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Papelito conocido

BUENOS AIRES -- Año nuevo...vida vieja...

Qué rápido se fue el verano...Qué rápido se borró la sonrisa que dibujaron esos dos superclásicos. River llegó animado -no agrandado- y con esperanzas renovadas para este debut oficial del 2010. Sin refuerzos resonantes, pero sí los necesarios (a criterio del DT) para darle nuevas opciones al equipo.

Distinto fue este mes y medio para Banfield, desde que se consagró en La Bombonera hasta el estreno en el Monumental. El equipo de Julio César Falcioni perdió al experimentado central Sebastián Méndez y se quedó sin su goleador, Santiago Silva. No ganaron ninguno de los amistosos de pretemporada, lo que seguro despertó cierta incertidumbre.

No obstante, el conjunto del Sur encontró sustitutos para sus ausentes y, si a alguno, le quedaban dudas, el campeón sigue vigente. De la misma manera que este River de la "era Passarella" tampoco puede borrar de un plumazo tantos meses de dudas, errores y muchos, muchos, altibajos.

¿Esto sorprende? No. Aunque sonara a que estaba abriendo el paraguas, el propio Leonardo Astrada admitió el viernes anterior al debut que "haber ganado los superclásicos significa mucho, pero a la vez nada. Todavía no conseguimos nada".

De la misma manera, del lado de Banfield se escucharon voces como la de Walter Erviti, Marcelo Quinteros o Cristian Lucchetti advirtiendo lo difícil que era que pudieran repetir el título. Y es que las salidas de Méndez y Silva no sólo repercuten dentro del campo de juego, sino también en el vestuario, por su ascendencia sobre el grupo.

Sin embargo, si se trata de repetir rendimiento (lo del título, después se verá), lo cierto es que Banfield mantuvo intacta su zona más fuerte, que es la defensiva y media. Jonatan Maidana llegó para relevar al Gallego y, sí, la cuota de gol del uruguayo será necesaria (para eso se sumó Rubén Ramírez), pero el campeón no se caracterizó por ser un equipo que ataque demasiado y, de todas formas, todavía tiene al otro uruguayo, Santiago Fernández.

De manera que, lo que se vio este domingo en el Monumental -dejando las expectativas que puedan haber creado los 20 días de receso- fue lo lógico. River, con mucho entusiasmo, pero casi nada de fútbol todavía. Y un Banfield que te devora en su campo y te mata de contragolpe. Papelitos conocidos.

El partido no fue realmente bueno y eso sí tendrá que ver con que ambos volvían a la competencia oficial. Pocas situaciones realmente. Y las buenas de verdad fueron de Banfield.

River no supo encontrar los espacios en el campo verdiblanco minado. La delantera Daniel Villalva-Rogelio Funes Mori está demasiado verde. Y a Keko, que fue el más activo de los dos, le faltan 10 centímetros para ganar alguna pelota en tanto centro aéreo.

En el medio, Matías Almeyda sigue siendo el hombre fuerte y el paraguayo Rodrigo Rojas le hizo de "doble cinco", con un rendimiento bastante pobre, pero lo salvó en los últimos 10 minutos, cuando se animó a buscar el arco. Matías Abelairas se olvidó de Mar del Plata y fue el Pitu de siempre.

El único capaz de hacer algo diferente fue Ariel Ortega. El Burrito con su cintura y gambeta resultó demasiado imprevisible para la programada defensa de Banfield y esa era la única chance de que River se acercara al arco de Lucchetti.

Pero ni siquiera el Burrito pudo lucirse poque, a falta del delantero de área (Gustavo Canales estuvo en el banco y jugó 24 minutos), tampoco tiene un socio: Marcelo Gallardo no está bien físicamente y ni siquiera fue suplente y, el que mejor se entiende con el Ortega, Diego Buonanotte, no estará en todo el campeonato por el grave accidente que sufrió a fin de año. Un problema más para Astrada. Un problema viejo: ¿quién va a hacer los goles? Habrá que ver que pasa con Canales...

Otra vieja falencia millonaria reapareció para reafirmar que el contragolpe de Banfield sigue tan letal hace un mes y medio. La defensa de River convirtió en figura al Daniel Vega, porque el arquero realmente debió lucirse para tapar las fallas de la última línea, en especial, de la zaga.

La primera jugada de peligro del partido fue a los dos minutos. Una acción iniciada por James Rodríguez por la izquierda, en combinación para Santiago Fernández y el centro de Papelito para Ramírez que se coló al área por el medio. Vega la despejó de un cachetazo.

Ya en el final de la primera etapa, James y Walter Erviti armaron por la banda y otra vez Ramírez remató y Vega volvió a salvar. Las cosas se pusieron más calientes para el arquero en el segundo tiempo: primero Facundo Quiroga se la regaló a Fernández en la puerta del área y Vega la mandó al córner. Y a mitad de ese período, el uruguayo avisó dos veces, con dos mano a mano consecutivos justo en la zona central.

Y las dos primeras fueron aviso, porque la tercera fue la vencida. Erviti se escapó por izquierda, eludió a Paulo Ferrari (que fue nulo a la hora de marcar), metió el pase al medio donde el uruguayo amagó, dejó en el camino a Juan Manuel Díaz, y ante la ausencia de los dos centrales, entró al área y sacó el tiro cruzado, que esta vez Vega no pudo detener. Papelito conocido para el campeón.

Es apenas un primer partido. Muy pronto para sacar conclusiones a largo plazo, más cuando habrá dos fechas en los siguientes cinco días, que pueden cambiar todo. Pero la primera impresión siempre es importante. Empezar ganando siempre es mejor, aunque todavía hagan falta ajustes en el funcionamiento.

En este debut en el Clausura 2010 River tuvo buenas intenciones, casi nada de fútbol, varios errores y una derrota. Banfield salió con una idea clara, defendió primero el cero en su arco y luego busco la valla rival y se llevó los tres puntos. ¿Esto ya se había visto, no? Lo que se dice, un papelito conocido.