GNIEWINO -- La selección española no es el Barcelona. Portugal, próximo rival de La Roja, no es el Real Madrid. Y Cesc no es Messi. Aunque en muchas ocasiones las cosas se explican (o se entienden) mejor desde la comparación, algunos jugadores de la selección española parecen cansados de tanto símil.
Cuestionado por un par de esas confrontaciones, Cesc, por ejemplo, salió al paso de todas un tanto hastiado: cuando le preguntaron si Portugal juega como el Madrid, desganado, dijo que sólo se parecen en que ambos equipos arman "muy bien la contra" y le cedió el micrófono a Xabi Alonso. Y cuando en la sala de prensa de Gniewino, alguien osó nombrar a Leo Messi, el futbolista de Arenys, delantero circunstacial del combinado español, incluso se enojó. "No creo que nadie espere que regatee a cuatro jugadores y meta un gol por la escuadra. Estamos hablando del mejor jugador de todos los tiempos", terció su compañero de equipo.
Tampoco le agrada a Vicente del Bosque que comparen a su selección con el Barcelona. Ambos conjuntos beben del fútbol combinativo, su juego se entiende desde la posesión de la pelota, pero en esta Eurocopa se ha visto a España gestionar el resultado, como hizo ante Croacia y Francia, cosa poco habitual en el Barça de Guardiola. El seleccionador, no reniega de ello. "Esto es un torneo corto, no es lo mismo que cuando el Madrid o el Barcelona juegan contra el Mallorca en la Liga, que se pueden permitir ciertos lujos. Y así no nos ha ido tan mal, no sé si otra cosa nos habría ido mejor", defiende Del Bosque.
Y anda en los cierto el técnico salmantino. Desde los octavos de final del pasado Mundial, España no ha pasado del 1-0 más allá de la goleada frente a Irlanda, en la fase de grupos de esta Eurocopa, y el 2-0 ante Francia de hace apenas unos día, con un segundo tanto in extremis de Xabi Alonso. Y de momento, ya está en semifinales del campeonato de Europa y tiene la Copa del Mundo en el bolsillo.
Sumergida en el debate, prepara la selección el duelo ante los lusos. Ahora con la motivación extra de poderle dedicar el torneo al joven futbolista Miki Roqué, fallecido el domingo por culpa de un cáncer. Roqué, de 24 años, coincidió en la inferiores del Lleida con Sergio Busquets, que, desde Polonia, hizo público su pesar a través de la página de la Federación Española.
Entre las personas cercanas a Roqué estaba también un de los capitanes de La Roja, Carles Puyol, ausente en esta Eurocopa por lesión, y muy afectado por la noticia. Como Puyol, la madre de Roqué es de La Pobla de Segur, un pueblo de Lleida. Sensibilizado con el caso del chaval, el zaguero del Barcelona, ayudó a sufragar el tratamiento de Roqué en la clínica Dexeus de la capital catalana.