que me vio nacer y me siguen tratando como un ciudadano más en mi vida cotidiana", puntualizó.

"El recibimiento fue único y va a quedar para toda la vida en mi corazón", agregó Del Potro, quien, como pasó el miércoles en Buenos Aires, volvió a contar las sensaciones posteriores al triunfo sobre Federer.

"Lo que viví recién es tan grande como el match-point contra Federer, necesito descansar para poder entender todo esto. Me imaginaba un lindo recibimiento, pero no de esta manera, me hicieron sentir el chico más feliz del mundo", apuntó.

Para cerrar la charla con los medios, Del Potro habló sobre lo que pueden sentir y vivir los niños que juegan al tenis. Y tuvo una respuesta tan madura, que no va acorde con su corta edad. "Yo entendí lo que era el tenis recién a los 12 años. Empecé de muy chico y siempre me divirtió. Yo creo que los chicos tienen que jugar, sin presiones de los padres, pero si quieren jugar a la pelota también tienen que hacerlo, no hay que presionar a nadie", subrayó.

Además, es muy querido en su ciudad natal ya que el año último ya realizó donaciones al hospital de niños local y a entidades deportivas. La misma localidad que vivió una fiesta para el recuerdo. Con lágrimas de tantos miles que idolatran cada vez más a su hijo preferido, a la Torre de Tandil.