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Robredo y el éxito más allá de un título

Tommy Robredo, campeón en Umag Getty Images

UMAG -- El recordatorio es casi obligatorio: Tommy Robredo empezó el año en el puesto 114, continuando una vuelta al circuito que lo había tenido ausente ocho meses por lesión. Pero la advertencia hoy también es accesoria, descansa en un cómodo segundo plano ante los resultados de un jugador que ha sabido dejar todo aquello en el pasado. Esta vez, el español se llevó el título de Umag, frenando la increíble racha de Fabio Fognini y sumó su segundo título en 2013, para llevar su ranking hasta la 23ª ubicación, la más alta desde abril de 2010. Por eso, y por el inevitable contexto que lo acompañó en este retorno, ESPNtenis.com lo eligió como La Figura de la Semana.

En el camino al título, Robredo dejó solo un set en el camino. Fue ante Andreas Seppi, en semifinales. Por sobre ese enfrentamiento, cedió apenas 17 games en cuatro partidos y mostró lo mejor de su repertorio en el duelo decisivo, aquel que lo ponía frente a frente ante el jugador del momento.

Contra Fognini, que arrastraba 13 victorias consecutivas, el español prevaleció por un contundente 6-0 y 6-3 en solo 62 minutos, convirtiendo a la final de Umag en la más corta de la temporada ATP, tres minutos por delante de la que Rafael Nadal le ganó a David Ferrer en Acapulco (6-0, 6-2).

Además, el ex N°5 del mundo volvió a mostrar sus credenciales en polvo de ladrillo, superficie en la que obtuvo su otra corona del año (Casablanca) y donde aparece como el tercer jugador con más triunfos en 2013, detrás de los mencionados Nadal y Fognini.

A esta altura de 2012, Robredo estaba hundido cerca del puesto 200, viendo de lejos la acción de los Juegos de Londres y preparándose para participar en un Challenger. ¿Alguien podía imaginar su exponencial ascenso 12 meses después? Él, seguro: "Quiero llevar mi ranking arriba de todo, que es donde me he sentido cómodo siempre y donde quiero estar. 90, 100...nunca he estado ahí por demasiado tiempo", avisaba en febrero, ya por entonces 95°.

A esa sentencia, mezcla de seguridad y optimismo, le agregaba una receta heterogénea, pero donde todo pasaba más por la cabeza: "Tiempo, ganas, confianza, suerte, un poco de todo". Seguramente Roland Garros haya articulado como ningún otro torneo aquellas variables (hizo cuartos, luego de levantar un 0-2 en sets en tres rondas consecutivas). Y hoy Robredo vive, a los 31 años, un nuevo despertar profesional. Premio merecido.