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Roger Federer: duro de matar

MIAMI (EFE) -- El español Rafael Nadal forzó al máximo y consiguió que el mejor Roger Federer apareciera para que el jugador suizo se apuntase la victoria en el Masters Series de Miami y mantuviera su racha de 18 finales invicto.

Federer se impuso a Nadal por 2-6, 6-7 (4), 7-6 (5), 6-3 y 6-1 en tres horas y 42 minutos, en una final trepidante para ganar su quinto título en esta temporada (Doha, Rotterdam, Dubai e Indian Wells) y el 27 de su carrera, y convertirse así en el primer cabeza de serie, desde Pete Sampras (1994) que gana este torneo.

Un triunfo que sirve al suizo para ampliar aún más su tabla ya histórica de récords: 22 victoria consecutiva este año, un balance de 48 partidos ganados y solo uno perdido desde el Abierto de Estados Unidos del 2004, el que dejó escapar ante el ruso Marat Safin en las semifinales del Abierto de Australia este año, y un bagaje de 106 partidos ganados y sólo 7 perdidos entre 2004 y 2005.

Y una derrota que condena de nuevo al tenis español en este Masters Series. Los dos que anteriores que también alcanzaron la final, Sergio Bruguera (1997) y Carlos Moyá (2003), tampoco pudieron levantar el trofeo.

No obstante, Nadal mostró que su primer título en pista dura y también en un Masters Series está cerca. Su valentía en el juego, la garra que echó el manacorí hizo que rozara el triunfo con la punta de los dedos, pues el más joven campeón de la Copa Davis estuvo en dos ocasiones (5-4 del tercer set y 5-3 del desempate de esta manga) a sólo dos puntos de tumbar a Federer por segunda vez en este torneo.

El suizo, mucho más experimentado, sufrió demasiado para imponerse al joven Nadal. Cometió fallos inesperados de un campeón de Wimbledon y del Abierto de Australia, con dos remates fallados propios de un novato, e incluso arrojó su raqueta contra el suelo, con toda la rabia que su impotencia mostraba, cuando Rafael bordaba su tenis.

La clave del encuentro estuvo en esos dos momentos del tercer set. Atrás había quedado la fenomenal remontada de Nadal en el segundo parcial cuando superó un 5-2 para ganar tres juegos consecutivos y exigir luego el primer desempate de la tarde que ganaría de forma abrumadora.

Con dos sets de ventaja Nadal forzó como un bólido y se situó 4-1 en el tercer parcial. Todo parecía sentenciado para el número uno del mundo, que se encontraba abocado a encajar la segunda derrota del año. No obstante, la magia de Federer apareció y fue capaz de mantener la calma en unos momentos demasiado apurados para él, sobre todo en el décimo juego y en el segundo desempate del partido, cuando Nadal dispuso de un 5-3 y servicio.

Ahí fue precisamente cuando se mostraron las carencias que tiene todavía el español. Su saque no hizo el daño esperado y Federer ganó tres puntos seguidos que le dieron vida.

En el cuarto set, una ruptura de Federer en el cuarto juego fue suficiente para que el número uno del mundo respirase, controlase mejor su servicio, y sin ceder más un punto de ruptura, pudiera retomar un partido que ya empezaba a ponerse cuesta arriba a Nadal.

Federer mucho más experimentado, midiendo cada vez más sus aproximaciones, y con mucha más calma, rompió dos veces más, en el tercero y quinto juego de la quinta manga, cuando ya las piernas de Nadal comenzaban a sufrir el desgaste del partido.

El suizo ha sido el único jugador que ha logrado detener la progresión de Nadal, con 15 partidos consecutivos ganados, después de su triunfal gira por Surámerica, finalizada con victorias en Costa do Saupie (Brasil) y Acapulco (México).

Nadal verá recompensado su esfuerzo con su primera inclusión entre los 20 primeros del mundo, con lo que a poco que haga hasta finales de mayo tendrá a tiro salir como cabeza de serie en Roland Garros. Ahora, en el torneo de Valencia, esta semana entrante le espera Juan Carlos Ferrero, en su nueva toma de contacto con la tierra.