"TrezeGol", como es conocido hoy en día, nació en 1977 en la ciudad de Rouen, Francia. Con sólo un par de años de vida, sus padres decidieron regresar a la Argentina, tras finalizar el contrato de su padre con el club Rouen.

Desde muy pequeño, David se enamoró del deporte más hermoso del mundo. Fue a los 10 años cuando se dio cuenta de la pasión que sentía por el fútbol. E incluso a su padre Jorge le dijo: "quiero ser campeón del mundo".

Su primer contacto con la pelota a un nivel competitivo fue en la Argentina. Platense fue el club que lo dio a conocer hasta que explotó en Francia con el Paris Saint Germain, y consagrarse campeón por primera vez con el Mónaco.

Sus intenciones de ser delantero eran claras, incluso antes de comenzar la entrevista me comentó: "Siempre quise ser delantero, nunca jugué en otro puesto. Mis ojos se concentraban sólo en los delanteros".

Por tal motivo se atrevió de decir que un trotamundo del fútbol fue su modelo desde muy joven: "Mi primer ídolo fue Julio Cesar Dely Valdés. Fue un caso especial. Llegué al Paris Saint Germain con 17 años, después de pasar tres años en Platense. Me fijé en Dely Valdés porque tengo su perfil, nuestros estilos son muy similares. Ambos manejamos bien los pies y somos fuertes en el juego aéreo. El panameño es todo un ejemplo. Yo jugué con él casi dos meses en el PSG, y nos unió una verdadera amistad".

Sus comienzos, como casi la de todo chico, fueron en la calle; se dedicó a ver a sus figuras y modelos por medio de la televisión y supo aprovechar los consejos de su padre y su tío.

David tuvo desde pequeño tuvo la obsesión de ser un verdadero goleador. Incluso lo describió de la siguiente forma: "esto no es un don, sino horas y horas de observación, de trabajo y determinación...".

El goleador Bianconero se puede describir de miles de formas. Pero la forma más directa es diciendo que es un jugador elegante, con una potencia sobresaliente. Es una persona muy inteligente y lo demuestra dentro y fuera de la cancha.

El franco-argentino ha sido "Capocanioneri" del Calcio italiano, salió campeón de Francia, de Italia, de Europa y del Mundo. Como jugador ha disfrutado de momentos que otros sólo pueden soñar.

Pero también ha tenido que pasar por la amargura de una derrota y por lesiones que lo han mantenido fuera de las canchas, ya sea por un problema de rodilla o de hombro.

Para mí fue un orgullo poder compartir estos minutos con David Trezeguet. Hablamos de todo, de sus comienzos, Platense, Francia, Europa e Italia. Lo más importante para mí fue que conocí a un joven excepcional, dedicado y determinado en lograr sus metas. Y puedo decir que sentí que estuve frente a un verdadero matador, que no ha olvidado sus raíces y amigos.