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Lola González, una mujer ejemplar

Una campeona dentro y fuera del ring Adrián López/ESPNdeportes.com

MÉXICO -- Como ya es costumbre desde hace 100 años, el 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, en el que se conmemora la lucha del sexo femenino por su participación e igualdad con el hombre en todos los aspectos de la vida, es por eso que en esta ocasión dedicamos este espacio luchístico a reconocer la labor de las gladiadoras que se brindan al máximo en el encordado, pero en especial queremos homenajear a una leyenda viviente del pancracio, la gran Lola González.

Si bien pienso que no sólo el 8 de marzo se debe reconocer el esfuerzo de las mujeres en todos los ámbitos, no quise dejar pasar la ocasión de reconocer a alguien que ha dedicado gran parte de su vida a la lucha libre, y es así como la misma Lola nos lo dijo hace unos días en amena charla con ESPNdeportes.com en el Gimnasio Nuevo Jordan de la Ciudad de México.

"Hace 35 años comenzó mi aventura en la lucha libre, deporte al que le agradezco muchas cosas, como haber recorrido 25 países y haber sido campeona mundial cuatro ocasiones, así como haberme hecho de un nombre y un nivel de excelencia en un deporte que antes se pensaba que sólo era para los hombres", señaló.

Tras una pausa, la Dinamita González recordó que dentro de lo más difícil al iniciar su carrera en el pancracio, además de lo económico fue la falta de apoyo y entendimiento de los luchadores, que, consagrados o no, no concebían que el sexo femenino se involucrara poco a poco en este deporte. " Ellos restringían mucho el acceso a las mujeres, pese a que y había figuras como la señora Irma González, Chabela Romero, entre otras, que habían hecho una brecha para las que hemos venido picando piedra en esto, y de alguna u otra forma ellas fueron inspiración y gradualmente fuimos ganando espacio y reconocimiento de los luchadores y de la gente, que poco a poco nos aceptaban bien en las funciones, pero finalmente se logró formar parte de la familia luchística".

Al recordar cómo fueron sus inicios en el deporte del costalazo, la Monja Asesina mayor hizo una pausa y con voz entrecortada nos dijo: "Todos en esta vida tenemos un propósito marcado, el mío estaba en la lucha libre, pues yo no tenía a nadie en la familia que se dedicara a esto, pero el novio de una amiga en mi natal Ciudad Juárez era luchador y a los 14 años nos invitaba a verlo luchar, y aunque salí muy espantada la primera vez por ver que se pegaban muy fuerte, me animé a entrenar, fue una puerta que se abrió y nunca se ha cerrado afortunadamente."

Del mismo modo, agregó que desde aquel primer entrenamiento que tuvo, se dio cuenta que la lucha libre no es teatro, como mucha gente piensa, pues se necesita disciplina y preparación para evitar lesiones, que ella ha sufrido a lo largo de 35 años recorriendo el enlonado. "Yo he sufrido dos operaciones fuertes, una en cada hombro, que me han obligado a parar casi seis meses, entre la cirugía y la recuperación, además de que me dejaron con dudas de si podría seguir con esta carrera."

Actualmente Lola González se dedica a apoyar a jóvenes talentos dentro del cuadrilátero, así como a participar en algunas funciones especiales de la lucha libre, ya que considera que "siempre es bueno regresarle a la vida algo de lo que a ti te ha dado, así, yo con mi modesta contribución es que trato de apoyar a los muchachos que quieren abrirse camino en este deporte."

Pero independientemente de la labor de la Dinamita en el ring, ella tiene su faceta como mujer, como madre, abuela, ama de casa, además de que trabaja como voluntaria en un Club de Leones, en donde se encarga de buscar fondos y ayuda para casas de asistencia social, asilos, orfanatos, además de que se da tiempo para alimentar el alma mediante la yoga y la meditación, así como explotar su lado religioso, con el que ha encontrado paz interior y la motivación por brindarse al máximo en cada aspecto de su vida.

Por eso y mucho más, nuestro reconocimiento a la trayectoria de Lola González en la lucha libre mundial y el aplauso para ella, que es el ejemplo público de lo que muchas mujeres realizan día a día en sus hogares, siempre luchando por la igualdad de género y por demostrar que son auténticas campeonas de la vida al realizar sus labores profesionales y personales y que muchas veces no se les valora como se debe.

Así pues, sólo me resta agradecer nuevamente el tiempo a Lola González y desearle felicidades a todas las mujeres del mundo, en especial a las que forman parte de mi vida y con las que diariamente convivo y sin duda aprendo algo nuevo junto a ellas.