<
>

San Luis pudo evitar el caos

JUPITER, Florida -- Según la mitología griega, hace millones de años Chronos (dios del tiempo) se casó con Anaké ("La inevitabilidad") y juntos procrearon varios hijos, incluyendo a Caos ("confusión elemental", "desorden", "anarquía", etc).

El miércoles, la fecha límite que estableció Albert Pujols para negociar un nuevo contrato con los Cardenales de San Luis llegó sin que las partes se pusieran de acuerdo sobre una extensión y salvo un inesperado viraje de los acontecimientos, el mejor jugador de las Grandes Ligas estará disponible en la agencia libre al final de la próxima temporada.

Tanto la oficina frontal de San Luis como el agente de Pujols, Dan Lozano, dejaron establecido que el cese de las conversaciones no necesariamente significa que un acuerdo entre ellos está descartado, pero que ambas partes no tratarán de hablar durante la temporada.

Fueron Pujols y Lozano los que establecieron una fecha límite para negociar, pero los Cardenales estuvieron de acuerdo. Por supuesto que la fecha límite no está escrita en piedra y que aún existe la posibilidad, mínima, pero real, de que en algún momento regresen a la mesa de negoaciones, aunque el tiempo para eso ya comenzó a correr.

Hecho el trabajo de Chronos, el que mueve las manecillas del reloj, su hijo toma comando de la situación. Una situación que los Cardenales debieron prevenir y resolver hace uno, dos, tres años.

Si los Rockies de Colorado abrieron su limitada cartera para firmar al torpedero Troy Tulowitzki (10 años/$157.7 millones de dólares) y al jardinero Carlos González (7 años/$80 millones) a largo plazo para quitarse de arriba los dolores de cabeza del fantasma de la agencia libre ¿por qué los Cardenales, que firmaron a Pujols por $100 millones antes de que llegara al arbitraje, no propusieron una extensión cuando aún tenían el factor tiempo a su favor?

Incluso, cuando los Yankees de Nueva York le dieron $180 millones por 8 años a Mark Teixeira en diciembre del 2008 y luego cuando Filadelfia premió a Ryan Howard con $125 millones por 5 años (comenzando en 2012), la mesa estaba servida para que alguien en la directiva de los Cardenales dijera: "¡It's Pujols Time!".

Pero a nadie se le ocurrió la idea, pese a que el propietario William DeWitt Jr. y el gerente general John Mozeliak trataron de vender la idea de que hicieron un gigantesco esfuerzo para asegurar a Pujols antes de la fecha límite.

"Es una situación difícil que para mí no tendría solución hoy", dijo el lanzador dominicano Miguel Batista. "Creo que tuvieron todo el invierno, incluso más tiempo antes de eso, para llegar a un acuerdo. Si no sucedió, es poco probable que sucediera hoy", agregó el nuevo integrante de los Cardenales.

Pujols se reportará el jueves a los entrenamientos de los Cardenales en el precioso y exhuberante pueblito que llaman Jupiter para su undécima temporada en las Grandes Ligas, todas con el uniforme de los pájaros rojos.

Un arribo que normalmente ha sido celebrado al mejor "estilo Pujols", silenciosamente, en esta ocasión será un ruidoso acontecimiento que podría marcar el inicio del fin para una relación que asemejaba ser un oasis en medio del desierto en un negocio que vive tiempos de incertidumbre y pocas lealtades.

Diferentes reportes, que no fueron confirmados ni por Pujols ni por el club, señalan que "El Mejor" habría rechazado una oferta de 8 años y alrededor de $240 millones de dólares. Un reporte del colega Jayson Stark de hace algunas semanas señaló que los parámetros que buscaba Lozano estaban alrededor de 10 años y $300 millones.

"Nos sentimos muy bien con la oferta que hicimos", dijo Mozeliak sin entrar en detalles.

El manager Tony LaRussa está tomando todas las medidas posibles para evitar que la situación contractual se convierta en una distracción para lo que debe ser el verdadero enfoque del conjunto.

"Las distracciones te llegan de muchas formas y variedades", dijo LaRussa. "La competición en la División Central y la Liga Nacional tiene que tener nuestra completa atención", agregó.

La realidad es que no habrá forma de evitar que Pujols y su futuro sean el pan nuestro de cada día hasta que no firme su próximo contrato, ya sea con los Cardenales o los Gigantes de Yomiuri de Japón.

Después de todo estamos hablando del mejor jugador del pasatiempo nacional y de un contrato que será uno de los más rico de la historia del deporte.

"No somos los Yankees o los Medias Rojas. No podemos darnos el lujo de soñar con una nómina de $200 millones como esos equipos con mayores recursos", dijo DeWitt Jr. Por esa razón fue que San Luis debió moverse mucho tiempo atrás.

Pujols, de 31 años, jugará la última temporada del pacto de $116 millones de dólares -- $15 millones diferidos sin intereses -- que firmó con los Cardenales en febrero del 2004. El poderoso inicialista devengará $16 millones en el 2011 y entonces tendrá la oportunidad de ser agente libre por primera vez en su vida.

El quisqueyano batea .331 con 408 jonrones, 1,230 carreras impulsadas y un promedio de embasamiento de .426 en una brillante carrera que inició en el 2001 ganando el premio Novato del Año de la Liga Nacional.

Pujols ha conquistado tres premios de Jugador Más Valioso y cuatro veces llegó en segundo lugar. En 10 años ha quedado nueve veces entre los primeros cuatro lugares en la carrera por el premio más importante en ambas ligas.

Pujols es el miembro más importante en la historia de los Cardenales desde Stan Musial. Su camiseta #5 es una de las más populares del negocio. Su nombre y sus acciones están íntimamente ligados a la comunidad de San Luis.

Pero después de todo, el béisbol es un negocio, y un negocio muy rico. Si los Cardenales no pueden pagar lo que vale el mejor jugador -- ya sea porque no tienen el dinero o porque consideran que nadie debería ganar semejantes cifras por jugar béisbol -- el mercado determinará si todos los equipos piensan igual.

Precisamente para eso existe la agencia libre en las Grandes Ligas y nos guste o no, es un instrumento que tienen los peloteros para tomar parte del pastel de una industria que produce 7 mil millones de dólares anuales.

La fecha límite en las negociaciones de Pujols y San Luis era inevitable. Ahora viene el caos.