<
>

Llego el día tan esperado

Para cualquier argentino enfrentar a Brasil es especial, dice Chapu Nocioni. Y hoy toca... GettyImages

LONDRES -- Llego el día tan esperado. Estamos donde queríamos estar antes del torneo: en el partido por cuartos de final que nos puede dar el pasaje a luchar por las medallas. Tenemos por delante un cruce razonable, respetable.

Nos tocó, una vez más, Brasil. Me vienen muchos recuerdos de partidos contra ellos, siempre importantes. Hay mucha rivalidad, mucha historia. Encontrarnos en esta instancia es lindo. De todos modos, nos ilusiona llegar a semifinales sin importar quien está enfrente. Para nosotros es igual que cuando debimos enfrentar a Grecia en 2004 y 2008 en esta misma instancia.

En los últimos años le ganamos mucho a Brasil. Eso es bueno porque nos hace sentir cómodos, pero no debe hacernos creer que les vamos a ganar siempre. Algún día llegará el momento de perder en un cruce.

Ya tengo la lógica sensación de nervios previa a un partido de cuartos de final de un Juego Olímpico. Se disfruta de tener la oportunidad de jugar un partido de esta importancia.

Brasil es el equipo que mejor defiende en el torneo, lo que es una marca registrada de Rubén Magnano. Tienen mucho poder interior y dominan en los rebotes pero nos pondremos fuertes para lucharles cada pelota. Tal vez algunos extrañen a Fabricio en un partido como este, pero yo les tengo fe a Martín y a Pipa para que den una mano en el juego interno.Yo también debo rebotear mucho. Toda la vida hemos luchado en inferioridad de altura.

El jugador clave de Brasil es Marcelinho Huertas. Reparte el juego para los tiradores (que no están teniendo su mejor torneo, pero son peligrosos) y los internos, y además toma responsabilidades individuales cuando es necesario.

Por distintas razones me perdí los últimos tres partidos contra Brasil. El Mundial no lo jugué por lesión y en el Preolímpico me lastimé en el salto inicial del primero de los dos duelos y la final la vi como un hincha más, desde el banco de suplentes. A pesar de esto no es una revancha personal poder jugar este partido.

Ayer por la mañana estuve de paseo por Notting Hill, con mi señora que está de visita. Fue como una luna de miel que nunca tuvimos ya que mis hijos se quedaron en Argentina. Pero duró solamente medio día.

A la tarde tuvimos un entrenamiento suave. Sobre todo focalizamos en la preparación táctica y estratégica del encuentro. En la práctica nos visitó Hugo Sconochini. Fue una alegría. Estuvimos hablando, recordando historias, riéndonos. Fue un reencuentro con alguien muy especial para nosotros. Hugo es muy carismático, siempre está de buen humor y nos transmitió su energía positiva. Empezó este camino con nosotros y todavía sigue jugando, aunque parece que finalmente deja de jugar este año. Ya era hora, ¡je!.

Luego de la práctica cené en la Villa. Comí pollo con papas y unas verduras. De postre, un heladito. La noche anterior a los partidos siempre intento meter bastantes proteínas. En la mañana del juego un buen desayuno y para el almuerzo, que debe ser liviano, un pescado. Después a relajarse, a descansar y a jugar.

Nuestra gran meta de llegar a semifinales está a un paso. Brasil es un clásico deportivo para todos los argentinos y nosotros, a pesar de que el objetivo excede al rival, no dejamos de ser argentinos y tenemos la ilusión de ganarles. Si lo hacemos, será un triunfo especial.