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Brasil hace sudar a Cuba, pero se va

Andre Rienzo abrió contra Cuba AP

Dos derrotas en igual número de salidas y Brasil ya está eliminado del III Clásico Mundial de Béisbol, aunque deja un sabor de boca muy agradable por los adelantos exhibidos que le permitió plantarle cara a los favoritos Japón y Cuba.

A los brasileños sólo les queda tratar de conseguir la victoria del honor ante la selección de China en el choque de despedida para no irse en blanco y confirmar los estrechos márgenes de sus reveses por 5-3 y 5-2 ante japoneses y cubanos, respectivamente, no fueron obra de la casualidad.

Por su parte, Cuba mostró demasiado nerviosismo en su primera presentación y sus bateadores se vieron desconcertados ante el dominio del abridor sudamericano Andre Rienzo, quien les permitió su primer hit a la altura del quinto episodio.

Ya casi había dado dos vueltas la alineación antillana cuando el campocorto Erisbel Arruebarruena, noveno bateador, disparó el indiscutible que rompió el embrujo del no-hitter.

Fue en esa quinta entrada que el manager Víctor Mesa puso la velocidad en función de la ofensiva, pues el cañonazo de Arruebarruena fue en jugada de bateo y corrido que llevó hasta la antesala a José Fernández, quien se había embasado por pasaporte.

Luego, Mesa ordenó otra jugada similar con el siguiente bateador, Guillermo Heredia, quien bateó una rola ideal para doble matanza por el campocorto, pero Arruebarruena quedó con vida en la intermedia al llegar antes del tiro, lo cual permitió a Fernández anotar la primera carrera de los cubanos.

Por su parte, el pitcheo cubano lució sólido, sobre todo el abridor Ismel Jiménez, inmaculado en 4.2 innings, con seis ponches propinados y control perfecto, al no regalar pasaportes.

Inmenso también se vio el cerrador Raciel Iglesias, que apenas toleró un imparable y abanicó a cinco bateadores brasileños en tres capítulos.

Mesa sorprendió al utilizar como segundo serpentinero a Freddy Alvarez, quien supuestamente sería uno de los principales abridores de la escuadra cubana.

Alvarez se vio un poco tambaleante en la loma y permitió las únicas anotaciones de Brasil, aunque mucho tuvo que ver en ello un error del primera base José Abreu y un passed ball del catcher Eriel Sánchez.

En el orden individual, ¿qué enseñaron los cubanos en este primer juego?

En primer lugar, que el veterano Frederich Cepeda sigue siendo el mejor bateador cubano de los últimos años.

Colocado como cuarto en la tanda y bateador designado, Cepeda disparó un par de imparables y empató con el japonés Ichiro Suzuki como co-líder histórico en hits en Clásicos Mundiales, con 24.

Muy bien, poderosos, lucieron el inicialista Abreu y el guardabosque suplente Yasmani Tomás. Ambos le pegaron a la pelota con brutalidad, aunque no consiguieron elevarla para hacerla caminar más lejos.

Y el muy celebrado Yulieski Gurriel, colocado tercero en el orden, no hizo nada por justificar su fama, al irse en blanco en cinco turnos, con un ponche y cinco corredores dejados en circulación.

Vamos a ver si Mesa, que no se la piensa mucho para hacer los que cambios que necesite, se atreve a bajar en la alineación y restarle responsabilidad a un hombre que para algunos es el mejor jugador de la isla, pero para otros ha construido su fama sobre el ilustre apellido que lleva, pues su padre fue uno de los grandes del béisbol cubano en los 80 y 90.