Varias veces nos habíamos cruzado, intercambiando conversaciones cortas, en especial en la vieja ciudad deportiva. Esta vez, cuando nos encontramos, no eramos unos desconocidos que nos veíamos por primera vez, por eso supe que el encuentro sería todo un éxito.

Raúl salía del vestuario de la Ciudad Deportiva de la RFEF. Lo vi sonriente y muy amable con las personas que estaban en su camino, firmó un par de autógrafos y se sacó unas fotos con varios chicos que lo esperaban hasta que llegó al lugar que habíamos preparado para hacer la nota.

Llegó con un gran sonrisa y muy amigable. Saludo a los técnicos de sonido, los camarógrafos, al productor e incluso se sacó una foto con la maquilladora. En ese momento pensé, mirando como saludaba a cada uno de mis compañeros, en "la peste que la gente dice de personas que desconocen"; digo esto porque varios colegas españoles que me vieron entrar preguntaron cuál era mi meta en este viaje a España, y cuando les respondía que era "Raúl" me dijeron cosas que me sorprendieron... Luego se quejan porque los jugadores no les conceden entrevistas.

Pero bueno, me di cuenta que estaba en frente de un hombre santo e insignia del Madrid. Un hombre de un corazón gigante y blando. Un hombre con un carácter que ha iluminado la mente y sueños de muchos jóvenes del mundo.

Raúl González Blanco. Heredero de la "Siete", de otra leyenda del club merengue, Emilio Butrageño. Pero creo que, de todos los históricos del Real, no existe otro jugador que se haya ganado el respeto de tantas personas o equipos como "El Ángel de Madrid". E incluso hasta de los aficionados de su máximo rival, Barcelona.

Su historia no es diferente a la de cualquier otro chico que sueña con ser un jugador profesional. Pero por su propia voluntad, por los años que lo he visto jugar, me he dado cuenta que él, Raúl ha obligado a que la historia juegue a su favor, por tal motivo y en poco tiempo se ha convertido en un legitimo líder del Real así como de la selección española. Su leyenda seguirá creciendo mientras tenga el hambre de triunfar.

Hay muchos que dudan de su talento, otros lo critican sin conocerlo, pero a todos les tapa la boca con sus goles y estadísticas que dicen lo contrario. Sin duda, Raúl fue bendecido por el Dios de la pelota antes de nacer, su talento no fue fabricado por nadie, su juego, su astucia es de cuna y su humildad es el fruto de su familia.