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Carlos Moreno: Almada no tiembla para poner jóvenes en Pachuca

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En charla con ESPN, el guardameta del Pachuca destaca la confianza que le brindó Guillermo Almada para quedarse con la portería de los Tuzos a la salida de Oscar Ustari


Carlos Moreno a los 10 años fue descartado por Chivas y hoy es uno de los porteros protagonistas del Clausura 2024 con la playera de Pachuca. Los Tuzos le abrieron las puertas siendo un niño y se ha encumbrado gracias a las herramientas de trabajo que le dio el club, así como de la confianza del cuerpo técnico tras la partida del argentino Óscar Ustari.

“Cada jugador tiene un camino distinto y el del portero por una u otra razón es un poquito más tardado; es más difícil que llegue un técnico y te dé la oportunidad. En ese aspecto, al profe Guillermo Almada no le tiembla la mano a la hora de poner a un joven”, declara a ESPN Carlos Moreno, colimense de 25 años.

“Tener paciencia es fundamental y tarde o temprano llegan las cosas”, añade Carlos Moreno, cuya historia es muy especial.

Dice que por su papá le gusta el futbol y por Miguel Calero defiende la portería, aparte de que su estatura también le orilló a jugar la posición. “Siempre fui el más grandote del grupo, aunque tenía 10 años; a esa edad era un poquito rellenito, pero siempre alto”.

De niño le decían ‘Calerito’, porque su ídolo siempre ha sido el ‘Cóndor’, “pero cuando a una categoría en que yo estaba llegó Juanjo Calero (hijo de Calero) se desvaneció el apodo”.

Aunque reconoce que también le gustaba Oswaldo Sánchez, reafirma que “Calero es mi referente, el ídolo de mi infancia y también de hoy”.

Carlos Moreno, a quien apodan ‘Tanque’ en la Bella Airosa, recuerda que a los 10 años “Chivas me ofreció ser parte de sus fuerzas básicas, pero las herramientas que me ofrecían no solventaba todas nuestras necesidades como familia. Me decía que iba a entrenar en el club, que tendría algunas comidas, pero yo buscar donde vivir y que mi familia también se trasladara a donde yo estaba. Aceptar ese ofrecimiento complicaba la vida de toda la familia”.

Revela el portero tuzo que Chivas le dijo que a los 13 años ya podría recibirlo en la Casa Club rojiblanca, pero de súbito apareció en su vida Pachuca.

Gracias a una visoría de gente de la institución, siendo Cesáreo Acosta uno de los responsables, partió al estado de Hidalgo. Le daban todo: entrenar en un equipo de categorías inferiores, casa, estudios. Corría el año 2009 “y ya se escuchaba que Pachuca era uno de los modelos a seguir y de los clubes que hacía mejor las cosas”.

Estudiaba Ciencias de la Comunicación cuando le llegó la oportunidad de irse a jugar a Chile, al Everton, club del Grupo Pachuca y que tenía como directivo a Ignacio Hierro. A los 18 años dejó la escuela para vivir dos años y medio en el país sudamericano, donde pudo debutar en la Primera División, siendo el argentino Cristian Campestrini el titular.

“Me hubiera gustado seguir allá, tener más roce internacional, jugar la Copa Libertadores, la Sudamericana, pero me tocó regresar porque mi plaza de extranjero la iban a aprovechar para otra posición. Hoy estoy retomando la escuela. Se me complicó un poco cuando fui a Chile y luego se cruzó con la vida de papá, el nacimiento de mi hijo. En otro país creces mucho como persona y como profesional y hace que tengas otra coraza, una armadura para enfrentar adversidades”, añade Carlos Moreno.

Reintegrase a Pachuca luego de su experiencia en el extranjero, no pudo ser mejor. Perseveró y alcanzó, pues Guillermo Almada confió en él y le entregó la titularidad cuando Óscar Ustari decidió emigrar.

En cuanto a Pachuca de cara al Play-In del Clausura 2024, Carlos Moreno señala que “está para competirle a quien sea en cualquier partido, en cualquier cancha. Sin duda hemos hecho un equipo de gran balance con gente de experiencia y con jóvenes de gran dinámica. Tenemos mucha hambre de crecer y de conseguir cosas buenas. Seguramente lo vamos a hacer porque el techo de Pachuca nadie sabe dónde está”.