<
>

Robredo y un regreso de ensueño

Brazos en alto para Tommy Robredo, campeón tras dos años AP

CASABLANCA -- Qué gran regreso. Otro ejemplo de que no hay que bajar los brazos. No hay operación en pierna izquierda que pueda hacer rendir a luchadores de la talla de Tommy Robredo.

A 15 días de cumplir los 31 años, Tommy Robredo se quedó con el ATP de Casablanca. Un torneo sin grandes nombres, es cierto, pero el español tuvo en el camino a Stanislas Wawrinka, máximo preclasificado, a quien debió vencer en semifinales para luego sí, plantarse como favorito en la definición del único torneo ATP que se disputa en África.

Final deslucida ante el sudafricano Kevin Anderson pero que no impidió que el oriundo de ciudad de Hostalric festejara después de tanto luchar. Es que entre octubre de 2011 y junio de 2012, había pasado ocho meses fuera del circuito, desplomándose en el ranking hasta quedar 471º del mundo. Pero no se rindió, por el contrario, volvió como pocos ganando 10 partidos y dos torneos Challengers en forma consecutiva para avisar que estaba de regreso.

Cerró el año con victoria en el Abierto de los Estados Unidos ante el Top 30, Andreas Seppi, y sumó otras dos finales en el segundo circuito en importancia para terminar el año 114º a fuerza de invitaciones especiales, utilización del ranking protegido y muchas victorias. Poco le importaba que, después de 11 años, no pudo terminar el año entre los mejores 51 del mundo, en una muestra de regularidad envidiable.

En 2013 continuó su escalada. En Buenos Aires avisaba arribando a la semifinal donde recién cayó con el inagotable David Ferrer. "Quiero llevar mi ranking arriba" le avisaba a ESPNtenis.com durante esa gran semana. "Pero todo se da con calma, sin presión: a disfrutar día a día y ver hasta dónde puedo llegar", confesaba.

Así, llegó el día. Anderson enfrente, nervios, poca soltura de ambos, y título para el catalán luego de dos años sin festejos en ATP y justamente donde 12 temporadas antes había caído en la primera definición de su vida en el circuito grande ante el argentino Guillermo Cañas. Santiago 2011 había sido su décimo y último grito, sin saber todo lo que vendría después.

Ahora va por lo que más le gusta. El resto de la temporada grande de polvo de ladrillo con expectativa, culminando con el ingreso asegurado a Roland Garros, el torneo grande en donde mejor se sintió (cuatro veces en cuartos de final).

Quinto del mundo en 2006 hoy disfruta de otras cosas. No en vano es el cuarto jugador activo más ganador en polvo y ya superó las 300 victorias en el circuito grande. La cuenta no para.