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Al Horford, de la felicidad a lo absurdo

Bob DeChiara/USA TODAY Sports

Nota del editor: Esta nota se publicó originalmente en diciembre de 2016.

¿Quién en su sano juicio puede criticar a Al Horford por perderse un juego para asistir al nacimiento de su hija?

Aunque parezca mentira, muchos aficionados en Boston, incluido algún periodista local, optó por lanzar dardos contra el ala-pívot dominicano después de que se diera de baja el lunes en el encuentro ante Miami Heat que los Celtics acabaron dominando. Los argumentos más pesados en el mar de críticas contaron con una liviandad insultante y giraron en torno a su salario, a por qué un jugador que firmó un contrato de cuatro años por 113 millones de dólares tuvo la desfachatez de dejar cojo a su equipo a finales de noviembre, o al hecho de que ya se había perdido demasiados partidos (nueve) por la conmoción cerebral que sufrió en un entrenamiento. El grado de necedad de sus opositores fue mayúsculo y Horford pasó de la felicidad al absurdo.

¿Acaso no está claro que la familia es lo primero? La premisa es aplicable a deportistas y a cualquier profesional. No por el hecho de haber sido padre con anterioridad o de que se trate de un nacimiento convencional, como mencionó el reportero local, Jay King, debería ser razón para que Horford optara por estar junto a su esposa para dar a luz a su segunda criatura. Que el propio jugador tuviera que defenderse y justificarse fue el colmo, el absurdo.

“Mi familia es muy importante para mí. Es una situación única porque es nuestro primer año en Boston y mi mujer y todos nos mudamos durante el embarazo. Sentí que era importante estar ahí para apoyarla. Tenemos un hijo también así que los últimos meses han sido difíciles. Para ella significó mucho el hecho de yo estuviera a su lado, así que estoy contento porque los Celtics no sólo nos consideran como jugadores, sino como personas que tienen familias”, aseguró.

Si hay un coach que lleva esta filosofía a rajatabla ese es Brad Stevens, quien ya permitió a Jonas Jerebko y Avery Bradley estar presentes en el nacimiento de sus bebés en el pasado. Desde su llegada al equipo, una de las consignas que siempre ha mantenido es la de priorizar la familia por encima de todo. Así nos lo explicó recientemente Johann Bilsborough, responsable de ciencia deportiva en los Celtics, quien confesó a ESPN Digital que una de las cosas que más le atrajo de Stevens antes de incorporarse a la franquicia la temporada pasada fue su respeto por las vidas y la circunstancia de los jugadores y el resto de los miembros del equipo. De esta manera todos se sienten involucrados, algo que sucede también con otros entrenadores de renombre como Gregg Popovich, Doc Rivers o Steven Kerr.

Esa manera de hacer las cosas acaba dando sus frutos. La armonía llega de muchas maneras y una de ellas es a través de la comprensión de un líder con sus pupilos. Los resultados son asombrosos como se ha demostrado en San Antonio Spurs o más recientemente en Golden State Warriors. Incluso en Los Angeles Lakers, donde otro garante de la misma escuela, Luke Walton, trajo con su sabia nueva y cercanía con los jugadores una alegría que el equipo llevaba varias temporadas sin mostrar.

El bienestar del jugador es el bienestar del equipo y a buen seguro que Horford devolverá el apoyo de la franquicia sobre la duela, aunque por ahora no se haya dado el caso. Tras perderse la cita de Miami, el dominicano jugó 32 minutos ante Detroit Pistons el miércoles y tuvo su peor balance de producción ofensiva de la temporada con tan solo nueve puntos, cinco menos que la media de la presente campaña. A pesar de ello, Horford está mostrando este año una versión muy participativa. Aunque esté anotando menos puntos que en las últimas cinco campañas (14.0 ppj con respecto a los 15.2 del año pasado y el anterior, o los 18.6 y 17.4 de los dos anteriores), está siendo uno de los catalizadores del juego de su equipo con 5 apj, casi el doble de la media lograda a lo largo de su carrera.

Pronto llegará el momento en que demuestre con su juego que la actitud de algunos aficionados y periodistas fue tan injusta como necia.