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Magallanes aplicó su guión

Sandoval remolcó dos de las cinco carreras del Magallanes en el primer juego de la Final. María Isabel Batista

VALENCIA -- El primer juego de la final venezolana entre Magallanes y Lara siguió el guión escrito en los medios de comunicación que el miércoles presentaron en amplios espacios la serie decisiva.

La potente ofensiva turca era una amenaza para Ken Ray, el veterano ex grandeliga que a sus casi 40 años de edad se gana la vida en circuitos del Lejano Oriente, haciendo pitcheos sin mucha velocidad y buscando las esquinas.

Ray, que en principio será también el abridor de un eventual quinto choque, nunca estuvo cómodo sobre la lomita. No dio boletos. Pero hace falta más que eso para evitar el daño ante un lineup que incluye tantos bigleaguers como el de los Navegantes.

Elvis Andrus, Eliézer Alfonzo y sobre todo Endy Chávez, Juan Rivera y Pablo Sandoval batearon con soltura y autoridad. La nave tuvo 12 hombres en circulación contra el iniciador de los Cardenales, en apenas seis tramos. Líneas de frente y elevados a la zona de seguridad minimizaron el daño.

"Aquí es donde se separan los niños de los hombres", exclamó Sandoval, el Jugador Más Valioso de la más reciente Serie Mundial.

La cosa va un poco más allá de eso. Ray, el dominicano Máximo Nelson, hasta Raúl Rivero son lanzadores con cierta trayectoria. No son grandeligas hoy y quizás no están en el mejor momento de sus carreras. Pueden vencer a los bucaneros, siempre y cuando apliquen a la perfección su propio guión: poner la pelota exactamente donde desean y no cometer errores.

Los fallos de los crepusculares se convirtieron en cinco carreras de los filibusteros. Pero los yerros de Carlos Zambrano, el abridor de los anfitriones, no se transformaron en las rayitas esperadas, porque entre el tercero y el sexto bates sólo dieron dos imparables, ambos de Luis Jiménez.

El swing largo y poderoso de Ernesto Mejía nunca encontró el centro de la pelota. Dio un rodado al short, un elevado al catcher y se ponchó en sus últimos tres turnos. Dejó a siete corredores en circulación. Tres veces tuvo el empate o la ventaja a su alcance.

Los occidentales necesitan que el corazón de su artillería pegue con la misma maldad con que pegó la del Magallanes en el primero de la final.

"Ya pasamos la página", aseguró Pedro Grifol, el manager derrotado.

Este miércoles hubo un verdadero duelo. Incluso con los problemas de Ray, el choque estuvo en la línea de fuego hasta el último out. El bullpen de ambas escuadras trabajó seis innings en blanco entre seis brazos. Todo el tiempo hubo situación de salvado.

Para regresar, los Cardenales necesitan que Nelson, el abridor del segundo tope, sea fino contra el Panda y los suyos. Pero también que reaccione la ofensiva.

Los Navegantes, en cambio, saldrán a aplicar el mismo guión.